CRÓNICA

Crónica: Manuel López Millán
Fotos: Manuel López Millán

Juliette Lewis no es la mujer más guapa del Mundo, ni la más atractiva, ni la mejor actriz, ni la que mejor canta. Pero no podemos negar que todas las miradas se centran en ella cuando sale actuando en una pantalla o se sube a un escenario a cantar, una cualidad innata de esta treintañera que le ha servido para crear un grupo musical de Rock Alternativo capaz de llenar salas allá donde gire.

La última vez que Juliette & The Licks visitaron la capital fue a finales del 2006, con un segundo disco recién publicado ("Four On The Floor") y con ganas de demostrar que habían logrado crear una banda de éxito. El escenario fue el mismo de esta última visita, aunque la actitud de la cantante y del grupo era medianamente diferente. Entonces vinieron para demostrar que ella era una mera cantante, una frontwoman que lideraba una banda musical que trabajaba para olvidar su pasado como actriz y empezar una carrera como músico. Una pose de grupo que trataron de mantener durante todo el concierto con mayor o menor éxito ante un público que, básicamente, solo quería verla a ella contonearse.

En este 2008 la banda volvió con la misma discografía para presentarnos un show similar al de entonces. La gran diferencia de esta visita ha sido el cambio del guitarrista principal, sustituyendo a Kemble Walters por Jason Womack, las razones de este amable abandono fue el interés del músico de tomar un mayor protagonismo lanzándose a una carrera en solitario. Un dato anecdótico que no haría falta remarcar tras ver el show de esta semana, una actuación centrada absolutamente en Juliette Lewis.

Parece que al final han desistido en su interés por demostrar que eran una banda cohesionada y que el peso de la cantante era nimio, la gente que acude a verles manda y una vez más se pudo ver como la gente no coreaba apenas las canciones y solo vibraba al verla a ella. Una pena ya que considero que poseen una corta pero interesante discografía como grupo más que deseable por otras bandas, pero el peso de una persona puede hacer que el equilibrio musical caiga.

Los que fuimos más a escucharla que para verla pudimos disfrutar de un breve e interesante concierto. Durante una hora pudimos escuchar todos los grandes temas de sus dos CDs dando muestras de poderío y contundencia, guitarras rabiosas y un bajo pesado que trataron de sacar lo mejor de un público que quería ver más una película que un espectáculo en directo. Tras esta hora hubo en largo bis de dos canciones donde se incluyó la única canción novedosa (una versión del "Hot Stuff" de Donna Summer) y una larguísima versión del "You're Speaking My Language" con presentación y solos de cada uno de los músicos con intercambio de instrumentos incluidos (el batería a la guitarra, el guitarra al bajo y el bajo a la batería).

Exceptuando estos últimos momentos de la actuación podemos decir que fue un gran concierto de Rock, con una gran continuidad a través de la cual iban surgiendo uno a uno los hits de sus discos. Canciones como "Smash And Grab", "Money In My Pocket", "Sticky Honey" o "So Amazing" suenan más impresionantes en directo que en grabación. Una actuación fuerte (que no furiosa) que nos permite ver una y otra vez la calidad de la banda destinada al olvido.