PELÍCULAS

Justine acaba de casarse y celebra el enlace con una gran fiesta en la mansión del marido de su hermana. Desconcertantes sucesos y comportamientos empiezan a suceder durante el lujoso banquete, pero lo más desconcertante es que un misterioso planeta se dirige hacia la tierra y amenaza con colisionar con ella.

Por mucho que la sinopsis pueda parecer sumamente original, la primera parte de la película recuerda en exceso a Celebración, la obra maestra de Thomas Vinterberg compañero de Von Trier en los tiempos dorados del movimiento cinematográfico Dogma. Una vez superada esta parte inicial del film, Melancolía no se libra de las semejanzas y resulta obvio que continúa la senda psicológica de Anticristo, la anterior película del director danés. Lo más novedoso por tanto es esa base argumental cercana a la ciencia ficción y en mi opinión el recurso de apoyar el argumento en un planeta que avanza hacia la tierra no es precisamente algo positivo y mucho menos los caprichos de su trayectoria. El panorama apocalíptico en el que Von Trier nos adentra se me antoja excesivamente vacío, caprichoso y sin alma.

A pesar de la excelente acogida que está teniendo la película, especialmente por parte del público, diría que  Melancolía ni se acerca a la genialidad de Celebración, ni su agonía psicológica tiene el alcance de la incomprendida Anticristo.

Independientemente de si gusta o no la idea y escritura de la película, es imposible no reconocer cosas como el buen hacer del director danés, su excelente fotografía e interpretaciones, así como una soberbia introducción.


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