CRÓNICA

Está visto que, en lo que a música se refiere, este país es el pupas de Europa. Si la cosa funcionara, al menos dignamente, A Wilhelm Scream habrían pisado España en la última gira de Rise Against. Y, de la misma manera, en esta última habríamos podido ver con ellos a No Trigger. Nunca llueve al gusto de todos… y algunas veces tampoco completamente al de ninguno, pero a decir verdad la oportunidad no era para dejarla pasar, así que esa noche tocó presentarse en la sala Azkena a ver qué tal iba la cosa.

En cada una de las fechas españolas se optó por colocar de telonero a un grupo local, y en el caso de Bilbao los elegidos fueron Playground. A pesar del obligado recorte del setlist sobre la marcha y la poca respuesta del público cuajaron una buena actuación, en la que sobresalieron “Don’t Slow Down”, “Incide Yourself” y una versión del conocidísimo tema de Nofx, “Linoleum”, de la que se agradece especialmente que incorporaran algunos detalles de su creación, ya que la tónica general en este tipo de grupos maqueteros suele ser que claven la canción original. Así pues Playground nos hicieron entrar en calor con su hardcore melódico de influencias claras, entre las que merece la pena nombrar tanto a los veteranos Strung Out como a los más recientes Silverstein. Demostraron que son un valor en alza y con su entrega allanaron mucho el camino a quienes venían después.

Llegaban A Wilhelm Scream cansados de la gira, y dando la sensación de que tenían más ganas de volver a casa que de cualquier otra cosa, cosa normal teniendo en cuenta que sólo les restaban dos citas para completar el periplo europeo. Empezó su actuación de una forma bastante fría, pero el público supo tomar la iniciativa, haciendo que el grupo se encontrara a gusto y consiguiendo que rápidamente se animaran y ofrecieran un espectáculo más digno de un grupo de su talla. Gran parte de culpa la tuvieron los temazos que se fueron marcando, tocados uno tras otro, con apenas segundos de descanso. El repertorio se centró prácticamente en su último trabajo, “Ruiner”, del que canciones como “Killing It”, “God Loves A Liar”, “Less Bright Eyes, More Deicide” o “Congratulations” sonaron completamente explosivas.

A medida que iba pasando el tiempo se notaba al público mucho más metido en el espectáculo. Como en todo buen concierto del género no faltaron los saltos, pogos… ni los típicos de las primeras filas coreando los temas e incluso cogiendo el micrófono en algún momento puntual. La intensidad se incrementaba a cada minuto y cuando parecía insuperable llegó el momento clave de la noche: “The King Is Dead”, primer corte de su último trabajo, desató completamente el huracán e hizo que el desenfreno se apoderara de toda la sala. Tras él, supuesto final, petición unánime de un bis que no dudaron en ofrecernos y momento de echar un vistazo al merchandising, sacar unas fotos y departir con los miembros del grupo, que agradecieron infinitamente nuestra presencia en el evento que, desde luego, me alegro de no haberme perdido.


Fotos: Mikel Alcántara