CRÓNICA
Crónica: Rubén González
Fotos: Rubén González
Ciertamente no esperaba una afluencia tan masiva de público como el que vimos el pasado 9 de enero para un grupo al que hace no muchos meses se le podía ver apenas luchando por salir de la escena underground estadounidense (en España ya mejor ni hablamos). Y no es que fuera por falta de potencial. Pero el empujón que supuso su incursión dentro de la banda sonora de la película "Little Miss Sunshine" en el año 2006 - aunque anteriormente ya habían cedido su tema "How It Ends" para formar parte del trailer de la otra película
Everything Is Illuminated – parece haber sido el detonante que ha contribuido afortunadamente a relanzar su carrera hasta un punto en el que se pueden permitir el lujo de poner el precio de las entradas casi al nivel de los grupos mainstream y rozar el lleno de la sala Sol madrileña. Un lugar que dicho sea de paso, por su enclave y la cercanía que trasmite su escenario, parecía de lo más acertado para disfrutar de la compañía de
Devotchka.

Antes llegaría el turno de
Lonely Joe, o mejor dicho del músico
Joe Pérez Orive, que sin la compañía de un grupo y con el simple apoyo de su guitarra y un pedal de loops, se encargaría en esta ocasión de centrar la atención del público a base de composiciones entre las que destacaría la versión del tema de
Massive Attack "Teardrop" - curioso fue como poco ver como a partir de su pedal y sus voces fue siendo creado este corte. Aunque en verdad poco tendría que ver esta versión con el resto de su concierto, más centrado en la figura de cantautor americano. Un estilo que desentonaba en cierta manera con lo que faltaba por llegar y que mismo el mismo
Joe se encargo de recordar a los asistentes: la visita de
Devotchka.

Así llegaría el momento en el que con una puntualidad digna de alabar saldrían al escenario los americanos
Devotchka, causando sin miedo a equivocarme el asombro de más de un asistente por una imagen a priori algo falta de carisma y con tendencia friki. Pensamientos que no tardarían en disiparse ante la acertada actitud del cuarteto, siempre sonrientes y agradecidos por las muestras de cariño que el público les ofrecía. A destacar la gran versatilidad con la que sus miembros eran capaces de afrontar cada uno de los temas tocando diferentes instrumentos, lo que nos demostró como su violinista
Tom Hagerman es un verdadero prodigio también como acordeonista o como la tuba de
Jeanie Schroder, que alternaba con el bajo, era capaz de despertar más de una sonrisa por su decoración a base de flores iluminadas.

En cuanto a su setlist, se puede decir que fue bastante completo, no faltando referencias a casi toda su discografía. Una combinación que dio buena muestra de la compleja amalgama de estilos que
Devotchka son capaces de recrear, a base de fusionar unas influencias que van desde el Este europeo hasta el Sur de América, vistos desde un prisma donde el folk y el punk (en su versión gypsy) son sus principales valedores. A destacar temas como la intimista "Queen Of The Surface Streets", la versión de los
Siouxsie & the Banshees "The Last Beat of My Heart" o la más esperada "How It Ends", todas ellas bajo la adorable voz de
Nick Urata (que prodigio de voz y como le gusta el vino a este hombre!).
Pero memorable fue sin duda su vuelta para los bises, donde por medio de dos grandes canciones como la marchosa "Such A Lovely Thing" y "You Love Me", ambas de su último y más aclamado disco “
How It Ends”, terminarían por conquistar hasta al más escéptico, si es que todavía quedaba alguno. Algo que me dejó con la tranquilidad de saber que las pocas horas de sueño que me quedaban por delante habían más que merecido la pena. Creo que me he terminado por enamorar.