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Alocadamente adictiva, Death Valley se revela como uno de los grandes hits televisivos de la temporada.

Rodada como un falso documental, con cámara en mano Death Valley cuenta las historias que viven patrullandos los miembros de UTF  (Undead Task Force) una nueva división de la policía de los Ángeles, ante una invasión de zombies, vampiros y hombres lobo que han tomado la ciudad.

Trepidante y llena de un humor negro que cae intencionadamente en todos los tópicos del cine de terror, resulta altamente dinámica.

Con capítulos de una duración de 20 minutos e historias cerradas en cada uno de ellos, en los que, no obstante, Death Valley, logra crear una atmósfera muy personal que sólo puede horrorizar o gustar.

Delirante, y llena de gags que casi rozan lo gore, Death Valley resulta más que recomendable para todo aquel al que disfruta de chistes ingeniosos y sesos volando a la par. Una mezcla que, para los que disfrutan del género zombie, resulta simplemente encantadora.