trip-hop / electronic / alternative dance
 Massive Attack

CRÓNICA

Low Festival
Massive Attack, Editors, Blood Red Shoes, The Horrors, The Hives
25 de Julio de 2014 por Vicente Madrigal Benidorm 7452 lecturas

En el hervor veraniego de Benidorm, ciudad conocida por su oferta turística y sobre todo por sus guiris, tenía lugar el pasado fin de semana la quinta edición del Low Festival. Aunque el festi nació en Alicante, el nulo apoyo del ayuntamiento de esa ciudad hizo que se trasladara a tierras más prosperas para el ocio y la práctica de estos eventos.


La oferta: tres días de conciertos a partir de la tarde-noche (total acierto comenzar a las 19:00 en lugar de a primera hora de la tarde), varios escenarios para dar cierta variedad de elección y un cartel que, como en pasadas ediciones, combinaba grupos internacionales consagradísimos que aseguraban calidad y público con grupos nacionales, ya sean los punteros del indie español o bandas que tratan de hacerse un hueco y toman estos festis como una gran oportunidad en su vida como músicos.

El resultado: gran éxito en lo musical, el sonido en general muy aceptable; muy buen ambiente con las vacaciones como excusa, y algo mejorable el recinto, la ciudad deportiva Guillermo Amor, que no abarcaba el suficiente espacio como para evitar que los múltples escenarios mezclaran sus sonidos, cosa que nos causaría molestias durante varios conciertos en los 3 días de festival. Pero mejor repasamos ya lo que dio de sí el Low en lo musical.


VIERNES

El primer día empezaba a caer en pro de la noche mientras un elegante Iván Ferreiro templaba los ánimos en el escenario Budweiser, el más grande del festival. Poquito público pero muy buen rollo, una banda de acompañamiento que cumplía mientras la voz de Iván lo arrebataba todo y nos dejaba los primeros pelos de punta del festival. Sus temas en solitario no se acercan a los tiempos de Los Piratas, pero su voz es y será siempre un gozo. Una bienvenida más que agradable.


Un Pelle Almqvist gigante simulando usar como marionetas a los componentes de The Hives nos invitaba al siempre loco directo de los suecos, protagonizado precisamente por Pelle, su cantante, un showman
que no dejaba de soltar bromas y de animar al personal (“MEJOR DEL MUNDO!” decía en español, entre canción y canción, sin falta). Vestidos de impoluto blanco y negro, soltaron sus hitazos de siempre (“Walk Idiot Walk”, “Main Offender”, “Tick Tick Boom”, “Hate To Say I Told You So”) bien intercalados durante la hora de concierto, y aderezados de varios temas de su última publicación, “Lex Hives”, además de regalarnos tema nuevo de un próximo disco.

El estreno del escenario Ron Matusalem (es decir el segundo más grande) fue con Blood Red Shoes presentando su nuevo disco homónimo, y en mi opinión quizá el mejor de los cuatro de la banda. El dueto batería-guitarra no recuerda a The White Stripes por lo gráfico sino también por lo musical, aunque también se acuerdan de Placebo o Nirvana, haciendo de su directo algo más que ameno, ejecutando riffs con un ritmo de batería muy indie y tratando de hacer mover a un no muy abultado público, lo cual fue desinflando poco a poco la gran fuerza inicial con la que había empezado la pareja. Deberían probar con un bajo para dar más resistencia y fuerza a sus temas.


Muchos pensarán que para ver a Holy Ghost!, los pupilos de James Murphy en DFA, es preferible hacerlo en su versión de dj set, la cual también realizaron en el Low. Para quien piense así o para quien sea, estos neoyorkinos (y de Brooklyn, cómo no) amantes de la música disco estuvieron repasando su “Dynamics” del año pasado con una muy buena ejecución y de manera que una banda al uso acompañaba los sonidos electro del proyecto, que invitaban a un buen baile y a darles al menos una oportunidad.


SÁBADO

De nuevo la noche empezaba a caer sobre Benidorm y traía consigo otro concierto muy apropiado para esas horas. The Horrors han crecido, se han hecho adultos y han dejado olvidado en la historia su “Strange House” de debut, haciendo de esa obra de arte llamada “Primary Colours” el punto de partida hacia su último álbum, titulado “Luminous”, nombre para nada casual en ese camino hacia la luz que andan recorriendo los ingleses a cada paso que dan. Si temas como “Who Can Say” o “sea within a sea”, nos dan escalofríos de ser ya temas míticos de cualquier aficionado al grupo, escuchar “In and Out of Sight”, “Still Life” o “I See You” nos transportan muy lejos junto a ellos entre ese humo denso de colores que es su sonido.



Y llegó el momento más esperado del fin de semana: Massive Attack aparecían en escena para erizarnos todo el cuerpo a cada nota, y para hechizarnos en cada tema que tocaban. Simplemente mágicos. Hace tiempo que Massive no tienen nada nuevo que ofrecernos, pero lo suplen con clase, mucha clase, y con mucha integridad y combatividad al mismo tiempo. Las pantallas LED de sus espaldas nos transmitían mensajes de crítica social, nos hablaban de la dictadura de las marcas, de las redes sociales, de la hipocresía de los políticos o de la futilidad de la guerra. Pero era el grupo el que aplicaba un contraste brutal a estas imágenes, como por ejemplo ese final de “Unfinished sympathy” con las cifras de las muertes en el conflicto de Gaza… de puro escalofrío.

Aparte de ese cierre, muchísimos momentos para no olvidar: una preciosa “Paradise Circus” desde la voz de Martina Topley-Bird, una más que intensa “Girl I Love You” (¡ese bajo matador!) interpretada por el grande del reagge Horace Andy, o ese regalo en forma de “Teardrop” y “Angel” de manera continuada, donde se vivio el mayor éxtasis entre el público, que simplemente se dejaba llevar entre el mar en calma de sonido que habían provocado los de Bristol. Aunque en múltiples ocasiones, esa calma se convirtió en ruido, mayormente gracias al guitarra Angelo Bruschini que aportaba toda la intensidad del mundo, y que se nos metía hasta el último nervio del cuerpo.

En definitiva, hay un antes y un después de haber visto a Massive Attack sobre un escenario, al igual que muchos otros conciertos le cambian a uno la perspectiva. Y esa es la gran fuerza, la que le consume a uno de felicidad delante de luces y ruido, y desde ese momento todo cobra un poco más de sentido a nuestro alrededor. Ojalá la vida fuera lo más parecido a un eterno concierto de Massive Attack.

Tras el gran éxtasis desatado con Massive, aún quedaba más de la mitad de festival para alegrarnos los oídos. Los siguientes en escena fueron Editors, que si bien tienen una de las discografías más veleta que conozco (han probado con post-punk oscurillo, con el indie-rock más plano, con teclados por todas partes, etc), en directo es el indie rock estadio y el temazo sing-along el que toma el mando. Y en el fondo saben lo que hacen, pues el público respondió petando literalmente el escenario (quizá el mayor llenazo de un grupo internacional en todo el finde, junto al de Massive). Personalmente me quedo con una inesperada “Munich”, de su primer disco, al inicio del concierto, y con esos estribillos tan guilty pleasure que esconden algunos de sus últimos discos.

es una gran desconocida para casi todo el mundo. La cantante, situada en la estela de artistas como The Knife por lo electro-escandinavo del asunto, o de Grimes por absolutamente todo, aunque cuya diferencia radica en el formato grupo que presentaba la danesa y autora de “No Mythologies to Follow”, de este mismo año. Para qué engañarnos, cuando uno va a un festival veraniego espera como agua de mayo estos conciertos. Mucha alegría, baile y una MØ entregadísima a la causa que acabó saltando al público y cantando mientras bailaba entre ellos. Si quería darse a conocer en España lo ha conseguido. Eso sí, al declararse fan de Spice Girls y con cover de “Say You’ll Be There” incluida ha perdido otros tantos.
 
El directo de los londinenses We Have Band es uno de esos que no llaman la atención a nadie con quien lo comentas, que no ves destacado en ninguna crónica, pero que te llevas dentro como un momento donde todo encaja. Pese a tener un estilo muy LCD Soundsystem, ellos suenan menos punkis y más estilizados (menos a NYC y más a Londres, obvio), usan tres voces indistintamente, y basan todos sus temas en un concepto extremo del ritmo y el baile aunque al mismo tiempo son muy sutiles. Quedarse quieto en un concierto suyo podría ser considerado una tortura. Y si su directo es bueno es porque está en gran parte basado en su nuevo disco “Movements”, de este 2014, más que recomendable.

La noche acabó con SebastiAn a los platos, que como tantos otros, recoge el legado afrancesado de Daft Punk y lo transforma en una obra de ingeniería bien lubricada y afilada para una pista de baile, para un festival o para lo que se ponga por delante. Desgraciadamente, y pese a su buen disco “Total” de 2011 y sus conocidos remixes, SebastiAn no es tan conocido por estas tierras como pueden serlo Justice o Boys Noize, pues otro gallo habría cantado en un escenario más modesto y más de paso (el escenario Budweiser, el del estadio, requería de cierta vuelta a propósito para su acceso).


DOMINGO

Ya para la última jornada de festival quedaba el concierto hooligan de Kaiser Chiefs, que no han cambiado la fórmula en todos estos años y no iban a hacerlo ahora. Quien conozca Benidorm conoce su famosa “zona guiri” llena de pubs y garitos que hacen las delicias de los hooligans que nos visitan. Pues bien, en el Low Festival apenas había ingleses (por no decir ninguno), y en este concierto se echaron mucho de menos. Habría dado lo que fuera por recoger a unos cuantos miles de ellos, cerveza en mano incluida, y haberlos puesto allí en medio de todo el concierto. Estoy seguro de que el ambiente sería otro, que para el grupo también habría sido más especial, y con suerte a más de un inglés se le habría ido la pinza y el disfrute habría sido completo.

En el escenario llamado Sounds Of Valencia que, como su nombre indica, albergaba a bandas de la Comunidad Valenciana (que básicamente era el Red Bull Tour Bus de todos los festivales) tuve la oportunidad de asistir al concierto de un grupo bastante ajeno a lo que sonaba generalmente en el festival: Nanga Parbat, ahora colectivo aunque nació como proyecto en solitario y que seguro gusta a fans de Low, Great Lake Swimmers o Mojave 3, por decir unos cuantos ejemplos. Su directo fue más que correcto, pese a que en otro mini-escenario justo al lado la siguiente banda en actuar probaba sonido al mismo tiempo que Nanga Parbat tocaban. Si fue fallo de previsión de la organización un cero enorme, aunque tampoco se vio muy buena actitud por parte de la banda que probaba.


Precisamente esa otra banda era la que acompañaba a Steve Smyth, que tocó su guitarra a ritmo de blues y americana, e hipnotizó a más de uno con su rasgada voz que recuerda a grandes del estilo. Ya fuera con batería más bajo acompañándole, en solitario con su guitarra o simplemente a capella, fue una gran demostración que disfrutamos todos, tanto él como los que pudimos escucharle.

Si en alguien se fijan los suecos The Royal Concept para su concepto de grupo, tanto en música como en puesta en escena, esos son Phoenix. El grupo francés es un espejo para estos chavales que sacaron el año pasado su primer disco, “Goldrushed”, y que seguro a más de uno les sonarán por tener un par de canciones en el FIFA (cada uno se gana el pan como puede). Desde luego se echa en falta una personalidad propia para empezar a hablar del resto, pero al menos la puesta en escena pasa un aprobado raspado.


Como colofón perfecto a esta crónica del Low Festival están los últimos y más sorprendentes grupos a mi modo de ver en los 3 días. Primero Paus, los portugueses que acaba de firmar El Segell del Primavera para editar su segundo disco, que tocan en formato de batería doble en primera fila del escenario, y con guitarra, bajo y teclado en segundo plano. Recuerdan a un híbrido entre Animal Collective y Health, con el colorido de unos (ser portugués debe ayudar) y la contundencia y percusión de los otros. Grupo a seguir muy de cerca.

Por otra parte, lo de The Suicide of Western Culture era una cita obligada que la hora (las 5 de la mañana) no nos iba a impedir cumplir. TSOWC nos metieron el beat en vena y desde ahí el noise y demás ruiditos ambient nos iban ganando hasta literalmente no poder parar. Imposible no recordar el directazo de sus semejantes Fuck Buttons, lo cual es una gran noticia. Aunque su “Hope Only Brings Pain” de 2013 habla por sí solo.

En definitiva, salvo ese problema organizativo y otros de solapes de sonido (habituales, por desgracia, en los festivales españoles) se puede decir que el Low Festival ha cumplido. A las buenas cifras de asistencia siempre importantes para la organización (sold-out el sábado con 25.000 personas) se sumaban vacaciones, buen tiempo, playa, algo frío que tomar, y la música, por supuesto. Y si es nueva, alternativa y nos triunfa en Zona-Zero, muchísimo mejor.

COMENTARIOS

1 Comentarios

  • #1
    el 1 de Agosto de 2014
    hollow_life
    En Radio 3 han colgado algunos de los streamings del festi así como programas especiales, para quien le apetezca: http://www.rtve.es/alacarta/audios/festivales/low-festival-2014-ivan-ferreiro-milkway-express-leon-benavente/2682294/


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