CRÓNICA

Leyendas del Rock 2014
Volbeat, Arch Enemy, Behemoth, Heaven Shall Burn, Eluveitie
07 de Agosto de 2014 por Vicente Madrigal Villena, Alicante 7769 lecturas

La novena edición del Festival Leyendas del Rock (y por segundo año celebrada en Villena, Alicante) nos dio la bienvenida como era de esperar en pleno inicio de agosto: con mucho calor, tardes muy sofocantes con conciertos a horas de una siesta o al menos de una sombra, pero con un público muy entregado y fiel a los grupos, independientemente de horarios y demás faenas propias de los festivales.





La organización habló de unas 10.000 personas diarias, lo cual está genial y confirma que el público va a seguir respondiendo positivamente a la inyección de savia nueva dentro de un festival que, como su nombre indica, tiene como plato fuerte a grupos históricos o con una larga trayectoria dentro del metal, sobre todo del heavy. Pero ahí están grupos con sonidos como death, black o metalcore para abrir el festival a nueva gente y para abrir los oídos de algunos cerrados de mollera que puedan quedar sueltos.

Pero no todo depende del cartel y del clima que pueda fastidiar en mayor o menor medida el festi. Como puntos a favor se puede nombrar el que los escenarios no estén hechos de tierra, con la molestia que esto causa en otros lugares, o aunque no sea de gran relevancia, sorprende ver un festival sin una sola marca publicitaria en todo el recinto, con claro espíritu DIY por parte de la promotora Sufriendo & Gozando, obviamente contando con apoyo del ayuntamiento y los artistas, como una gran familia montando algo hombro con hombro.


JUEVES

La primera cita llegaba con una jornada mucho más floja pero gratuita para todo el mundo, para acercar el festival a la ciudad de Villena y a cualquiera que quisiera ver cómo trabajan, según palabras textuales del organizador Marcos Rubio. Por lo general la premisa era tener un día distendido y pasarlo bien, lo cual se logró ampliamente con conciertos como el de Display Of Power, grupo tributo a Pantera que dio buena cuenta de bombazos como “A New Level” o “Fucking Hostile”, y que acabaron recordando a los que les critican que Pantera comenzaron también como un grupo de versiones.

A la caída de la noche, El Reno Renardo tuvo el honor de ser el primer grupo que petaba de gente el recinto. Su metal de hachas, espadas, rol y melenas y sus letras tan… “especiales” saben mejor con tanta gente junta cantando “El Reno Renardo”, “Crecí en los 80” o “El Bogavante”. Después, el folk de In Extremo triunfó mucho más que sus guitarras, con esas gaitas dándole a la banda ese punto tan celta que siempre es agradable de escuchar, y más en un grupo con tanta experiencia. Tanto el vozarrón de su cantante como esas gaitas tan adictivas e intensas enganchan a cualquiera.

Para acabar el jueves, un artista algo chalado llamado Mambo Kurt se presentaba en solitario acompañado de un teclado y una bola disco de colores para descolocar a unos y acabar por completar la fiesta a otros. Vino desde Alemania y había causado furor la semana anterior en el mismo Wacken. Una especie de Andrew W.K. a la europea que lo mismo pedía un wall of death con la música de Mario Bros que se tocaba un tema de Rammstein a lo bossa-nova. Sin duda la hora de descansar había llegado.


VIERNES

Que Moonspell tocaran a las 16.40 de la tarde deshacía gran parte del hechizo que supone ver a los portugueses. Aun así el público no faltó ni en presencia ni en entusiasmo y el cantante Fernando Ribeiro lo agradeció dedicando ese temazo a medio tiempo que es “Full Moon Madness” a todos los allí presentes, a falta de la luna. Por lo demás, tampoco faltó “Alma Mater” ni otros de sus míticos temas, así como de su última publicación “Alpha Noir”, de hace unos años ya.





Tras ellos le tocó el turno a los británicos Hell, que acompañan su heavy metal de la vieja escuela (de hecho el grupo comenzó en 1982, aunque volvieron a retomarlo en 2008 después de un hiato de 20 años) de una imagen entre lo satánico y lo carnavalesco, que sin duda llamaba más la atención que su propio sonido.

Mucha mejor decisión fue trasladarse al escenario cubierto Mark Reale – Riot, donde Leprous iban a ponerle el punto de calma tensa y de pasión que su grupo y su último discazo “Coal” destilan. De manera muy elegante presentaron su prog-metal oscuro y de corte similar al del ex-Emperor Ihsahn (también por el parecido en la voz) ante los asistentes, donde muchos desconocían hasta de su presencia en el festival.

Tras un breve paso por los thrashers Annihilator que no destacaron por encima de un concierto correcto, las expectativas se trasladaban al escenario gemelo donde Arch Enemy comenzaban su concierto lo más agresivos posible, en gran parte gracias a su nueva cantante, Alissa White-Gluz, que aporta al grupo la vozarrona que ya demostró en The Agonist y que ahora encaja perfectamente junto a Michael Amott y compañía. Si hay algún pero en Arch Enemy no es ella, sino el sonido actual de la banda, con la melodía con cada vez más importancia sobre el death metal. Los temas de “War Eternal” no machacan en directo como lo hacen “Ravenous” o “We Will Rise”, salvo una “As The Pages Burn” que viene a ser lo más bruto que han hecho últimamente. En general correctos pero no apoteósicos.




La desgraciadísima caída de Cattle Decapitation del cartel del Leyendas fue suplida por los madrileños Wormed, que transformaron la pista cubierta en una nave espacial de locura, gorrinillos y death técnico que fascinó a todos los que habíamos allí en una de las audiencias menos numerosas de la noche. Una gran injusticia aunque algo lógico teniendo en cuenta que para nada es el estilo preferido por la filosofía del festival. Aunque un gran regalo para los más extremos.

Y si Wormed pusieron la técnica, los californianos y míticos Possessed pusieron la parte burra y desbocada, además de un sonido mejor aprovechado en el mismo y difícil escenario, una pista cubierta de dudosa acústica. Los solos de la guitarra afiladísima de Daniel González recordaban a los grandes del estilo, cosa lógica pues hablamos de unos de los padres del death. Realizaron una más que sólida actuación haciendo retumbar el escenario con “The Exorcist”, intro de la película incluida, y con la histórica “Death Metal”, en un setlist perfecto para quien conociera esa obra maestra de disco llamada “Seven Churches”.

Con la noche llegando a sus últimos conciertos y la luna en lo más alto, un delgadísimo Nergal y su inseparable capucha nos dieron una bienvenida bien satánica a ritmo de los temas más llamativos de su nuevo disco, “The Satanist”. Ese mismo tema homónimo, al igual que “Ora Pro Nobis Lucifer” o “Blow Your Trompets Gabriel” tuvieron una ejecución perfecta y una tensión absoluta, pero no acabaron de enganchar a un público más expectante que alterado. Sin duda Behemoth no son tontos y saben que “Slaves Shall Serve”, “Conquer All” o “Christians To The Lions” bastan para enloquecer a la gente más extrema del lugar. Desgraciadamente la sensación era que llevaban el automático puesto y que quizá no supieran ni en qué país estaban tocando. No hubieron muchos efectos ni fuegos, tan solo algunas máscaras y antorchas. Satán se aburría, parece ser.




SÁBADO

Con un problema parecido al del día anterior, Eluveitie tocaban al sol en la tarde de Villena con unas temperaturas de unos 35ºC, lo cual hacía casi insoportable poder moverse demasiado si no era para buscar una buena sombra donde disfrutar. Desde luego el concierto se dio mejor posible que podía darse a esas horas, siendo los instrumentos celtas de los suizos los que llevaban el peso del sonido y refrescaban mucho el ambiente, aunque sin olvidar por supuesto que Eluveitie hacen death melódico, lo cual destaca sobre todo en sus temazos más famosos, como “Inis Mona”, o algunos tiros como “The Nameless” o “King”, incluidos en su nuevo disco “Origins” de este mismo año.



Los rockeros suecos H.e.a.t. basaron su set en ese AOR tan ochentero que hace de las melodías de sus teclados y de la voz chillona de su frontman los puntos fuertes del espectáculo. Lo más importante es que sirvieron de pasatiempo para lo que estaba por venir tras ellos: los alemanes Heaven Shall Burn estaban prácticamente solos en cuanto a metalcore se refiere (cambien etiqueta a su agrado), pero como ya dijimos con Wormed, había mucho amante de sonidos más modernos y extremos por el Leyendas y todo el que asistió se lo pasó de vicio, ya fuera coreando esas enormes “Black Tears”, “The Final Resistance”, etcétera, o bien a base de circle pits y walls of death, que no podían faltar. A la altura o mejor que en su visita al Resurrection Fest de 2010 (última vez que los había visto un servidor), y además su disco “Veto” del año pasado mejora aún más en directo.

Tras comprobar el llenazo que Hammerfall consiguieron con su heavy épico y flipar con el sonidazo que consiguieron en el concierto, la cita obligada era ahora con los griegos Rotting Christ en la pista cubierta, y esta vez sí, casi repleta. Quizá por compartir sangre latina, quizá por puro feeling, los autores de discos tan buenos y al mismo tiempo tan diferentes como “Non Serviam”, “Theogonia” o su último “Kata Ton Daimona Eayt” se mostraron muy enchufados y disfrutando del concierto tanto como los asistentes lo hacían abajo. No importaba mucho cuál fuera el tema, sino la intensidad con la que se vivió cada minuto. Pese al sonido embarullado que impedía a veces escuchar las melodías, algo que se fue solventando con el paso del tiempo, temas como “Athanati Este” o “The Sign of Evil Existence” tuvieron una ejecución impecable, además de una versión de sus compatriotas Thou Art Lord, “Societas Satanas”, que acabó por finiquitar un concierto de los que guardar en la memoria, sobre todo para fans del estilo.




Si en todo festival existe ese momento del último día donde confluye la gran mayoría de asistentes y que acaba convirtiéndose en un gran y principal fin de fiesta, ese momento en el Leyendas fue el concierto de Volbeat. Con el campo de fútbol a rebosar, el metal tan rockero, sureño y añejo de los daneses agradó y movio a todo el mundo a lo largo y ancho del recinto, ayudados de la versatilidad de su sonido y de las ganas que demuestran sobre el escenario. Por si fuera poco, acabaron pidiendo a todos los niños presentes en las primeras filas que subieran al escenario. Además eran muchos, dando cuenta del ambiente familiar durante todos estos días. En lo musical, su “Outlaw Gentlemen & Shady Ladies” del año pasado hace de hilo conductor de un concierto que recuerda a muchísimas bandas míticas del rock n’ roll, desde Danzig o Metallica pasando por los más oldies del género.

Aprovechando las últimas horas del festival, el mítico Kai Hansen nos presentó su nuevo proyecto llamado Unisonic. El que fuera cantante de Helloween en sus primeros discos (“Walls Of Jericho” y “Keeper of the Seven Keys”) y de Gamma Ray se centró en un sonido muy hard-rock y alejado del heavy metal de sus años mozos, aunque al final se encargó de arreglarlo de la manera más sencilla: con dos temazos como “March Of Time” y “I Want Out”, ambos de su época en Helloween.

Y para poner punto y final, qué mejor que la fiesta que se montaron Crisix en el escenario pequeño. Si por ellos fuera probablemente también habrían estado bajo con el resto de moshers dándolo todo. Su ultra fuckin’ thrash, como ellos le llaman, es muy rápido y recuerda a grandes y veloces del género como Overkill o Anthrax. Están muy locos, no hay duda, pero la ejecución fue buenísima y el concierto entró como un tiro, con la única desventaja de tener las fuerzas ya en reserva. Llevan 2 años viniendo a Villena y probablemente esta no haya sido su última visita.





Y con esto el festival Leyendas del Rock tocaba a su fin. Como anécdota, comentar que durante el mismo sábado se pusieron a la venta algunos abonos para el año que viene a un precio más reducido si cabe, que fueron agotados. Sin duda el Leyendas es un festival de muy buen ambiente y muy buen rollo, donde sus organizadores tienen un gran afecto por el heavy metal y por muchos de los músicos que lo tocan a nivel nacional e internacional, y por ello miman el estilo. Pero desde luego también pueden estar satisfechos de haberle dado bola a otros estilos, pues muchos de los que han asistido a Villena lo han hecho gracias a la parte más extrema del cartel. Sin duda la convivencia y la variedad siempre ayudará más que empeorar la situación.

Dicho lo cual, nos despedimos con un gran sabor de boca y con la intriga de descubrir el cartel del año que viene, aunque para eso nos espera un largo invierno por delante.

Fotos: Vicente Madrigal y Web Oficial Leyendas del Rock.

COMENTARIOS



Debes estar registrado para poder publicar un comentario


Entra en tu cuenta o regístrate