CRÓNICA

Aloud Jaialdia!
Viva Belgrado, Ànteros, Bones Of Minerva, Pinpilinpussies, Doblecapa
19 de Noviembre de 2022 por Jorge Azcona Bonberenea, Tolosa 1606 lecturas

Para todos aquellos que siempre hemos idealizado al AMFest por su vanguardismo e inquietud musical pero también nos pilla lejos de casa, el anuncio de un mini-festival con muchas de las bandas de Aloud Music en Bonberenea fue motivo suficiente para acercarnos allí y vivirlo como nuestra pequeña alternativa.

El motivo no era otro que celebrar el 25º aniversario de uno de los gaztetxes más míticos y con más solera de Euskadi. Y es que bastó una primera rueda de reconocimiento para quedarnos prendados de su acogedor local, del huertito y las simpáticas gallinejas que lo rodeaban y de sus dos espacios y escenarios, en los cuales se irían alternando las seis bandas de hoy. En definitiva, de su ejemplar modelo de autogestión. ¿Y los encargados de amenizar esta fiesta de cumpleaños? Algunos de los grupos más punteros del sello, así como otros que están empezando a destacar en la escena o están camino de ello.

Recién aterrizadas de Madrid, donde también tocaron junto a Ànteros la noche anterior, llegaban Bones Of Minerva con su nuevo "Embers" para abrir esta tarde invernal y quitarnos el frío de un plumazo. Y es que si hay un elemento que ponga en común sus mil y una influencias sin duda es la intensidad. Ya sea en los arrebatos gojirescos (mis favoritos, por cierto) o cuando se ponen más esotéricas, la música de estas cuatro chicas nunca te deja indiferente. A servidor, que siempre le gustaron pero quizá le hacía falta algo más para entrar del todo, le llegó ese quién-sabe-qué en muchos momentos de hoy, como en la redonda "Fuego", donde el resto del público también se desperezó del todo a base de contundencia, introspección y calorcito, por supuesto.

Aún sabiendo que el experimento de Linalab difícilmente me cautivaría, pasamos por el escenario secundario para testar la extraña propuesta de la barcelonesa Lina Bautista sobre las tablas. Acompañada de batería para el directo y un teléfono analógico enganchado a su caja de ritmos con el que se comunicaría con nosotros de vez en cuando (momentos peculiares, claro), este proyecto de post-rock instrumental creado a base de sintetizador y sonidos ambientales cumplió con su razón de ser. Supongo que lo disfrutaría más en casa y en momentos realmente puntuales, pero de eso se trata cuando hablamos de un festival firmado por Aloud, ¿no? Sorprendernos, abrir la mente y salir de nuestra zona de confort por un rato.

Con Ànteros, en cambio, íbamos sobre seguro. De este quinteto siempre hemos visto bolos con mayúsculas, y esta vez no fue la excepción. A expensas de escuchar qué nos depara ese nuevo disco que están grabando ahora mismo, el quinteto siguió cautivándonos con lo mejor de sus dos referencias, que no es poco. Desde "Espectros", "Cenizas" o "Polaris", hasta "Ultravioleta", con la que ya siempre se despiden, su concierto fue un ejemplo de ejecución y compenetración, con las antagónicas voces de Endika y Rubén en perfecta armonía y la delicia de quedarse embobado con cada músico en el fragmento que tú mismo eligieras.

La actuación de Doblecapa sirvió, además de avituallamiento con un bocadillo recién hecho que veías como cocinaban delante de tus narices, para sorprendernos mucho más que en su versión de estudio. Si ahí ya es una propuesta interesante, con un blues rock psicodélico en formato dúo de lo más dinámico, lo del directo creció tanto que nunca hubiéramos imaginado dar tanto de sí a una batería tan sencilla y sobre todo una cigar-box como guitarra. ¡Si es que por momentos parecía una banda de stoner o incluso unos RATM pasados de rosca! La única duda que me queda es qué ha fumado esta pareja para bautizar temas instrumentales con nombres tan cachondos como "Mass Mierder", "El que no tiene nombre y nunca nos acordamos" o "Dama de Elche con cara de Monalisa".

Si no ver a Viva Belgrado en directo desde la época de "Ulises" no fuera ya un gran aliciente para hoy, el escueto comunicado de la banda en el que afirmaba ser el último concierto en mucho tiempo lo hacía aún más interesante. No sabemos si por cambios importantes en la formación -hoy venía con ellos un guitarra al que no supe poner nombre pero que vi finísimo a las seis cuerdas- , otro cambio de rumbo aún más pronunciado o, quizá, un hiato temporal. Lo que sí estaba claro es que había que vivirlo como si fuera el último, y así lo hizo el cuarteto también, con un horario limitado -como todas las bandas- que aún y todo permitió hacer balance de sus tres trabajos. Su faceta descarnada ("Báltica", "Erida"), la más directa ("Una soga"), así como la experimental, con las palmas de "Un collar" o la shoegaze "¿Qué hay detrás de la ventana?" como colofón final, confluyeron en un directo sin apenas fisuras. Ya solo queda esperar y ver (o no) qué nos depara esa "nueva era".

Las Pinpilinpussies fueron las encargadas de cerrar, y por si fuera poco, celebrar también su concierto número 100 con fiesta incluida. Sorteo de merchan con tarjetitas personalizadas, tarta de regalo y un concierto, por lo que cuentan, aún más potente y disfrutable que sus dos álbumes de estudio. Trabajar es malo y madrugar aún lo es más, pero qué os voy a contar que no sepáis ya. En definitiva, más de 5 horas de música a un precio realmente ajustado y en un entorno inmejorable. Solo queda dar la enhorabuena a Bonberenea (¡que cumplan muchos más!) y a la gente de Aloud por hacer esto posible.


Fotos: Bonberenea Sutan Gaztetxea

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