CRÓNICA

Diez años de Rock Zone, que se dice pronto. El mejor magazine de rock de nuestro país cumplía una década de andadura. Y para celebrarlo nos reunió a todos en la sala Bóveda de Barcelona para soplar las velas con cuatro bandazas: Counterparts, In Hearts Wake, Stray From The Path y Every Time I Die. Una velada salvaje y divertida que merece la pena ser contada.

Muy temprano. La fiesta arrancaba a las 19:30h con la primera banda: los australianos In Hearts Wake. Combo formado en 2006 que rápidamente ganó popularidad a partir de la publicación de su primer LP “Diviniation” de 2012. El metalcore en la onda de Parkway Drive corre por sus venas resultando inevitable la comparación. Aunque con su nuevo disco “Skydancer” parecen haberse desmarcado.

Cuando entré en Bóveda ya habían empezado y la sala estaba a medio llenar. Aún así me costó cruzar la barrera del pogo sin salir perjudicado. Se notaba que muchos de los asistentes habían venido a verlos a ellos y estos se sabían la mayor parte de los temas de un set corto de apenas 30 minutos. Sobre el escenario, a pesar del sonido, que durante toda la fiesta fue un auténtico desastre, se les veía cómodos y contentos de estar ahí.

Tras una breve pausa, turno para Counterparts, que se encontraban repasando éxitos de su aclamado “The Difference Between Hell and Home” y adelantando algún tema nuevo del próximo “Tragedy Will Find Us”. Un potente directo y una puesta en escena correcta. “Compass” me puso los pelos de punta, a pesar como digo, de la pobre calidad de sonido ofrecida.

Bóveda cada vez más llena. Para los siguientes invitados, Stray From The Path, el recinto ya estaba a un ochenta por ciento de su capacidad aproximadamente. Tenía ganas especiales en volver a ver a estos neoyorquinos. La vez anterior (en Razzmatazz con Northlane y Architects) fue un conciertazo. Y, aunque ya me conozco bien su música, haberlos visto en directo de nuevo no hizo más que dilatar el amor que les tengo. Eran algo más de las 21h cuando salieron a escena. Drew ataviado con la camiseta del Barça (de Piqué) y una energía que hace tiempo que no veo en otros frontman. Estrenando algún tema nuevo, como el adelanto “Subliminal Criminal” y otro cuyo título soy incapaz de recordar. Cayeron también clásicos como “Mad Girl” o “Damien” y no tan clásicos como “Badge and a Bullet” o “Black Friday”. Les dejaron tocar como una hora, lo cual agradecí mucho.

Descanso. Y turno para las estrellas de la noche. Every Time I Die se lo tomaron con un poco más de calma a la hora de equipar el escenario. Alrededor de las 22:30 salieron sin mucho preámbulo. Esperaba que el sonido mejorase para su actuación, pero no fue así. Los técnicos se volvían locos, y las bandas también, ya que no eran capaces ni de escucharse. Una pena, porque salieron a matar. Acostumbrados ya a grandes eventos, no se les podría perdonar que hubiesen arrancado a medio gas. Y no fue así. Enchufando al público desde el principio y volviéndonos locos con “Decaying With the Boys”. Quince temas en total, entre ellos “The New Black”, “El Dorado”, Ebolarama”, “We’re Wolf”, “Idiot” o “Thirst”. Un despliegue de calidad y de saber hacer. Una banda que sin duda me gustaría volver a ver.