CRÓNICA

Viñarock 2009
Rosendo, Barricada, Hora Zulu, Hamlet, Def Con Dos
30 de Abril de 2009 por Javier Jimenez Recinto Ferial, Villarobledo (Albacete) 4197 lecturas

Crónica: Javier Jiménez Sánchez
Fotos: Viñarock

Como todos los años, el puente de Mayo trae a nuestras vidas uno de los referentes nacionales en cuanto a música en directo y buen rollo, el Viñarock, que este año cumplía su XIII edición. La crisis, la supresión de uno de los escenarios (casualmente el de los sonidos metálicos) y que la mayoría de los grupos se volvía a repetir echaron para atrás a bastante gente, lo que se tradujo en 20.000 personas menos y en un recinto en el que pudimos disfrutar con mucha más comodidad y espacio de la música en directo, aunque en ese sentido el festival resultó algo pobre, ya que la oferta musical, en principio con 80 grupos, no nos pareció que diera la talla para un festival con la solera del que nos ocupa, aunque era algo que ya se veía venir.

A nivel de infraestructura, el festival repetía los patrones de los últimos años, con sus cosas buenas y sus cosas malas, aunque el apartado para stands y entretenimiento era mayor que otros años, lo que incluía desde un barco pirata de la feria de toda la vida, hasta paintball (que nunca vimos en movimiento) o futbolines. Pese a que los habituales ya estamos acostumbrados a la mayoría de penurias de este (y otros) festivales (largas colas para las escasas duchas, algunos lugares de acampada mal acondicionados y bastante desprotegidos, etc) hay ciertos aspectos que me gustaría destacar. Por un lado el enorme paseo que había que darse para conseguir las acreditaciones y por otro los cacheos (y trato) por parte del equipo de seguridad, que, si bien es cierto que para eso están, la dedicación en sus cacheos, en algunos casos de manera vergonzosa, no parecía contentar mucho al personal.

JUEVES 30 DE ABRIL

En cuanto a lo musical, la cosa comenzó el jueves con "Otra noche sin dormir", la gira conjunta de Rosendo, Aurora Beltrán y Barricada, que no gozó ni de buen sonido ni de mucho público, por ello de empezar a las 7 de la tarde del jueves, lo que dejaba a las bandas tocando mientras el grueso de los asistentes sufrían en la carretera para llegar a Villarrobledo. Fue la navarra Aurora Beltrán la que dio el pistoletazo de salida con un set acústico, a la que siguió Rosendo, que colaboró con ella en un par de temas, y al que un problema técnico obligó a parar unos minutos, tras los cuales volvería el de Carabanchel con temas míticos como “Cada día”, “Harto” o “Agradecido”. Después vendrían Barricada, algunas gotas de lluvia dispersas y más temas míticos, de los que destacaremos los “No hay tregua”, “Oveja Negra” o “Lentejuelas”, por destacar algunos de los más de 20 que tocaron. En general algo bastante soso, predecible y repetitivo (con el Drogas rompiendo la foto del Papa incluido), salvo por el final con “Maneras de vivir” todos al unísono que erizaba algún que otro pelo. Después vendrían El Bicho con un directo bastante sorprendente, en cuanto a sonido, aunque no es un grupo que termine de entrarnos muy bien por las orejas, por lo que nos dimos una vuelta por el escenario Quixote para ver que se cuece por Castilla La Mancha y, salvo algún que otro detallito de los madrileños Belial y su thrash, nada nuevo por el horizonte.

Betagarri nos sorprendieron gratamente por como animaron al público y porque practican su ska con mucha clase, lo que es de agradecer, sin duda a destacar su “Verde”. Después vendría Ojo Con La Mala, y si bien la propia Mala Rodríguez no daba mucho juego, la Original Jazz Orquestra Taller de Musics vino a poner la calidad. Aunque quizá con sus versiones de “Tengo un trato” o “La niña” la gente se movió algo más, las partes en que los vientos se dejaban llevar y dirigían el espectáculo hacia un jazz más puro, el público, poco acostumbrado en su mayoría a lidiar con este tipo de sonidos, terminó por aburrirse bastante. Menos mal que luego llegarían Eskorzo, sin duda uno de los triunfadores de esta edición, que pondrían la guinda a la noche con su ecléctica música y sus canciones que se basan mucho en el estado de gracia de su inquieto cantante. Pese a que su último “Paraísos Artificiales” se aleja un poco de lo que venían haciendo hasta ahora, los temas en directo se sustentan bastante bien, aunque nunca harán bailar al respetable como lo hicieron “Poetas” o “Dámelo”. En general un día con más sombras que luces, así que tras la descarga granadina cogimos nuestros apechusques y nos fuimos a sortear vientos entre las tiendas.

VIERNES 1 DE MAYO

El viernes amaneció soleadamente ventoso y la ausencia de oscuras nubes nos dio tranquilidad, ya que era probablemente el día más propicio para nuestros gustos y verlo en circunstancias adversas no apetecía en absoluto, pero el brillante sol que tostaba a la masa embrutecida no impidió a un ingente grupo de curiosos acercarse a las 4 de la tarde a ver el mestizaje ska de Che Sudaka, cosa que nosotros evitamos por el bien de nuestra luminosa y blanca piel y para mimetizarnos en Villarobledo, lo que es realmente curioso, cómo un pueblo acepta cada año (ingresos aparte) a tantos miles de personas con tanto respeto y simbiosis. Eso sí, no pudimos evitar acercamos a ver a Hora Zulú, que una vez más, tenía que calentar a los tostados asistentes con su metal de corte andaluz a la hora de la siesta. Nunca entenderemos por qué no tocan a unas horas más habitables para el ser humano, pero el caso es que aún así no dejaron de derrochar energía con su “Creer Querer Querer Creer” y sobre todo con “Andaluz De Nacimiento”, “Agua De Mayo” y “Tientos”, la infernal hora les pasó factura. Directo correctísimo con los típicos problemas de este tipo de eventos, pero que enchufó una buena dosis de energía a un público que luego estallaría con Hamlet y con un Molly desatado, que no es que esté en su mejor momento en cuanto a voz se refiere, pero lo suple con creces dándolo todo en el escenario sin parar un momento. Con un setlist bastante cañero, con el que aprovecharon para presentar nuevos temas de “La Puta y el Diablo”, pudimos disfrutar también de las perlas de la casa como “Irracional”, “J.F.” o “Tu medicina”. Durante la actuación pudimos ver también a un Alberto Marín, última incorporación a la guitarra de la banda, muy metido en el grupo y aportando muy buenas maneras e incluso coros en algunos temas, pero quizá por el sonido racheado o porque todavía el sol pegaba en lo alto no nos terminaron de convencer como otras veces.

Previo concierto de unos divertidos Delinqüentes que se disfrazaron de pirata y sufrieron un sol castigador y un llenazo apabullante, llegó el turno de César Strawberry y sus Def Con Dos con su “Hipotécate Tú” bajo el brazo, del que interpretaron demasiados temas para nuestro gusto, ya que se dejaron en el tintero muchos clásicos, pero así es la vida, y entre “Destino Zoquete”, “Hipotécate tú” o “Basta de buen rollo” no faltaron “De cacería”, “El coche no” o “Asociación de Mujeres Violentas”. Con mucha energía y moviéndose y saltando como siempre han hecho fueron quizá uno de los grupos que mejor sonido sacó del recinto. Después llegaría la últimamente desaparecida, musicalmente, Bebe, que se marcó una versión un tanto, digamos, mejorable, del “Más sexy” de Coz. Una pena que problemas de horarios nos impidieran ver más que un par de temas de Niobeth, cuyo metal sinfónico tenía buena pinta, pero Soziedad Alkohólika iba a hacer acto de presencia y no había tiempo que perder. Aunque los conciertos de estos vitorianos son muy contundentes, tienden a ser un tanto fríos, pero entre que pogo va y pogo viene y que la inercia arrastra al personal, “Cuando nada vale nada”, “Papel contra tijera” o “Motxalo” son genuinas máquinas de crear tensión y conexión con el respetable, así que tras una pequeña e interesante muestra de su “Mala Sangre”, llegarían unos brillantísimos Narco, sin duda de lo mejorcito del festival. “Tu dios de madera”, “La cucaracha” y, sobre todo, “Puta policía” dejaron más felices y exhaustos asistentes que ningún otro grupo del festival. Una vez acabada la descarga de los sevillanos tuvimos que elegir entre descansar nuestros maltrechos cuerpos o ver a Huecco, así tras una unánime decisión pusimos el piloto automático y volvimos a descansar algo por lo que pudiera pasar el último día.

SÁBADO 2 DE MAYO

Sintiéndolo mucho por los grupos, pero agradeciéndolo con las pilas cargadas a tope, no fue hasta que empezaran Los Suaves que llegáramos al recinto. La banda gallega con un Yosi muy cascado empezó muy fuerte, pero se fue desinflando poco a poco, así que “Malas Noticias”, “Antisocial” o “Dulce Castigo”, a pesar de ser fuertemente coreadas, dejaron un mal sabor de boca por muchos factores, pero yo destacaría principalmente que eran las 7 de la tarde, que hacía un calor infernal y que se notaba que el derbi Madrid-Barça había robado más asistentes de lo esperado, aunque “Dolores Se Llamaba Lola” arrancara unas cuantas briznas de verdadera conexión entre la banda (que puede tocar la canción durmiendo o mientras ve la tele) y el público. Después un concierto un tanto monótono de Orishas nos dejó en el escenario principal a Mägo de Oz, que interpretaron sus temas más conocidos como “Fiesta Pagana” o “La Costa Del Silencio”. Verdaderamente se lo pasaron como enanos sobre las tablas y aunque no sean santo de nuestra devoción tenían acérrimos fans que les devolvieron mucha energía a través del baile y mucho cantar, lo que eclipsó a los que bufaban y resoplaban al pasar y verles tocar, con Frank y su pata chula y con sorpresa por parte del respetable cuando sin previo aviso desaparecieron antes de lo previsto. Ojos de Brujo tienen ratos interesantes, pero en general resultan algo cargantes, no como Reincidentes, que salieron a comerse el escenario como siempre y demostraron que los años no pasan para ellos ni para sus “Vicio” o “Jartos d'Aguantar” y otros tantos. Sien embargo, fue el suyo un concierto que no pudimos ver porque tuvimos que cambiar de ecosistema para acercarnos al escenario de hip-hop ya que la magia de Pepe Bao al bajo iba a acompañar a los sevillanos SFDK junto con un acompañamiento de vientos y eso era algo que no nos queríamos perder y acertamos, ya que las canciones sonaron como nunca, ojala siempre sus conciertos fueran así.

Ya con el partido acabado y previo paso por la picadora mental chillout de Chambao, la gente se creció con Boikot que han madurado muchísimo con los años, dejando una buena huella en nuestra memoria con su concierto, del que habría que destacar “Tekila”, “Comandante Che Guevara” y “Korsakov” y al máquina de Grass que no deja títere con cabeza sobre el escenario. Nuestras fuerzas nos dieron para llegar a la traca final con unos Chichos que animaron todo y más, pero cuando empezaron a dedicar canciones a sus nietos nos dimos cuenta de que ya era hora de recoger el ancla y poner rumbo a las tiendas y al final de un Viñarock que ha sabido a poco, sobre todo por la repetición de la repetición de la repetición, tantos grupos archiconocidos por la gente de Villarobledo de todas las veces que han pasado por allí y también por la falta de algún artista de una dimensión más cercana a derroteros más metálicos como en anteriores ocasiones, que realmente se han echado de menos. Por lo demás, como siempre, muy buen ambiente, mucha fiesta y ganas de que llegue el siguiente siempre con la esperanza de que esta sensación de estancamiento que provoca últimamente el festival desaparezca.

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