PELÍCULAS

por el 09 de Enero de 2012
Steven Spielberg es, sin duda, uno de los personajes más importantes de la historia del cine, ya sea por su capacidad para arrasar en la taquilla como para, de vez en cuando, sacarse de la manga películas de gran nivel que le otorgan el prestigio que ostenta dentro de la industria cinematográfica hollywoodiense. Con Caballo de batalla vuelve al cine épico y de corte infantil que tan buenos resultados le suele dar.

Año: 2011
Título original: War Horse
Director: Steven Spielberg.
Guión: Lee Hall y Richard Curtis sobre la novela de Michael Morpurgo.
Género: Drama. Bélico.
Reparto: Jeremy Irvine, Emily Watson, Niels Arestrup, Peter Mullan, Tom Hiddleston, Benedict Cumberbatch, David Thewlis, Toby Kebbell, Eddie Marsan, David Kross, David Dencik
Nota: 50.
Dentro de la cinematografía de Spielberg hay un puñado de películas de gran nivel que le colocan entre los grandes (Inteligencia Artificial, Munich, El diablo sobre ruedas, Encuentros en la tercera fase, En busca del arca perdida o Tiburón), pero también suele descolgarse con castañazos mainstream realmente infumables (Always, Amistad, El mundo perdido o Indiana Jones y el reino la calavera de cristal). Caballo de Batalla se encuentra en mucho más cerca del segundo grupo que del primero.

Historia de amistad y fidelidad entre un caballo y el chico que le salva la vida. Típico cuento sobre el poder de los buenos sentimientos que sigue a este caballo en su lucha contra el nazismo. Caricaturesca en su retrato de los personajes antagónicos como sucede en el cine infantil pero con un corte visual y un desarrollo narrativo típico del cine adulto que Spielberg nunca consigue conjugar en su justa medida.

Entretenida en sus partes adultas, batallas bien realizadas por un maestro del género, sumamente deficiente cuando recurre a golpes de efecto sentimentaloides que consiguen sacarte de la historia. Casi dos horas y media de película que, si bien no se hace en absoluto larga, podrían verse reducida en media horita y la cosa no se resentiría, sino más bien lo contrario.

A la postre, un producto de entretenimiento para todos los públicos que resulta fallido como obra cinematográfica pero que, a buen seguro, hará las delicias de aquellos que vayan al cine buscando exclusivamente algo de entretenimiento con humor blanco y buenos sentimientos.


  


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