CRÓNICA

Crónica: Oscar González, Rubén González
Fotos: David Calle, Festimad

Hablar de este Festimad Sur 2006 como un festival me resulta algo confuso. No sólo por las circunstancias tan extrañas que le han rodeado desde el mismo punto en que la edición anterior concluyó, sino por la dejadez trasmitida de puertas hacia fuera por parte de la organización (que por otro lado estoy seguro que hicieron todo lo que estuvo en sus manos con los medios disponibles), que han convertido que la novena edición se haya reducido a un par de días de conciertos en una plaza de toros, como es La Cubierta de Leganés, y que más concretamente en mi caso se redujo a disfrutar por primera vez de dos de las bandas más influyentes de los últimos años como son Deftones y Tool.

Mi llegada al recinto se produjo al mismo tiempo que empezaban los primeros conciertos de la tarde del sábado, aunque por motivos referentes a la imposibilidad de poder salir del recinto una vez dentro y a los precios abusivos que se daban dentro de La Cubierta no me decidí a entrar en ella hasta la llegada de los cabezas de cartel. Una pena porque había grupos como Hybrid que me hubiera gustado ver como se defendían en directo u otros como Virgen que había curiosidad por comprobar si el revuelo montado en torno a ellos era para tanto. En fin, ya habrá otras ocasiones espero y en mejores condiciones.


Deftones

Así, para cuando cruce la puerta, me encontré con unos Deftones apunto de salir a escena, cuyo primer tema visioné desde las gradas, pero que debido a la pobreza de la acústica y a que por aquel momento no parecía muy difícil encontrar un lugar más cercano desde el que ver a Chino Moreno y los suyos, me dispuse a bajar al foso. Para el segundo tema ya estaba allí, en las primeras filas, donde la acústica era lo más decente posible dentro de la mediocridad, intentando sacar mis propias conclusiones de lo que un concierto de Deftones puede ofrecer.

Había oído que su actuación de 2003 en el mismo Festimad no llegó a cuajar entre el público, por lo que quizás ya iba con la idea preconcebida de no encontrarme con nada extraordinario. Y así fue, aunque con matices. Quizás Chino Moreno este cada día más robusto o Stephen Carpenter se pueda tachar de ausente, escondido tras su melena, pero ambos saben muy bien lo que hacen. Y si a esto le añades al carismático bajista Chi Cheng (si a alguien se le veía feliz a lo largo de la velada ese era él) y a un sólido Abe Cunningham tras las baquetas te encuentras con un concierto del que la gran parte de sus fans podrían darse por satisfechos olvidándonos de la dichosa acústica.

Al no haber ningún disco recientemente editado por Deftones - el siguiente sale en el próximo periodo otoñal -, el grupo se encargó de hacer un viaje retrospectivo a lo largo de toda su carrera: "Minerva", "When Girls Telephone Boys", "Bloody Cape" y "Hexagram" -uno de los momentos cumbres del concierto, con Chino Moreno bajando al foso por primera y última vez en esa noche- del “Deftones”; "Korea", "Feiticeira" y "Change (in the House of Flies)" del “White Pony”; "My Own Summer" , "Be Quite And Drive", "Around the Fur", "Hedup" y "Lotion" del "Around The Fur"; mas un buen puñado de temas de su debut “Adrenaline”. Vamos que para ser la primera vez que los veo, me sentí afortunado por poder gozar en una sola tacada de buena parte de su discografía. También habría que añadir "Beware The Water", tema de adelanto del que será su nuevo trabajo y con el que la banda vuelve a retomar en parte el rumbo seguido con "White Pony". Concluyendo, un buen concierto del que me alegro de haber asistido y con el que he creado mi propia opinión positiva sobre el directo de Deftones.


Tool

Llegado a este punto, y a falta del plato grande, me gustaría remarcar la normalidad y correctitud con la que se sucedió el día. Puntualidad en los horarios, colas despachadas eficazmente, a pesar de que por momentos se alargaban varias decenas de metros, moqueta en el foso que impedía que se levantara polvo, sin excesos de público ni de calor… vamos, que al igual que hay momentos para criticar, éste es en el que hay que saber valorar cuando se hace un buen trabajo, y en mi opinión la organización así lo hizo durante el completo transcurso de la jornada de conciertos.

Pues nada, se hacen las 22:45 y allí están subidos al escenario los cuatro hombres por los que la gran mayoría de los que estábamos allí nos habíamos congregado. De izquierda a derecha: Adam Jones (guitarra), Maynard James Keenan (cantante), Danny Carey (batería) y Justin Chancellor (bajo). Cuatro músicos sobre cuatro púlpitos y de fondo cuatro grandes pantallas sobre las que se proyectaron los conocidos videos que sólo la perturbada mente de Adam Jones es capaz de crear.

Como primer aperitivo "Stinkfist", extraído de su obra maestra "Ænima", fiel reflejo de lo que nos encontraríamos durante el resto del concierto. Mientras que Danny Carey convencía en unos instantes el porqué se ha ganado esa fama de ser considerado uno de los mejores baterías del mundo, Adam Jones tocaba su guitarra como si se tratará de un día de trabajo más. Estático, carente de expresión y haciendo fácil lo difícil, se pasó la hora y cuarto de concierto en su propio mundo… a saber las cosas que se le pasarán por la cabeza.

"46 & 2", "Jambi", "Schism", "Lost Keys"… los temas se iban sucediendo con un sonido como ya he dicho que dejaba mucho que desear, sobre todo en el apartado vocal, pero que al menos superaron mis bajas expectativas en este apartado. Por ejemplo, el bajo de Chancellor sonó realmente bien en mi opinión. Siempre había valorado su trabajo, pero después de este concierto, para mi ha ganado muchos enteros.

El que si se salió algo de su papel fue, para disfrute de todos, Maynard James Keenan. Con sus gafas de sol y sus movimientos estrambóticos, mostró una cara desconocida por muchos, conectando con el publico (a su manera, tampoco vayamos a pensar que se lanzo a los brazos de la gente) y vislumbrándose por momentos una sonrisa en la cara. Si el momento más llamativo de Deftones fue durante "Hexagram", con Tool este tuvo lugar mientras tocaban "Rosetta Stoned", no solo por el hecho de ver a Maynard hacer uso de distintos sintetizadores de voz sino por la ‘anécdota de la camiseta’. Y es que a mitad de dicho tema, un acertado fan lanzó una camiseta al escenario y al contrario de lo esperado, Maynard se bajo de su púlpito, recogió la camiseta, miro a Adam Jones riéndose para más tarde mostrarla al resto del público. ¡“Taxi Driver”! Y es que no se puede negar que si a alguien recordaba Maynard con esa cresta no era otro que al joven Robert De Niro interpretando a Travis Bickle en aquella mítica película de mediados de los 70. Bravo por este anónimo por brindarnos este momento.

El resto fue ya del tirón: "Sober", "Lateralus" - la cual no se prodigan a incluirla últimamente en sus conciertos y que sonó fenomenal - , "Vicarious"… y para despedirse "Aenema". 75 minutos que pasaron volando, que serán recordados en mi memoria, y que espero poder volver a presenciar en cuanto me surja una nueva oportunidad ya que para mí asistir a un concierto no es simplemente ver a cuatro tíos tocar sus instrumentos, es como una obra de teatro donde la música juega el papel principal, pero que no puede olvidar otros aspectos, que en el caso de Tool, se concretan en sus hipnotizantes videos de fondo y en su puesta en escena. Eso sí, la próxima vez intentaré que la experiencia sea completa y pueda disfrutar de un sonido que esté a la altura de una de las mejores bandas que ha dado la música en los últimos quince años.