CRÓNICA
Crónica y fotos: El Nerdo

Hablar de
Ani es hablar de poesía y guitarra. De lucha feminista e inconformidad. La cara y la voz tras Righteous Babe Records, un sello activista hasta la médula y con carisma. La impresión que causan sus melodías y sus feroces acordes ya no son los de antaño, estamos ante una madre primeriza que vela porque su criatura (Petah Lucia) tenga algo que llevarse a la boca. Aún así la impresión que maravilla no deja a nadie indiferente sino que le transporta a un mundo donde la fuerza del individuo puede ser igual o mayor a la del conjunto rebelde. Las proezas de sus directos son vox populi pero lo que no esperábamos era la sobrecogedora actuación de
Anaïs Mitchell, una semi-desconocida telonera que forma parte del plantel de artistas que cobija la discográfica de la señora
Difranco. En una palabra deberíamos ser justos y hablar de espectacular pero esas canciones dejaron en nosotros un poso de rencor y esperanza. Una mescolanza de sentimientos opuestos que hacen que salgamos a la calle a luchar por nuestros derechos y no quedarnos estupefactos ante las injusticias de nuestro día a día. Pero vayamos por partes. Si normalmente se hace referencia superficial al artista introductor en esta ocasión hablaremos de las dos protagonistas de la noche: la primera por su lugar en el cartel y por ser el reclamo principal. Su calentamiento por evidentes méritos propios y por el farragoso laboro de interpretar una pieza emblemática en el idioma de
Lluís Companys. Bien por sus ovarios.

Hagamos una radiografía. La primera impresión nos transporta a la serie americana "Friends" y más concretamente al personaje de Phoebe. Empieza con diez minutos de retraso aunque cuadra tres cuartos de hora exactos. Su música latente es intimista, sus movimientos son tímidos casi frágiles, está seria encima del escenario por respeto o la magnitud del silencio de los asistentes. Desde el principio demuestra una pleitesía hacia su jefa otrora su ‘diosa particular’, como ella la define. Desgrana la belleza de su última obra "
The Brightness" (2007), mitad
Russian Red mitad mamá
Difranco, tras debutar en 2004 con el excelente "
Hymns For The Exiled". Como colofón final y ante la sentencia perfectamente inteligible 'intentaré cantar una canción en CATALÁN’ que nos deja estupefactos se arranca con el tema "Contra la Por" de
Raimon, héroe de la nova cançó de la década de los sesenta. El emplazamiento enmudece.

Tras el imprevisible factor sorpresa proferido por
Mitchell, silencio y los minutos de espera habituales. Sale a escena la protagonista del evento. A sus espaldas trae el reposado y maduro "
Red Letter Year" recién salido del horno. Como siempre lo hace que ni pintado aunque se muestra como una activista serena. Tras siete años de ausencia en nuestros escenarios dialoga, sonríe pero reclama sus ideales. Dos horas de concierto que sirvieron para recordar a una rebelde con causa que ha dejado parte de su continua protesta para centrarse en la belleza de las cosas y sorprendernos con una actitud menos agresiva quizás más sana. La
DiFranco de 2008 no muerde pero pica con su folk-punk combativo heredero de la palabra y lejano de la usual violencia. Sin sorpresas auditivas paseó su repertorio de antaño son centrarse demasiado en las piezas que acaba de diseñar. Terminó con unos bises a modo de peticiones y acabó tocando tres regalos que la dejan donde estaba. En un lugar extraño entre el mainstream de sus melodías y el independentismo de su sempiterna propuesta. A la salida la menos desconocida
Anaïs firmaba sus discos e intercambiaba algunas ideas. Imaginamos que su cercanía le auguró mayor venta de discos que su amada deidad. Noche de princesas en un ambiente real.
Setlist - God's Country
- Swim
- Lag Time
- Marrow
- Shy
- Present / Infant
- Unrequited
- Napoleon
- Nicotine
- Welcome To
- Imagine That
- Two Little Girls
- Anticipate
- As Is
- Alla This
- In The Way
- Little Plastic Castle
- Shameless
- Not A Pretty Girl
- 32 Flavors