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 Guilles

ENTREVISTA

The Bridge por César Aguilar
14 de Marzo de 2015 3326 lecturas
Cuatro años después del notabilísimo “Art of Defect” (2010), los castellonenses Guilles de Rais se superaron con “The Bridge”, un cuarto álbum que raya la excelencia y evidencia una vez más la tan difícilmente clasificable música que factura esta banda de culto del metal extremo nacional, que va desde el death hasta el progresivo pasando por el black o el thrash, eso sí, siempre a partir de una visión personalísima. En mitad de su gira penínsular, cazamos a Sevi, guitarrista y compositor principal del quinteto, para que nos responda unas preguntas.

El pasado enero se cumplieron quince años desde la publicación de vuestro primer tema, “Expression of Life”. ¿Qué regusto te queda de estos quince años de carrera? ¿Cuáles eran tus objetivos cuando empezaste?

Pues sí, son quince años ya, y el regusto como tú dices es de lo más reconfortante. Los objetivos de la banda se han cumplido, pues no eran grandes sueños sino más bien una serie de metas cortas, con lo cual ahora vamos a por todas y sin ningún tipo de complejo.


¿Qué te motiva para seguir con la banda?

Que el público acepte nuestro trabajo.

Pienso que la evolución de Guilles de Rais ha sido muy coherente; más que evolución casi lo llamaría crecimiento, maduración, refinamiento. En la actualidad habéis dejado el punto black que teníais en vuestros inicios y os centráis en crear música igualmente técnica y compleja pero más dinámica y con un groove más thrash rock. ¿Has meditado cada paso hasta llegar hasta aquí?

El tiempo pasa muy rápido y, sí, es cierto que medito bastante cada movimiento de la banda. Además, hacer música sin trabas ni limitaciones para no encajar en una etiqueta estándar es algo que no tiene precio: las ideas fluyen y mejoran según va creciendo nuestra madurez musical. En mi opinión, cada trabajo debe reflejar una coherencia y tiene que contener un mensaje. Lo demás viene solo. Pero sí, sí que medito la calidad del producto final, porque quiero que sea algo bueno y perdurable, lo escuche donde lo escuche. Respecto a lo de dejar de lado el punto oscuro del black, no estoy de acuerdo. Creo que eso nunca lo vamos a dejar de lado.

En cada disco habéis metido influencias nuevas: por ejemplo, “Eli Eli Lamma Sabacthani” tenía aires orientales y en el principio de “Is This How You Envisioned Your Life?” había melodías celtas. ¿Dónde encuentras ideas para encajar en tu música? ¿Hasta que punto Guilles de Rais te sirve para experimentar? ¿Te pones algún límite?

Guilles de Rais enfoca cada álbum de modo que exista una coherencia entre la idea principal del disco y su banda sonora. Me gusta embarcarme en un nuevo viaje cada vez que hacemos un disco, porque todo se vuelve nuevo y fresco. El único límite es no salirse de una base de metal crudo y utilizar unas voces guturales desgarradoras. Al fin y al cabo esto es rock'n'roll.

Todos vuestros álbumes son diferentes, pero si hay algo que en mi opinión comparten es un marcado carácter old school. ¿Es intencionado? ¿Te gusta el metal extremo que se hace ahora?

Claro que es intencionado: es la base del mi composición musical. Sí, creo que hoy día hay grandes bandas (o, mejor dicho, grandes músicos), pero tengo que admitir que mi gusto es algo raro. No soy lo que se considera true metal. Me apasionan los discos que cuentan historias y hoy día es difícil encontrar uno bueno aún teniendo internet.

Desde fuera, “Art of Defect” me suena a punto álgido, a uno de esos álbumes donde sus creadores invierten un plus de energía y afortunadamente se ven recompensados por el resultado. Ya en “Is This How You Envisioned Your Life?” se apreciaba un salto de calidad, pero “Art of Defect” lo mejora incluso en la producción. ¿Sentías que estabas grabando vuestro mejor disco hasta la fecha? ¿Te involucraste en este álbum más que en los precedentes?

Is This How You Envisioned Your Life” fue un disco maldito; durante su interminable grabación no dejaron de sucederle cosas malas al grupo. Cuando se publicó, la cosa quedó un poco en el aire, pero cuando empezamos con “Art of Defect” todo fluía como el agua. La ilusión no tenía fin y sabíamos que trabajábamos en un producto fresco. Pero la verdad es que no me involucré más en “Art of Defect” que en los demás. Cada disco ha tenido el mimo que merecía.

Después de editar “Art of Defect” os quedasteis sin batería y “The Bridge” tardó cuatro años en aparecer. ¿Cómo de frustrante es estar tanto tiempo para editar un disco estando en vuestro mejor momento?

Buff, eso fue lo peor; de hecho, creo que circunstancias como esta son las que hacen que un grupo termine por desaparecer. Lo pasamos francamente mal durante esa época, pero algo en mi interior sabía que no era el final. Ahora tenemos las pilas cargadas y bastante munición...

Para grabar “The Bridge” reclutáis a Alfred Berengena, un auténtico crack de la batería. ¿Por qué os decidís precisamente por él?

Como ya he dicho otras veces, si vas a dar un paso hacia delante en tu vida, ¿por qué no hacerlo con un tanto más de calidad? Alfred es un todo un profesional y eso agilizó mucho la posibilidad de publicar nuestro trabajo. Una de las partes más conflictivas del metal extremo es la batería. Es una plaza que, si está bien cubierta, puede hacer que un grupo pase de cero a cien.

Ahora Daniel Ayala de vuestros vecinos Trocotombix está tras los parches. ¿Es permanente o solo para la gira?

Bueno, en sus manos está, el puesto se lo ha ganado con creces... Dani es de esas personas que no se mete en camisa de once varas.  Controla muy bien su instrumento y es muy rápido a la hora del aprendizaje. En cuestión de un mes tenía el setlist listo para tocar. Es un gran músico y una gran persona.

Mientras preparaba la reseña de “The Bridge” me enteré de que formas parte de Rottest Slag. Me llevé una sorpresa nostálgica y además entendí lo que te dije anteriormente del toque old school en vuestras grabaciones. Ya tengo una edad (en unos días cumpliré cuarenta y tres), y recuerdo saber de vuestra existencia a través de la revista/zine Metalli-K.O. ¿Cómo te introdujiste en el metal extremo? ¿Qué recuerdos tienes de esa época?

[Risas] Sí, cierto es. Pero yo tengo unos cuantos años menos que tú, y además empecé tarde en esto de la música. En 1992 tenia doce años y aún no estaba por el metal. Mis principios fueron Pearl Jam, Soundgarden, etcétera, y, cómo no, mi mayor influencia fue el “Siamese Dream” de Smashing Pumpkins (1993). Luego todo se tornó oscuro, aparecieron bandas más extremas como Carcass, Morbid Angel, Edge of Sanity, Emperor, Dark Tranquillity o Rotting Christ.

¿Siguen Rottest en activo? ¿Hay posibilidad de una nueva grabación?

Sí, en ello estamos. Incluso hay algún concierto a la vista.

Perdóname si me equivoco, pero me parece que tu concepto del ser humano no es muy positivo. ¿Elegiste el personaje del barón Gilles de Rais como ejemplo de lo atroces, violentos e insensibles que podemos ser a veces los hombres?

¡Por fin una pregunta coherente sobre el nombre de la banda! Tienes toda la razón, lo elegí exactamente por eso. Es una metafora real del daño que puede llegar a hacer el hombre, un daño que no se va a curar con el paso del tiempo. La crueldad nos acompañará hasta el final. Me atormenta mucho la idea de cómo cambiamos nuestra forma de pensar y actuar con el paso de la edad, qué habrá al cruzar el puente...

Estás muy interesado en el proceso de maduración de las personas. “The Bridge” incluye un desplegable donde, aparte de las letras, hay un montaje con fotos de los miembros de la banda en su niñez y al lado un dibujo monstruoso de cada uno. ¿Crees que el tiempo cambia a las personas para mal?

Sí. El ser humano es un animal que nace con una inocencia que apenas dura unos meses. Nuestro camino en la madurez contiene trazas de egoísmo, orgullo, celos y envidia, los ingredientes perfectos para llegar a la Bestia que habita en nuestro interior. De todas formas esta es una visión muy personal. No creo que lleguemos a conocer nuestro verdadero ser, y mucho menos el de quienes nos rodean.

En tu caso particular, ¿qué diferencias crees que hay entre el Sevi de hoy y el de los primeros tiempos como músico? ¿Ha cambiado mucho la escena y tu modo de entender la música desde que empezaste?

Me he vuelto más ambicioso musicalmente hablando. Ahora tengo claro que en la banda tengo que contar con músicos que tengan el mismo concepto y trabajen al mismo ritmo que yo. Empecé con ilusión, como todos, pero no sólo de ilusión vive el hombre. Y mucho menos una banda.

Hasta 2009 también fuiste el vocalista de Guilles de Rais. ¿Qué te hizo concentrarte en la guitarra?

Mi mala voz [risas]. En “Is This How You Envisioned Your Life” ya tenía claro que no debía haber cantado, de hecho supuso una pequeña crisis personal. Y como todo tiene un porqué, creo que desde que yo no canto la banda ha salido ganando tanto en disco como en el escenario. Y si es para mejor, adelante.

Guilles de Rais es un nombre esquivo. Llevas casi tres lustros al frente de la banda y os acabo de conocer. Corrígeme sí me equivoco, pero parece que estáis promocionando este álbum más que los anteriores. ¿Por qué precisamente ahora? ¿Te arrepientes de no haber intentado sacar la cabeza antes?

Como ya he dicho, antes no era tan ambicioso como lo soy hoy día, y, por otro lado, me ha costado mucho creer en las redes sociales. Es ahora cuando queremos dar el 100% tanto en una cosa como en la otra. La verdad es que me arrepiento de no haber llevado más lejos nuestros anteriores trabajos, pues tienen la calidad suficiente para estar en primera fila. Por fin salimos de la cueva [risas].

¿Cómo se hace un álbum tan complejo como “The Bridge”? ¿De qué idea partiste y cómo compusiste la música?

Pues creo que eso ni lo pienso. Estoy acostumbrado a dar lo máximo en cada disco y para este no ha sido menos. La madurez hace que las cosas cobren importancia y aumente su calidad. La idea principal del álbum son las bifurcaciones que se dan en el transcurso de la vida, cómo nos modelan y adaptan al entorno, aunque a veces no encuentres la salida. La música vino después y lo hizo con un toque más agresivo para las canciones de este disco. Vamos a continuar mostrando nuestra parte más dura en el próximo trabajo, que por cierto, ya está en curso.

Gran noticia, sí señor: aguardo impaciente. Soy de los que piensan que a escribir se aprende leyendo y supongo que a hacer música también escuchándola. En tus discos aprecio una melomanía brutal y una idea del formato álbum muy propia del pasado, con principio, nudo y desenlace. ¿Te consideras nostálgico?

Buff, ¡me has puesto los pelos de punta! Creo que si se perdiera este tipo de concepto a la hora de hacer música no sería nada positivo para el género. ¿Hay algo más bonito que encontrarse ante un disco que no solo te ofrece música sino además una historia con todos sus detalles? ¡Madre! ¡Aún recuerdo la primera vez que escuché “Crimson” de Edge of Sanity!

“The Bridge” me parece un álbum conceptual pero de modo abstracto. No estoy seguro de que narre una historia propiamente dicha, pero las letras (e incluso las ilustraciones) tienen un toque filosófico y están interrelacionadas por un existencialismo bastante brutal, ¿no?

Cierto. Es muy complejo hacer una historia enlazada como la que hicieron Cradle of Filth en “Cruelty and the Beast”, pero sí puedes tener una idea principal a través de la cual enfocar todas las canciones. Me gusta que el lector sea capaz de sacar sus propias conclusiones de mis letras y que encuentre una forma de sentirlas. Hasta el momento no ha habido ficción en ellas pero no lo descarto.

Intentando explicar las sensaciones que me producen las letras de “The Bridge”, en la crítica del disco cité algunas obras literarias y cinematográficas. Pero ahora que te tengo aquí puedo saber de primera mano. ¿Ha habido algún libro o película que influyera en la composición de este álbum?

No, en este no.

Y musicalmente, ¿qué es lo que más te influye o con lo que más te identificas? ¿Podrías hacer una playlist con tus influencias principales?

Vale. Es dificil y arriesgado, pero seré sincero:




Hemos tenido que dejar fuera “The Juggernaut Divine” de los suecos Armageddon por no estar disponible en la plataforma… Por cierto, ¿has escuchado últimamente algo interesante que puedas recomendarnos?

He descubierto una banda nacional (de Barcelona –ndr) llamada Obsidian Kingdom que es genial. Escucha su album “Mantiis”, es buenísimo. Por otro lado, no sé si conoces a Enter the Hunt, la banda del señor Krister Linder (me vuelve loco cómo canta). No tienen muchos trabajos, pero los conocí no hace mucho y me gustaron.

El pasado 29 de noviembre disteis el primer concierto desde el del festival Costa del Fuego en 2012, en este caso junto a Barbarian Prophecies y Primigenium. ¿Qué tal fue? ¿Tenéis ya todas las fechas ultimadas?

Genial, creo que todos salimos contentos, tanto grupos como público. Fue un comienzo de lo más positivo para la gira. Al margen de las fechas que hemos podido hacer hasta ahora (Valencia, Vigo, Lugo, Alicante, Almería…) ya tenemos varias más confirmadas: el 11 de abril en Córdoba y el 9 de mayo en Castellón.

Y para finalizar, dos curiosidades. Primera: los nombres de tus grupos, Rottest Slag y Guilles de Rais, comparten errata. ¿Son muestras intencionadas del “arte del defecto”?

[Risas] Lo de Guilles de Rais es intencionado. Es una cuestion de vocalización y a la vez sirve para marcar la diferencia con el personaje. Rottest Slag no es cosa mía e ignoro el porqué de la errata: entré en el grupo casi veintitrés años después de que lo formasen.

Y, segunda, ¿tienes algo que ver con el pub sevillano que lleva el mismo nombre que tu banda?

Sí, ese pub lo regenta un amigo que ya trabajó conmigo cuando yo era dueño de mi propio negocio (el Guilles de Rais Pub en Castellón). ¡Le mando un abrazo a Jose!

Pues nada más, esto es todo por mi parte, que no ha sido poco. Muchísimas gracias por tus respuestas y si tienes algo que añadir ya sabes…

Gracias a ti, y añadiré que esta entrevista me ha parecido de las más entretenidas que he contestado. ¡Un saludo y a seguir!
  


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