PELÍCULAS

por el 23 de Agosto de 2011
Cuando me recomendaron Jesus Camp pensé que iba a enfrentarme a una cinta plagada de los tópicos que todos conocemos sobre el adoctrinamiento religioso, apoyada en cierto sentimiento “antiamericano” pero estaba muy equivocado.  Jesus Camp da su máximo sentido a esa frase que reza “a veces, una imagen vale más que mil palabras”, solo que en este caso, en vez de una imagen,  tenemos 87 minutos de documental carente de narrador y mensaje explícito.

Nominado al Oscar en 2006, Jesus Camp ha causado auténtico pavor entre la mayoría de sus espectadores, pero como era de esperar también ha levantado una gran polémica entre los sectores más conservadores de EEUU y cristianos de todo el mundo, siendo acusado de sensacionalista y de mostrar imágenes fuera de un contexto correcto. Les invito a ver aunque únicamente sea el tráiler para que decidan si las imágenes que nos muestran tienen otro contexto alternativo posible a lo que muchos hemos calificado como un auténtico  y terrorífico “lavado de cerebro infantil”.

Título original:
Jesus Camp.
Año: 2006.
Directoras: Heidi Ewing, Rachel Grady.
Género: Documental, Religión.

NOTA: 74.
Becky Fischer, pastora de la comunidad evangélica en la que se centra el documental, permitió  de buen gusto que sus dos directoras grabasen de primera mano los actos religiosos de su congregación sin mostrar ningún tipo de reparo a que las cámaras mostrasen al mundo su escalofriante discurso político-religioso. Llegando a afirmar, de forma concisa y literal, sentir envidia de la capacidad de los musulmanes para adoctrinar a sus hijos bajo las creencias del Corán y que estos fuesen capaces de mostrar tal lealtad llegando a ser capaces de inmolarse en nombre de Dios.

Sorprende también la modernidad que demuestra esta vertiente radical del cristianismo a la hora de seducir a los más jóvenes. Un ejemplo podría ser el uso de pintorescas representaciones teatrales de tono bélico al son de rock duro cristiano. Otro ejemplo, en este caso casi cómico pero no para un niño de 10 años, serían las palabras de Becky , “"Los hechiceros son enemigos de Dios. Si Harry Potter hubiera aparecido en la Biblia, habría sido condenado a muerte".  Y en este aspecto la estrategia parece funcionarles a la perfección. Seremos testigos de cómo niños menores de diez años lloran o son víctimas de ataques de histeria e incluso sufren convulsiones cual alma poseída durante sus oraciones colectivas.

Lo más preocupante es que el cristianismo evangélico en EEUU no es precisamente una minoría o secta, estando fuertemente respaldado de forma directa o indirecta en el mundo político norteamericano. Quizás la única pega que se le pueda achacar al documental es que al contener un material audiovisual tan explícito, treinta o sesenta minutos puede que sean más que suficientes para no conciliar el sueño en unos días y el resto parece sobrar.

Enlace: Filmaffinity








  


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