CRÓNICA

Reconozco que estoy totalmente enamorado de La Maravillosa Orquesta del Alcohol. Si ya había escuchado “¿Quién Nos Va A Salvar?” (2013) hasta la saciedad, con “La Primavera del Invierno” (2015) está ocurriendo exactamente lo mismo. Una mezcla genial de folk, blues y rock en castellano llevada a buen puerto por siete músicos de alta gama, con corazón, energía y ganas. Y con un disco bajo el brazo (Editado el pasado 10 de Marzo y producido por Santi García) que es una verdadera delicia. He intentado seguir su trayectoria de cerca desde entonces, y cada paso que dan hace que siga empatizando con ellos, con su música y con lo que representan. Así que cuando surgió la oportunidad de poder ver su directo en su paso por la sala Bikini de Barcelona no tuve que pensarlo demasiado. El pasado viernes 15 de Mayo La M.O.D.A. ofrecía el onceavo concierto dentro de la gira de presentación de su nuevo disco. En poco más de tres meses se habrán recorrido buena parte del territorio nacional y habrán participado en festivales como el Arenal Sound o el Sonorama. Además, los tres puntos suspensivos en el cartel de promoción de las fechas al final de la lista dejan entrever que seguirán cerrando fechas para este año.

Llegué puntual al concierto, sobre las 20h las puertas habían abierto y la sala se llenaba hasta alcanzar la media capacidad. Abrían Besos Robados, banda local de pop rock cuyas influencias van de los Stones a los Beatles con un acentuado sentimiento blues, pero que en la práctica eran un cruce con la suficiente calidad entre Andrés Calamaro y Pereza. Sonido y directo más que correcto. El cuarteto se encontraba allí presentando su primer trabajo “De Boca En Boca”.

Sobre las 21h y tras haber recolocado el escenario, “Nubes Negras” empezó a sonar en modo intro mientras los miembros del grupo iban ocupando sus posiciones. Guitarra, saxo, acordeón, bajo, teclado y batería conformaban la amalgama de instrumentos folk que hacen de La MODA una banda peculiar dentro de la escena rock. Rigurosa camiseta de tirantes blanca que incluye su uniforme de batalla y las evidentes ganas de montar una buena fiesta. Aunque “La Primavera del Invierno” es un álbum más tranquilo y calmado, el contraste con temas de otros trabajos hizo de la velada un cúmulo de sensaciones contrapuestas.

Arrancaron con “Miles Davis” un sonido un tanto desajustado que poco después mejoraría notablemente. La sala ya contaba con un variopinto grupo de seguidores. Prácticamente todo el mundo se había aprendido al menos algún fragmento de las canciones. Y así se sucedieron temas del nuevo LP que se intercalaban con otros de “¿Quien Nos Va A Salvar?”. “Amanecederos”, “Masters of the World” (del EP “No Easy Road”), “Disolutos”, “Amoxicilina” o “Suelo Gris”. Los siete componentes del grupo gozan de personalidad propia y a la vez funcionan como conjunto. Desde luego, tablas no les faltan. Y quizá sea impresión mía, pero la humildad, las ganas y el sacrificio hacen que sea realmente sencillo conectar con su música (aun siendo por momentos un folk oscuro y deprimente en la línea de Cash), no había escuchado antes una propuesta así en castellano, y todo me encaja cuando son estos burgaleses los que lo hacen. Después de los agradecimientos a Jordi y Richard de RockZone y su productor Santi García entre otros, continuaron con “PRMVR”, “Catedrales”, “Lobos”, “1932”, “Nómadas” y “Quién nos va a salvar”. Una espectacular “Rascacielos” (el corte que cierra “La Primavera del Invierno”) solamente con guitarra, voz y acordeón que me puso los pelos de punta. Para terminar, “Hay un fuego”, “Johnny Cash” (casi a petición popular) y “Gasoline”.

Más de dos horas de concierto. Podrían haber vuelto a empezar desde arriba sin despeinarse. La energía que transmiten es algo fuera de lo normal. Salimos de allí sobre las 23h de la noche con la sensación de haber participado en un concierto atípico y disfrutable de principio a fin. Si todavía no te has atrevido con su música, no puedo dejar de recomendarte que abras las orejas y les prestes un poco de atención. Por mi parte, iré a verlos siempre que pueda.