TODO HECHO, TODO DICHO: "4:13 Dream" (2008)
El hasta ahora último disco de la banda se anunció como doble, justo como ahora se está anunciando el supuesto nuevo álbum. Pero, por presiones de la discográfica, a la hora de la verdad se seleccionaron 13 canciones en formato más pop y quedaron fuera otras 14 según Smith en una onda más oscura y miserable, las favoritas del cantante/guitarrista, que no llegaron a completarse en el estudio. En 2014 se dijo que se lanzarían con el título de "4:14 Scream", pero hasta la fecha no ha sido así y mucho me temo que serán parte de este prometido lanzamiento, que debería llegar entre 2021 y 2022.
Y poco más hay que destacar en este álbum descuidado y fullero, lleno de (aparentes) descartes manidos, recocidos y resobados de su faceta más radiable, la que tantas alegrías dio a sus fans en el pasado. El entonces cuarteto (salieron Perry Bamonte y Roger O'Donnell y entró el guadianesco Porl Thompson) prescinde de teclados y de arreglos memorables, y se lanza a una suerte de indie-rock torpe y desmañado que sorprende por venir de quien viene. Apenas tres o cuatro cortes calan en la memoria a pesar de las escuchas, y, por supuesto, quedan lejos de rozar la dignidad de figurar en su tremendo repertorio de directo.
La apertura más ligera y atmosférica con "Underneath the Stars" agrada a pesar de su sonido tan tosco y da una ligera esperanza de encontrar algo relevante entre estos más de cincuenta minutos de música, pero pronto se pierde entre el bostezo y la nada más absoluta. "Switch", el estribillo tan poco Cure de "Sleep When I'm Dead" o la intensidad de "The Scream" destacan en un disco casi totalmente exento de inspiración que, siendo justos, de no haber sido editado dudo que muchos de sus seguidores lo hubieran echado de menos.
El camino más aburrido entre dos puntos es la línea recta.