PELÍCULAS

por el 14 de Junio de 2013
En 1983 (un año antes del cataclismo previsto por Orwell) una chica de 20 años, Elena, malvive encerrada en Arboria, un futurista complejo médico que hace las veces de prisión. Entre masoquistas sesiones de terapia con el doctor Barry Nyle que tiene una obsesión más allá de lo médico con la joven y sedaciones forzadas, Elena toma consciencia de los poderes mentales que posee. ¿La tienen encerrada por ellos?, ¿por qué no la dejan ver a su padre?, ¿por qué la someten a ese estado de tortura?... La huída se presenta como la única solución para Elena.
 
Título: Beyond the Black Rainbow
Año: 2010
Género: Ciencia ficción, thriller
Director: Panos Cosmatos
Actores: Michael Rogers, Eva Allan

Nota: 60

El arranque de Beyond the Black Rainbow es una declaración de intenciones donde el director nos prepara para lo que vamos a ver a continuación. El doctor Mercurio Arboria nos da la bienvenida en una película de super 8 a sus instalaciones en el Instituto Arboria. Nos habla de un método con el que alcanzaremos la paz interior y la felicidad a través de la neuro-psicología, de nuevas técnicas terapéuticas situadas en las fronteras del conocimiento o el uso de las drogas psicotrópicas. Sin embargo aunque nos presentan este texto con una música relajante la imagen es perturbadora e inquietante, casi tétrica. Sabemos que el doctor Arboria nos está ocultando algo que probablemente no nos vaya gustar.

Panos Cosmatos arma el relato de Beyond the Black Rainbow en este contexto de pseudo-ciencias, orientalismos y experimentación con drogas lo que le permite recurrir constantemente a secuencias de realidad alterada, espacios imposibles, poderes mentales o situaciones propias de la fantasía más pesadillesca traídos a un espacio más realista. Gracias a esta característica encontramos los dos puntos más destacables del filme: su espectacular fotografía y una música psicodélica y perturbadora que evoca a la electrónica de los años 80 (época en la que se desarrolla el relato). Además el planteamiento pesadillesco y laberíntico del argumento le permite armar el relato como si fuera una película de género que evoca las películas de ciencia ficción de los 80.

Con muy poco presupuesto, la cinta saca muchísimo rendimiento de sus medios, los escenarios que recrean el Instituto Arboria están cuidadísimos y forman un combo potentísimo con la fotografía, logrando generar una prisión imposible con cuatro decorados contados. El guión no es tan complicado como se esfuerza en ocultar el director aunque si tiene un subtexto riquísimo en referencias filosóficas (El Rizoma de Delueze y Guattari) religiosas (el ojo de Brahman, hinduismo y budismo) o psicoanalíticas (el inconsciente y los estadios del yo, el ello y el superyó se personifica través de las criaturas que va encontrando Elena en su huída de Arboria).

Sin embargo las carencias de la película se encuentran en un montaje excesivamente inconexo y un trabajo de dirección que desluce los méritos de fotografía y diseño artístico. En cuanto al montaje, la nula dosificación del ritmo lleva al tedio del espectador en diversas ocasiones como romper la trama principal con flashbacks demasiado largos, concluir desenlaces de manera brusca y con soluciones narrativas y argumentales decepcionantes (ya veréis el final de la película).

Respecto a las carencias del director, encontramos un trabajo que está basado casi exclusivamente en primeros planos con teleobjetivos que no aprovechan el potencial de producción de la película como los decorados de Arboria, no sabe utilizar los efectos ópticos y no se atreve a mover la cámara más de lo imprescindible. Por ejemplo en un momento del film en el que Elena es amenazada por diferentes criaturas el estatismo del director no provoca en el espectador ni el terror, ni el suspense que deberían. Una pena puesto que desde otros puntos de vista (maquillaje, actuación, fotografía, etc.) tenía todas las características para funcionar perfectamente.

Nos quedamos por tanto con una sensación agridulce con Beyond the Black Rainbow. Con un argumento sencillo Cosmatos arma un relato con muchísimas referencias subtextuales que lo hacen interesantísimo al espectador con ganas de ser sorprendido. El apartado técnico es impecable y hace que la película luzca varios millones por encima de su presupuesto pero la inexperta mano del director y un montaje muy mal planteado dónde se premia la estética por encima de la narrativa no la dejan ser la gran película que podría haber sido.
 

  


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