ENTREVISTA

Inked in Blood por César Aguilar
28 de Octubre de 2014 3350 lecturas
Historia viva del old school death metal americano –ese que explotó en Florida a finales de los 80 en los estudios Morrisound–, Obituary acaban de editar tras cinco años de silencio “Inked in Blood”, su mejor trabajo desde el lejanísimo “World Demise” [1994]. Recién empezado su tour Inked in Steel (junto a Carcass, Macabre, Exhumed y Noisem), contactamos con su bajista, Terry Butler, para conocer de primera mano la actualidad de estos pioneros de lo extremo.

Para grabar “Inked in Blood” empezasteis un crowdfunding y conseguisteis unos 60.000 $, mucho más de lo que pedíais. Hace unas semanas en Facebook colgasteis fotos de las colecciones de material de Obituary de algunos de vuestros fans, y eran impresionantes. ¿Cómo sienta recibir el amor y el calor de los fans y ser tan relevantes después de treinta años de carrera?

Definitivamente, sienta bien. Estamos muy involucrados en el grupo y adoramos saber de nuestros fans. Supongo que ser una de las pocas bandas pioneras de death metal que quedan en activo hace que los fans nos tengan más cariño.
 
En mi humilde opinión, vuestros dos álbumes anteriores son buenos pero les falta algo. “Inked In Blood” suena a clásico Obie, sin duda, pero es absolutamente brutal y satisface todas mis necesidades. Está fácilmente entre mis tres o cuatro álbumes favoritos de la banda. ¿Qué crees que tiene este álbum que no tengan los dos anteriores?

“Xecutioner’s Return” [2007] y “Darkest Day” [2009] son buenos discos y contienen grandes canciones. Creo que el objetivo con “Inked in Blood” fue escribir temas que remitieran a los tres primeros álbumes (“Slowly We Rot [1989]”, “Cause of Death” [1990] y “The End Complete” [1992] –ndr). Llevamos un tiempo tocando un set clásico que los fans disfrutan mucho y tal vez eso ha tenido su efecto en la composición. La participación de Ken Andrews (su nuevo guitarra solista –ndr) y la mía también tuvieron su impacto.

Para promocionar y distribuir este álbum habéis firmado con Relapse, tal vez el sello underground más grande de América…

Sí, el contrato con Relapse es solo para la distribución, no hemos firmado con ellos como artistas. Después del kickstarter necesitábamos a alguien que distribuyera el CD. Dicho esto, han hecho un gran trabajo en la promoción y distribución del álbum. ¡Estamos muy felices! Relapse están muy involucrados y el trato con ellos es muy agradable.

En cada disco de Obituary hay una evolución sutil, pero nunca habéis intentado ser una banda que no sois. Parece que, al igual que bandas como Motörhead, Cannibal Corpse o Slayer, disfrutáis mucho de vuestras limitaciones, ¿no?

Hay un viejo refrán redneck que dice: “¡Bailas con quien te saca!” (“You dance with who brung ya!” –ndr). Básicamente significa que no debes cambiar tus compañeros de baile. Tenemos una fórmula que funciona, así que ¿para qué cambiar? Este estilo nos hizo lo que somos y disfrutamos lo que hacemos: escribir riffs que los fans puedan recordar.

Habéis grabado “Inked in Blood” vosotros mismos y he leído que fue un proceso largo. En lo que a bandas tan old school como la vuestra se refiere, siempre he tenido la impresión de que la grabación debería ser algo espontáneo para mantener la brutalidad y la frescura de las composiciones. Pero con este disco habéis probado que me equivocaba…

Bueno, aunque algunas canciones fueron escritas hace unos años, el proceso y la grabación fueron relativamente rápidos, pero sí que es cierto que nos tomamos nuestro tiempo con la mezcla porque no queríamos sacar un producto de mierda. Y, respecto a eso que dices, solo porque toquemos death metal clásico no tiene por qué sonar como un disco del 85. He escrito y mezclado un disco en una semana con una de mis bandas anteriores y, sí, tiene sus cosas buenas pero también un montón de cosas malas.

Tras tantos años mantenéis la formación clásica con John y Donald Tardy (vocalista y batería respectivamente), miembros fundadores junto a Trevor Peres (guitarra rítmica). Pero a lo largo de su historia la banda ha tenido cuatro o cinco guitarras solistas y tres bajistas. ¿Cómo afectan esos cambios musical y personalmente?

John, Donald y Trevor son Obituary. Lo han sido desde el primer día. Han tenido muy mala suerte con los guitarristas, pero creemos que hemos encontrado el recambio perfecto en Ken Andrews. Frank (Watkins, bajista desde “Cause of Death” hasta “Darkest Day” –ndr) estuvo veinte años en la banda, y eso es mucho tiempo. Yo llevo aquí casi cinco. Por otro lado, la composición la llevan a cabo principalmente Donald y Trevor, así que los diferentes miembros tampoco afectan mucho al proceso.

Tú eres bien conocido por haber tocado en bandas como Death, Six Feet Under, Massacre o Denial Fiend, pero a Kenny no le conocía y es sorprendentemente bueno. ¿Dónde le encontrasteis?

Kenny ha sido parte de la escena de Orlando durante muchos años. Su banda Azrael abrió para Death y Obituary varias veces en su día. Ha tocado con Donald para Andrew W.K. y también ha sido técnico de guitarra durante años y su dominio del instrumento es brutal. Es un viejo amigo, así que ha encajado perfectamente.

¿Crees que “Inked in blood” ha supuesto una especie de rejuvenecimiento para vosotros?

Bueno, creo que la adición de Ken y la mía han inyectado sangre nueva también. La pasión siempre ha estado ahí, pero es mi primera grabación con Obituary así que siento mucha energía. Sí, definitivamente este CD nos ha rejuvenecido.

Estáis en los cuarenta, algunos casados y con hijos. ¿De dónde sacáis la fuerza para tocar una música como esta y salir de gira?

Es agridulce, pero tienes que decirte a ti mismo que es lo mejor. Después de todo esto es un negocio. Cuando eres más joven no está tan mal porque solo tienes que preocuparte de ti mismo.

¿Estás al tanto de la escena death metal actual o eres un fanático de la vieja escuela? ¿Qué te parecen estas bandas ultratécnicas que hacen corta-pega de riffs y no serían nadie sin Pro-tools?

Sí, estoy al tanto de la escena, pero no escucho demasiado material nuevo: me resulta un poco aburrido. Me gustan los riffs que pueda oír y comprender. Pintarte la cara, aporrear y cantar sobre Satán es un cliché y me aburre mucho. Me gustan las bandas con las que crecí.

¿Qué queda en vosotros de esos chicos que formaron Executioner en 1984, o de ti, que  fuiste miembro de Death entre el 87 y el 90? ¿Sientes alguna clase de nostalgia por los viejos días de la escena de Tampa y los estudios Morrisound?

Por supuesto que sí. Ahí empezó todo. Recordamos nuestras raíces y las abrazamos. Era una gran escena y una gran época para el death metal.

Este verano habéis tocado en el Resurrection Fest. ¿Cómo fue la experiencia?

Es un gran festival y lo pasamos muy bien. Nos encanta España y su público. Llovía pero a nadie le importaba.

¿Tenéis planes de regresar a España?

Esperamos volver en 2015 para la gira de “Inked In blood”.

  


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