CRÓNICA

Tras un derby aburrido en el que el Real Madrid se alzó victorioso con una aplastante diferencia en el marcador, encaminé mis pasos hacia la céntrica sala El Sol para presenciar los desvaríos de Slim Cessna. La verdad, el cambio de ambiente fue brutal: de ver señores en chandal y con palillo en la boca gritándole al árbitro en el bar a ver señores con sombreros de cowboy que parecían haber venido directamente de echar de comer al ganado antes de haberse acercado a El Sol. Encantador cambio, por cierto.

A eso de las 22:40, y tras cerciorarse ellos mismos que todo estaba bien afinado y en su sitio (no, no llevan roadies), abrieron la noche con su actuación los de Colorado. En general, la sensación era la de estar asistiendo a una especie de show de telepredicadores paganos algo trasnochados: Slim Cessna, simpaticón, siempre a dúo y en feedback continuado con el cadavérico Jay Munly y con el público (bajaron, nos cantaron al oído, nos hicieron arrodillarnos a lo "Spit it out" de Slipknot, Munly llegó a cantar un tema con una mochila puesta que encontró en los escalonres del escenario). Mención especial a sus graciosísimos bailes más o menos coreografiados (vaya panorama jaja). Y aquí hago un parón: ¿era un concierto para divertirse? Emm, sí. Pero no del todo divertido. Había una sensación subrepticia de que algo iba mal, realmente mal. ¿Sería la mirada perdida de Jay Munly? ¿la multitud de veces que Cessna cantó de rodillas? ¿Quizás fue el frenesí y el contínuo éxtasis de su guitarrista, Lord Dwight Pentacost, enajenado total de rodillas ante su amplificador sacando feedbacks con su banjo eléctrico o juntando las manos como si rezara, o el hecho de que su doble guitarra forrada de fieltro rojo llevara pegada en la cajauna de estas chuscas imágenes de Jesús que si la mueves aparece la virgen o...? Mira, no lo tengo claro y ya ha pasado casi una semana. Sólo sé que fue un concierto de imágenes poderosas, que aún perduran en mi memoria. Como bien definió su directo mi amigo Mr. Florit, aquí conocido como dryuss72, lo de esta gente es un aura de misticismo gigantesca.

En cuanto a repertorio, tiraron de sus últimos discos: "This is how we do things in the country", la impresionante y tenebrosa "Jesus is in my body - my body has let me down", "Americadio", "Cranston", "Magalina Hagalina Boom Boom", "Children of the Lord", "Providence", "The New Jerusalem" majestuosísima en directo y la animada "My last black scarf" sonaron entre otras.

Puedo entender que Slim Cessna no gusten en directo. Hasta lo comparto. Es un grupo que se rompe la camisa en directo. En verdad os digo, hermanos, que su show merece de vuestro tiempo y recursos. Así hacemos las cosas en el country. Amén.