PELÍCULAS

En muchas ocasiones he visto a humoristas debatir acerca de cuales son los temas sobre los que se pueden hacer bromas, si existen temas vetados para ello, temas tan sensibles que deberían obviarse a la hora de hacer comedia. Pues bien, hasta ahora no creo que se haya llegado a un consenso. Mi opinión personal es que todo puede ser objeto de chiste, es más, creo que todo debe de serlo, la clave es la forma en la que se lleve a cabo. Un claro ejemplo es la reciente Four Lions, en la que se parodiaba el terrorismo y el integrismo islámico, o cualquier tipo de integrismo o fanatismo. Pocos temas son tan sensibles para la opinión pública como este, pero la habilidad de Christopher Morris y sus guionistas para manejar el tema, evitó que surgiesen excesivas críticas o intentos de censura.

En lo estrictamente cinematográfico, 50/50 no deja de ser una película independiente americana más, con sus pros y con sus contras. Entre sus puntos a favor está un reparto excelente, con unos Joseph Gordon-Levitt, Anna Kendrick, Bryce Dallas Howard y, sobretodo, Anjelica Huston a gran nivel. Incluso Seth Rogen, que no es santo de mi devoción, raya a gran altura en su papel de amigote fiel que intenta sacar provecho de la enfermedad de su amigo enfermo. El guión, como he dicho antes, es otro de sus puntos fuertes. Cercano, divertido, cruel y tierno a partes iguales, permitiendo que la película destaque ligeramente entre la masa de películas de corte similar que se estrenan año tras año.

La mayor pega que se le puede poner a la película es una ligera sensación de deja-vu asociada a que sigue, de manera bastante estricta, las claves del  género, si consideramos las comedias dramáticas independientes como género en si.

A la postre, se trata de una encantadora comedia dramática que, sin estar entre lo mejor del año, hará disfrutar y hasta pensar un poquito a aquellos que son pesimistas por naturaleza.