PELÍCULAS
por David Sancho el 03 de Abril de 2012
Es difícil negar que Nacho Vigalondo es uno de nuestros directores de cine más originales y que cada propuesta suya tiene una gran capacidad de autopromoción por el mero hecho de ser suya, pero si a esto le añadimos que no son precisamente estupideces exentas de calidad, podemos afirmar que estamos ante uno de los directores más prometedores del panorama nacional.
Año: 2011.
Título original: Extraterrestre.
Director: Nacho Vigalondo.
Guión: Nacho Vigalondo.
Género: Comedia romántica. Ciencia ficción.
Reparto: Julián Villagrán, Michelle Jenner, Carlos Areces, Raúl Cimas, Miguel Noguera.
Nota: 68.
Con una película y un buen puñado de cortos a sus espaldas, Nacho Vigalondo se ha hecho un nombre en la industria. Carrera meteórica en la que destacan una nominación al Oscar por su corto 7:35 de la mañana y la compra de los de derechos de su ópera prima por parte de United Artists, estudio dirigido actualmente, entre otros, por Tom Cruise.
Los cronocrímenes dejaron el listón muy alto, gracias a un guión que era muy sólido a la par que entretenido y una puesta en escena que estuvo a la altura. En Extraterrestre, Vigalondo no está tan acertado.
La cosa trata de un chico se despierta en casa de una chica tras una noche de fiesta y ninguno de los dos recuerda bien como se conocieron o que hicieron antes de quedarse dormidos. Cuando se levantan se dan cuenta de que hay un enorme platillo volante en el cielo y que la ciudad ha sido evacuada. Un novio un tanto desequilibrado y un vecino obsesionado con la chica y no mucho más cuerdo que el novio, completarán el cuarteto protagonista.
Vigalondo desarrolla la historia con mucho encanto y altas dosis del humor absurdo que siempre le ha caracterizado, pero el problema es que aquí el guión no es tan redondo y la ejecución no consigue maquillar sus miserias. Por suerte lo que si que consigue es dosificar perfectamente los chistes para que nunca lleguemos a aburrirnos, sobretodo cuando aparece en pantalla Carlos Areces. La historia de amor en la que se centra la película nunca llega a cuajar del todo, pero los actores consiguen dotarla del encanto necesario para que no se haga pesada. Actores protagonistas que sin destacar, consiguen estar a la altura.
Uno al final se queda con la sensación de que ha visto una película que podría haber sido mucho más, pero que para el presupuesto con el que contaba, ya es bastante. Vigalondo sigue a lo suyo, muy alejado del resto de los directores españoles de su generación y yo que me alegro.
Los cronocrímenes dejaron el listón muy alto, gracias a un guión que era muy sólido a la par que entretenido y una puesta en escena que estuvo a la altura. En Extraterrestre, Vigalondo no está tan acertado.
La cosa trata de un chico se despierta en casa de una chica tras una noche de fiesta y ninguno de los dos recuerda bien como se conocieron o que hicieron antes de quedarse dormidos. Cuando se levantan se dan cuenta de que hay un enorme platillo volante en el cielo y que la ciudad ha sido evacuada. Un novio un tanto desequilibrado y un vecino obsesionado con la chica y no mucho más cuerdo que el novio, completarán el cuarteto protagonista.
Vigalondo desarrolla la historia con mucho encanto y altas dosis del humor absurdo que siempre le ha caracterizado, pero el problema es que aquí el guión no es tan redondo y la ejecución no consigue maquillar sus miserias. Por suerte lo que si que consigue es dosificar perfectamente los chistes para que nunca lleguemos a aburrirnos, sobretodo cuando aparece en pantalla Carlos Areces. La historia de amor en la que se centra la película nunca llega a cuajar del todo, pero los actores consiguen dotarla del encanto necesario para que no se haga pesada. Actores protagonistas que sin destacar, consiguen estar a la altura.
Uno al final se queda con la sensación de que ha visto una película que podría haber sido mucho más, pero que para el presupuesto con el que contaba, ya es bastante. Vigalondo sigue a lo suyo, muy alejado del resto de los directores españoles de su generación y yo que me alegro.
