PELÍCULAS

A modo de introducción, Transformers 3 nos sitúa unos años después de lo sucedido en Transformers 2, donde los autobots trabajan ahora para el gobierno de los Estados Unidos como una unidad de Black Ops. Los decepticons, derrotados y expulsados al desierto buscan como vengarse de sus enemigos. Sam Witwicky vive con su nueva, escultural y rubia novia en Washington, como un joven más que sufre los efectos de la crisis, con una carrera, habiendo salvado al mundo en dos ocasiones pero en paro. Sin embargo la vida de todos estos personajes dará (nuevamente) un giro de 180º cuando descubran que la batalla en el planeta Cybertron dejó a un exiliado en la luna con un arma que podría suponer la victoria de autobots o decepticons decidiendo de paso el futuro del ser humano.

Antes de entrar a la sala para ver la película me propuse olvidarme de cualquier idea prejuiciosa y disfrutar de la película como si fuera el chaval que veía los dibujos de Transformers, sentarme y disfrutar de una historia trepidante, efectos especiales de primera clase y sobretodo divertirme en la sala. Al pasar tres cuartos de hora de película descarté esta absurda idea y me propuse hacer una crítica constructiva sacando diez puntos positivos de Transformers 3. A las dos horas y media sólo tenía un punto positivo y la imperiosa necesidad de que terminara la película.

El punto positivo se refiere como podéis suponer a los efectos especiales, pero esto no es nada nuevo sabiendo el trabajo que ILM ha ido desarrollando en anteriores películas y que además es lo mínimo que se puede esperar de una producción de este tipo. A nivel de guión es evidente que no se puede utilizar el mismo rasero a un Blockbuster concebido para entretener que a la última película de Manoel de Oliveira; pero aún así no estaría mal que los productores de Transformers 3: El lado oscuro de la luna hubieran trabajado con un libreto que por lo menos tuviera coherencia.

Principalmente la película se basa en una serie de secuencias sin demasiada interconexión argumental entre ellas que compiten por superarse en espectacularidad, algo que por lo menos consiguen. Comenzaba la crítica diciendo que es una película excesiva; excesivamente larga, contada, montada y actuada. Bay ha debido destinar todos sus esfuerzos en el fotorrealismo del CGI y se ha olvidado por el camino de las labores de un director de cine, entre las que se encuentra la de contar una historia.

Los guiños propios de Bay a la situación política actual y su patriotismo de panfleto nos hacen vomitar incluso a los que no somos anti-americanos. Los actores en el rodaje debieron darse cuenta de dónde se habían metido y pensaron que no estaría mal convertirse en unos monigotes que tan pronto son capaces de buscar el gesto dramático perfecto mientras explota el edificio que tienen detrás, como buscar la risa fácil o simplemente hacer el ridículo. Hay situaciones tan putapénicas a nivel de actuación como los “chistes” que le dedican a la ausencia de esa “gran” profesional que es Megan Fox. Por no hablar de la actriz que la sustituye en el papel de la chica de la película, Rosie Huntington, de la que solo diré que sale rubísima todo el rato. Transformers 3 no renuncia a nada, incluso a un humor de este que te hace tumbarte más en la butaca del cine y mirar a los lados esperando que nadie se dé cuenta que te estás poniendo rojo de lo triste del chiste que acabas de ver. Este dato también es perfectamente aplicable a las escenas dramáticas que buscan la implicación fácil del espectador, a las cámaras lentas para subrayar el dramatismo, a… déjame pensar... a casi todas las escenas de la película.

Sé que es fácil realizar una crítica negativa de una película como Transformers 3. De hecho he intentado no hacerlo desde el momento en el que he visto los créditos - incluso disfruté con la primera parte de Transformers que aún siendo una marcianada tenía una última hora trepidante de puro cine de aventuras -, pero con esta tercera parte me ha sido imposible. Creo que el cine ha de ser por encima de todo entretenimiento, disfruto más de las películas que de los géneros y las etiquetas, sin embargo, como espectador, he sido incapaz de disfrutar de estas casi tres horas de esperpento.

Lo mejor: El arranque con la reconstrucción del primer paseo lunar. Los efectos especiales, sobre todo en el último tercio de película dónde la acción se traslada a un Chicago en pleno día devastado por la batalla entre robots.

Lo peor: Es tan larga que llega un momento que lo único que deseas es que termine. El humor que destila es tan terrible que lo mejor que te puede ocurrir es que no entiendas las gracias.

Veredicto: Si quieres perder casi tres horas de tu vida viendo explosiones a go go puedes o ver Transformers 3 o ponerte un DVD de las mejores demoliciones de edificios del siglo XX. Si buscas una buena película de acción/aventuras mejor ve a ver otra cosa.