thrash metal / heavy metal / symphonic metal / noise rock / art rock / experimental metal
 Metallica
S&M
DIRECTO
ZONA-ZERO
90
90 VOTOS
81
+
Metallica

S&M

Publicación:
Noviembre 1999
Sello:
Elektra
Productor:
Michael Kamen, James Hetfield, Bob Rock
Género:
metal, pop-rock
Estilos:
symphonic metal, thrash metal, hard rock, heavy metal

MEDIA

Tracklist

  • CD1:
  • 01.The Ecstasy of Gold
  • 02.The Call of the Ktulu
  • 03.Master of Puppets
  • 04.Of Wolf and Man
  • 05.The Thing That Should Not Be
  • 06.Fuel
  • 07.The Memory Remains
  • 08.No Leaf Clover
  • 09.Hero of the Day
  • 10.Devil’s Dance
  • 11.Bleeding Me

  • CD2:
  • 01.Nothing Else Matters
  • 02.Until it Sleeps
  • 03.From Whom The Bells Tolls
  • 04.Minus Human
  • 05.Wherever I May Roam
  • 06.Outlaw Torn
  • 07.Sad But True
  • 08.One
  • 09.Enter the Sandman
  • 10.Battery

Miembros

  • James Hetfield: voz, guitarra
  • Lars Ulrich: batería, percusión
  • Kirk Hammett: guitarra, coros
  • Jason Newsted: bajo, coros
  • Michael Kamen: director de orquesta
  • Orquesta Sinfónica de San Francisco: orquesta

Análisis

por el 20 Sep 2003
23862 lecturas
S&M” no es un disco cualquiera. Es en mi opinión, uno de los mejores compactos que se han grabado jamás. No creáis que me dejo llevar por el entusiasmo ni por la cierta afinidad que siento por Metallica, sino que tengo suficientes argumentos para verificar mi afirmación, o por lo menos, para demostrar que está basada en fuertes cimientos.

Para empezar, es un doble CD (con un precio bastante elevado, pero bueno) que recopila gran parte de los mejores temas de Metallica hasta 1999 más dos temas nuevos, tiene una calidad de producción asombrosa, y el sonido es espectacular, y lo mejor de todo: mezcla muchos de los mejores temas del metal con la majestuosidad de una orquesta sinfónica, y no una cualquiera, sino la prestigiosa Orquesta Sinfónica de San Francisco, dirigida por el célebre Michael Kramen. Creo que ahí está la clave del trabajo: el sonido de las canciones de siempre, renovado y fusionado con las decenas de instrumentos de una orquesta. Son los clásicos de Metallica, pero llevados a un nuevo plano. Todas las canciones ganan en calidad, en peso, en profundidad, en ambientes, en magia, en magnitud… si antes eran grandes, ahora son gigantes.

Tras “Load”, “Reload” y “Garage Inc.” Muchos ponían en tela de juicio la trayectoria de Metallica (personalmente creo que son buenos discos, no grandes, pero sí buenos), y con este trabajo, entre otras cosas, querían demostrar que seguían siendo capaces de tocar igual que antes, que con el paso de los años mantenían toda su fuerza y su rabia “heavy”. Y a pesar del inmejorable acabado, la idea era mucho más peligrosa de lo que parecía, puesto que muchos han tocado con una orquesta, y el tiro les ha salido por la culata. Aun así, tomando el ejemplo de grandes óperas rock (Deep Purple, Scorpions, Theater of Dreams) de éxito, Metallica quiso apuntarse un nuevo tanto en su carrera.

Este “S&M” (como ya habréis deducido, pero por si acaso lo explico, S corresponde a Symphonic y M a Metallica) contiene a parte de un extenso librito de fotos, con notas de los protagonistas de esa inolvidable noche, dos discos, bastante compensados entre sí, y tan solo los gustos personales servirían para elegir el preferido. Demostrando que este disco apuntaba muy alto en el momento de su grabación, el primer disco empieza con “The Ecstasy of Gold”, la mítica melodía que forma parte de una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine, me refiero a la de la película “El Bueno, el Feo y el Malo”, compuesta por el más grande de los compositores clásicos del siglo XX: Ennio Morricone. Es un tema totalmente sinfónico, de 2:30 para el deleite de los aficionados a la buena música. Y si alguien esperaba escuchar a Hetfield en el siguiente tema, se queda con las ganas, porque llega “The Call of Ktulu”, más de nueve minutos y medio de interpretación instrumental. La misma canción que ensalzó a Metallica al Olimpo del metal, incluida en su álbum “Ride the Lithtning”.

Más de 12 minutos instrumentales pueden parecer muchos, pero la intensidad de estos, hacen que parezcan 30 segundos. Para los que necesiten la voz para disfrutar, llega por fin el primer tema cantado del disco. Se trata ni más ni menos que de “Master of Puppets”, la que para muchos es la obra maestra de Metallica, y la única canción de metal capaz de competir con el “The Number of the Beast” de Iron Maiden. ¿Cuál era mejor? Un debate de la época que aun queda por responder. Bueno, la canción en sí mantiene esa estructura literaria que toda canción de Metallica (hasta “St. Anger”) tiene. Es decir, una introducción fuerte, que nos pone las cosas claras, y después, un cuerpo central en el que se concentre la “chicha” de la canción. Solos, arreglos y compases maestros, que ganan en todos los aspectos con las cuerdas y la percusión de la orquesta (el viento a penas tiene protagonismo en esta pieza). Para finalizar, vuelve la lírica y la música potente, cargada de energía, como demuestra la malévola risa de Hetfield al final. Aplausos de una multitud enloquecida con lo que está presenciando es el condimento necesario entre canción y canción. Un elemento que no se haya en los discos de estudio normalmente, y que yo creo es fundamental para dar vida a un trabajo, y es que ¿qué sería del rock sin un fiel público que grita, chilla, se alegra o entristece, salta o canta mientras menea la cabeza? “Of Wolf And Man”es un tema más bien corto comparado con el resto. Al mismo tiempo, creo que es una de las canciones que perfectamente podrían haber sido sustituida por otra, pero bueno, ahí está, y si fue elegida, por algo será. Lo más probable que hubiese sido para dar mayor presencia a sus primeros discos más desconocidos, como fue “Metallica”.

“The Thing That Should Not Be” es uno de los temas más pesados de Metallica, pero en esta ocasión, con el aporte de la orquesta, recibe un plus de magia que hace mucho menos machacante la canción. Por lo demás, los elementos de siempre, entre los que destaca la guitarra, distorsionada y eléctrica, en momentos punzante como una aguja, marcándose un par de solos a cargo del gran Hammett. Para acabar de rematar la faena, cierra el clásico una marcha fúnebre interpretada por la guitarra, tan distorsionada, que hace que parezca más tétrica aun la melodía. Recuperando uno de los mejores temas de Metallica, llega la revisión de “Fuel”, una canción con fuerza, garra, con gancho, repleta de cambios de ritmo asombrosos, en la que todos los instrumentos tiene protagonismo especial, aunque la batería de Lars Ulrich hace las delicias de los aficionados. En “The Memory Remains”, vuelve a surgir con fuerza el elemento más importante de un disco grabado en directo: el público. La canción es buenísima, con la guitarra de Hammett de nuevo dibujando notas maestras, la orquesta de fondo apuntalando con acordes clásicos la canción, y lo mejor de todo: la seguidilla tras el estribillo. Canta con su áspera voz Hetfield, y después los “na, na, na” del público le da un plus casi épico a la canción. Te invade esa sensación de grandeza y grandilocuencia que solo un grupo de metal o una orquesta pueden otorgarte. La canción se parte en fragmentos mucho más aplastantes y pesados, y otros en los que la batería sigue siendo lenta y contundente, mientras que la guitarra de Hemmett se machaca a solos. Para terminar, más coros del público, que junto a sus palmas, hacen enorme la canción. Tal si se escuchase un poco más alto sería mejor. Por otro lado, estos aplausos sirven de enlace con la faraónica “No Leaf Clover”. El “trébol sin hojas”, que es una canción no incluida en ningún trabajo anterior de Metallica, y que escuchando su asombrosa calidad, nos preguntamos por qué no. La canción recupera el gancho metalero perdido en la saga “Load”, pero con quiebros bruscos que dan paso a momentos tranquilos y muy melódicos, bastante más característicos del hard rock americano. La canción tiene una gran presencia de la orquesta, especialmente de su sección de cuerda frotada, y algún que otro instrumento de viento (la flauta travesera y el oboe se escuchan más de una vez). Pero de nuevo, lo mejor de todo son los solos de guitarra. Algunos largos y otros más breves, pero todos iguales de brillantes e intensos.

“Hero Of The Day” trae una nueva canción de las que en ese momento eran el nuevo sonido de Metallica, es decir, una de las canciones de “Load”. Un ritmo southern rock, con una mezcla en la melodía inicial entre el grunge, el hard rock y el country (el country más serio, nada de Dolly Parton). Una canción que gana lo indecible con los violines, y que está repleta de sentimiento, y aunque muchos se quejen por el cambio que hizo Metallica con canciones como estas, el resultado final sigue siendo inmejorable. Tras los primeros momentos de melodía casi vocal, se empiezan a unir con más fuerza los instrumentos electrónicos: la guitarra excelente, la batería sobresaliente y el bajo del ya ex – Metallica Jason Newsted. Una canción muy técnica, muy orquestada y con muchísimo sentimiento. Más de la época “Re-Load” llega con “Devil’s Dance”, una canción mucho más pesada y oscura, con mayor similitud al hard rock tan popular a principios de los 90. Una canción que aplasta, que con un paso lento pero firme va imprimiendo ese ritmo que parece el movimiento de zombies. Canción polémica pos sus posibles referencias al diablo (lo que hace la prensa sensacionalista cuando está aburrida…), que tal vez contrasta demasiado con la orquesta sinfónica. No es que la canción sea mala (creo que no podría decir que ninguna de las canciones de Metallica es mala), pero no es la que más pega con la orquesta.

Para finalizar con el primer cd, más de “Load”. En esta ocasión “Bleeding Me”, una canción nuevamente oscura y de notas depresivas, decadentes. La introducción viene marcada por las tenues notas de cuerda por parte de la orquesta, una pequeña dosis de xilofón y platos, y poco a poco va ganando peso y consistencia la batería de Ulrich. El ritmo sigue lento, con los estribillos más crecidos en lo que a revoluciones se refiere, con una seguidilla a base de solos de guitarra. El disco 1 finaliza tras bastante más de 1 hora (1:06 aproximadamente) con la despedida de Metallica para tomarse un descanso, y tras eso, ya podemos poner el segundo disco.

El 2º cd se caracteriza por menos presencia de “Load” y “Re-Load” y por recuperar mucho más el viejo espíritu de los grandes y primeros trabajos de Metallica. Para empezar, una de las mejores canciones de Metallica y una de las que mejores arreglos orquestados tienen: “Nothing Else Matters”. Una canción melódica, sentimental y con todo el espíritu de las baladas rock, esas power-ballad que sin dejar de ser canciones de verdadero rock, llegaban a lo más profundo de la fibra sensible. ¿Qué se puede decir a estas alturas de “Nothing Else Matters”? Pues que es una verdadera obra maestra de la música en general, que reversionada para conjugar a la perfección con la orquesta, gana enteros. 6 minutos y 47 segundos de pura emotividad, con todos los mejores elementos de Metallica, con es la contundencia de sus instrumentos o los solos y los punteos impresionantes. Otra de las mejores mezclas metal / clásica del disco es la que tiene lugar en “Until It Sleeps”, una canción que mezcla los fragmentos duros y potentes con los fragmentos mucho más calmados y melódicos. Un estribillo cargado de ritmos hipnóticos, que reciben una bocanada de aire fresco de parte de los instrumentos de viento más graves, como la tuba, que suena por encima de los otros.

Por si a alguien no le había convencido ya el inicio de este segundo disco, llega otro temazo mucho mejor con la clásica de la mano, se trata de “From Whom the Bell Tolls”. Sigo insistiendo en que lo mejor de los cds en directo es la participación del público, afirmación que vuelve a quedar apoyada por esta canción. Una canción contundente y machacona, oscura y bastante lúgubre, que recibe un punto extra de oscuridad, de potencia, de grandeza y de maldad de parte de los riffs de violín, viola y chelo que se escuchan de fondo. La participación del público, con sus cánticos y coros, añade además, una sensación de escuadrón, de ejército que canta al mismo son y que como bandera tiene el metal.

La segunda canción estrenada para este disco es “Minus Human”, canción que parte de un largo inicio instrumental, lento y pesado. La verdad es que no hay mucha más historia, ya que el ritmo no es demasiado variado. Sigue una estructura similar, con batería machacona y riffs pesados, todo para formar una melodía lenta que avanza cual apisonadora, poco a poco pero sin dejar nada por aplastar. Mucho mejor es otro de los grandes clásicos de Metallica: “Wherever I May Roam”. Suenan las primeras notas, y la gente enloquece, no en vano es uno de esos himnos del rock de todos los tiempos. Melodía lenta y pesada repleta de compases orquestados, que se acelera y gana velocidad para entrar en el inolvidable estribillo. La voz de Hetfield se oye mucho más, y los cambios de voz están realmente bien hechos (cambios que recuerdan a la reciente “Frantic”).

“Outlaw Torn” son casi 10 minutos pertenecientes a “Load”. La canción sigue con la tónica de ritmos pesados y melodías lentas, en las que llega a haber momentos en los que Hetfield, Ulrich, Newsted y Hammett no participan, dejándoselo todo a la orquesta (breves compases de escasos segundos de duración). La canción parece un canto de sufrimiento, que tiene su momento álgido cuando Hetfield grita “…my outlaw torn!”. Los cambios de ritmo son posiblemente lo mejor del tema (por parte de Metallica, la sinfónica de San Francisco lo hace todo espectacularmente bien). Le sigue otro tema de “Metallica”, llamado “Sad But True”. Apoteósica canción, agresiva y poderosa como la que más, con unos riffs que dejan entrever lo mucho que ha supuesto Metallica para el nuevo metal.

El disco “…And Justice For All” tiene su representación con “One”, tema recientemente versionado por Korn, y que a mi parecer, es de las mejores composiciones de Metallica. La famosa introducción a base de sonido de ametralladoras, balas, explosiones precede a una sensible melodía por parte de los discípulos de Michael Kramen. Los acordes de guitarra se le suman, creciendo poco a poco junto al bajo y más tarde junto a la batería. Esta canción, perfecto ejemplo de la mejor escuela de metal, esa que puede unir en la misma canción la melodía y la fuerza, se convirtió en todo un himno, que a pesar del paso del tiempo sigue siendo una maravilla. La melodía, suave con cierto toque de inocencia, se ve interrumpida por el estribillo, breve pero potente y repleto de virtudes. Después, la magia viene de la mano de los solos de Hammett con la sinfónica de fondo. ¿Qué más se puede pedir? Un canto a la libertad (“…free like a swan…”) interpretado por una de las bandas más grandes de todos los tiempos y una inconmensurable orquesta. La inclusión del doble bombo hacia el final y una brillante sección de cuerdas por parte de la sinfónica dan paso al fragmento más brillante de la canción, esa caótica seguidilla en el que parece que cada instrumento quiera cobrar un particular protagonismo, que finalmente se rompe con el solo de guitarra al que tan bien nos tenía acostumbrados Metallica, y es que la guitarra en este grupo, vale muchísimo, lo hace todo bien. Seguramente habrá miles de aficionados que habrán empezado a tocar la guitarra gracias a las prodigiosas manos de Hammett.

El disco, que dura en total más de 2 horas y 12 minutos, entra en su recta final con dos de los clásicos más recordados del grupo: “Enter the Sandman” y “Battery”, dos canciones que no necesitan presentación. “Enter the Sandman”, otro de los temas que llevaron a Metallica a lo más alto en sus primeros años de carrera es un largo tema, casi con estructura de epic metal, es decir, explicar una historia y dividir la canción en diversos capítulos, cada uno con sus características particulares. La canción en sí es todo un relato, una lectura de los miedos interiores, como un niño que teme a la oscuridad, a los monstruos debajo de la cama o a los que puedan salir del armario. Momentos clave hay muchos en la larga canción, pero posiblemente ya hacia el final, cuando el público reza junto a Hetfield y la voz de un niño asustado y la posterior explosión de fuerza sea la cumbre, no solo de la canción, sino del disco entero. Y para terminar, caña de la buena: “Battery”. Disimulado inicio clásico, melódico y tranquilo, que dará paso a la tremenda canción. Rabia, fuerza, poder y los instrumentos a toda máquina, para dar el mejor colofón posible a este disco. Mitad renovación, mitad rememoración, pero tratándose de Metallica y sus éxitos, y una orquesta como la copa de un pino nadie puede quitarle méritos a este disco en directo que suena igual de bien o mejor que uno grabado en estudio. ¡Viva Metallica!

Calidad por las cuatro esquinas, tan solo se me antoja un defecto, y es que el disco puede llegar a costar más de 35€, algo no al alcance de todos los bolsillos, aunque realmente vale la pena. Por suerte está internet, tiendas de segunda mano y buenos amigos que siempre están dispuestos a prestarte un disco. Cualquier aficionado al rock tiene una gran oportunidad para hacer disfrutar a sus sentidos con este “S&M”.


Lo Mejor: La potencia de su directo. La orquestación.

Lo Peor: Se echa en falta más presencia del público.
 


COMENTARIOS

90 Comentarios

  • 60 Mediocre
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    KarfuleR
    En su día impacto el ver a un grupo de heavy metal grabando un álbum con una orquesta, pero a mí el audio me suena muy saturado con tanto instrumento. Cuestión de gustos.
  • 100 Excelente

    jordin2
  • 90 Muy Bueno

    Juan Felipe Cardona
  • 85 Muy Bueno
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    AsierM82
  • 75 Bueno
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    Pachi67
  • 72 Bueno


  • 85 Muy Bueno

    Ksende
  • 95 Muy Bueno

    MLACABEX
  • 82 Muy Bueno


  • 75 Bueno

    slipkboy
    Demasiadas Load y Reload, las antiguas suenan diferentes, pero no tan mal como se esperaba. La mejor the call of the ktulu
  • 100 Excelente

    braniak
    En este disco esta claro que Michael Kamen (candidato varias veces a premios por musica de peliculas) es o mejor dicho fue (es una lastima que muriera esta figura de la musica) uno de los mejores directores de orquesta (jungla de cristal lleva su musica y otras) y si juntas eso a una banda como es metallica que en su genero tambien son unos hachas te sale un disco redondo (el experimento podia haber salido torcido). Increible de principio a fin,es mas vaya principio "The call of ktulu" recibio el grammy a la mejor cancion instrumental y vaya final Battery. Una lastima que Michael Kamen no estuviera para hacer ese disco tan esperado: S&M 2.
  • 80 Bueno
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    Shn_Metal
    Lo que falla es la elección de las canciones, demasiado Load y Reload...
  • 90 Muy Bueno
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    Michael_Scott
  • 90 Muy Bueno
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    Adgalo
  • 100 Excelente
    USER_AVATAR
    Nowitzki
 

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