alternative rock / alternative metal
 Catorce

ENTREVISTA

Atlas por César Aguilar
12 de Agosto de 2014 3979 lecturas
Uno (Jaime Ladrón de Guevara, voz y guitarra), dos (José Miguel Ocón, bajo), tres (Antonio Salas, batería)... Catorce. No sé si a algún miembro del trío afincado en Sevilla le gusta la introducción de "Vertigo" de U2, pero lo que sí sé es que "Atlas", su álbum debut –una sólida y personal amalgama de emo de los 90, grunge y rock alternativo con textos en castellano– es de lo más llamativo y trabajado que se puede llevar uno a los oídos dentro del panorama nacional actual. Es un placer escuchar a una banda tan sincera y melómana, que compone con tanto mimo y dedicación. E igualmente fue un placer contactar con ellos para que nos contaran algunas cosas acerca de la banda y de tan meritorio debut.

Me mata la curiosidad por saber cómo tres gaditanos llegan a formar una banda en Sevilla. Imagino que habrá habido varias formaciones de Catorce hasta llegar a la actual. Por otro lado, tengo entendido que Jaime y José Miguel sois amigos y tocáis juntos desde hace bastante tiempo, ¿no?

Jaime: Pues en realidad no fue más que una curiosa casualidad, si te digo la verdad. Yo llevo casi toda mi vida viviendo en Sevilla, y cada uno de nosotros llegó aquí por razones distintas y en momentos distintos. Sobre lo de las formaciones de Catorce, sí que hubo unas cuantas antes de la actual, tanto es así que de la original sólo quedo yo. Comenzamos como la mayoría de los tríos: como un cuarteto con dos guitarras que al final no cuajó. Cuando uno de los innumerables bajistas que tuvimos en los inicios se fue, Jose, con quien ya había tocado en una banda anterior, me recordó que estaba ahí para lo que necesitáramos. ¡Y menos mal que lo llamamos, porque sin él ésta banda probablemente se hubiese disuelto hace mucho tiempo! Por otra parte, Antonio también es amigo nuestro, pero menos porque hace años que esperamos a que nos invite a una barbacoa en su casa y no hay manera, oye [risas].

José Miguel: En mi caso, llegué aquí hace unos diez años por mis estudios y mi familia, además de por ser un atípico enamorado de Sevilla. Y prácticamente desde que aterricé, comencé a conocer gente y a tocar con quien podía… Hasta que se cruzaron nuestros caminos (en realidad es bastante menos romántico de lo que suena [risas]).

Antonio: Yo me vine a estudiar a Sevilla hace tiempo y desde entonces sigo aquí. A Catorce entré un poco por casualidad, cuando Luisma dejó el grupo yo daba clases de batería y mi profesor me lo dijo, aunque no sé cómo se enteró porque ni Jaime ni José Miguel lo conocen. Los llamé y en un principio me costó quedar con ellos, pero finalmente me preparé los temas, quedamos y desde entonces la formación no ha variado.

¿Cómo veis la progresión de la banda en perspectiva? ¿Qué pensáis de vuestra demo y de los dos EPs? ¿Resisten la comparación con “Atlas”?

J: Hombre, creo que ha habido una evolución bastante notable, aunque en realidad la base siempre hemos procurado que siga ahí. Pero está claro que ha habido un cambio a algo más “personal”, que es a fin de cuentas lo que queríamos. Yo, como compositor, no paro de intentar ponerme nuevas metas para que cada trabajo que grabamos suponga ir un paso más allá. Ha sido una evolución de la que personalmente me siento muy orgulloso. Hemos sabido (creo) dejar macerar nuestro estilo, sin hacer nada a lo loco, conociendo poco a poco nuestros instrumentos y mejorando en conjunto, preocupándonos de hacerlo bien y de una manera que tenga sentido. Ya estoy trabajando en canciones para lo que quiera que hagamos después y creo que habrá otro pequeño salto de calidad (¡o eso espero!) [risas].

JM: Yo creo que progresamos adecuadamente [risas]. A ver, la evolución pienso que ha sido muy natural y muy sincera, siempre desde nuestros gustos y ligada además a los momentos personales por los que hemos ido pasando, que también afectan. Y aunque queremos a los EPs como hijos nuestros que son, cometimos fallos en ellos que nos hicieron madurar hasta llegar a “Atlas”. Pero nos gusta pensar que esto es sólo el principio: yo siempre le digo a la gente que este es nuestro “Bipolar Age”, en referencia a los enormes Nothink, con todo el respeto y admiración del mundo. Queda mucho por aprender y por hacer.

A: Pienso como José Miguel, la evolución ha sido muy natural, ha salido de nuestro empeño por hacer las cosas mejor. Ya llevamos mucho tocando juntos, nos conocemos musicalmente y esto favorece que un grupo madure sin casi darse cuenta.

Grabasteis el álbum en agosto del año pasado, sin embargo se publicó en formato físico el 21 de marzo. ¿Qué motivó el retraso?

JM: Pues fue debido principalmente a nuestra “ingenuidad”. Queríamos prestar el mismo cuidado y la misma atención a la edición que a todos los aspectos musicales, era la primera vez que nos enfrentábamos a muchas situaciones y lo cierto es que ni encontramos demasiado apoyo ni las circunstancias tampoco fueron las esperadas, pero de todo se aprende y yo soy muy positivo. Os aseguro que no tardaremos tanto en editar lo próximo que grabemos.

¿Y qué tal aguanta "Atlas" vuestras escuchas tras este tiempo? ¿Cambiaríais algo ahora?

JM: Pues sorprendentemente bien… Y digo sorprendentemente porque, en ocasiones, soy bastante quisquilloso y crítico con lo que hacemos. Terminamos muy satisfechos con el trabajo de preproducción que llevamos a cabo con David y Fer (David Bernabé y Fernando Moreira, ambos en Trono de Sangre –ndr), e igualmente con el que hicimos con Raúl (Pérez –ndr) en La Mina, y creo que eso tiene mucho que ver. Hay muy pocas cosas que cambiaría del disco y, a día de hoy, el cuerpo me sigue pidiendo escucharlo de vez en cuando y me sigo emocionando como en las primeras veces que lo tuvimos entre las manos.

El texto interior del álbum alude a la muerte de los dioses por la igualación de estos con los hombres: “Y fue entonces cuando verdaderamente, los hombres fuimos dioses… Y fue entonces cuando pudimos ser hombres, al fin”. ¿Hay algún concepto detrás de "Atlas" o es solo una bonita introducción?

J: Bueno, sí y no. Realmente no es un disco conceptual en cuanto a que todas las canciones estén relacionadas entre sí, no cuenta una historia ni nada parecido. Pero cuando ya teníamos todas las letras y nos sentamos a leerlas, nos dimos cuenta de que existe una especie de conexión entre ellas, una conexión inconsciente. Por un lado, hablan de cómo entendemos el mundo en general, de la situación en la que nuestra sociedad se encuentra ahora, y por otro hay una parte más personal que habla de nuestros pequeños mundos particulares, de nuestras experiencias del día a día con la gente que nos rodea. Al final sentimos que tanto un mundo como otro atraviesan una especie de crisis, porque hay algo por encima que, sin saber cómo ni por qué, nos impide llegar a donde queremos. Atlas es sólo la materialización lírica de ese impedimento, ese ente invisible que separa a ese algo superior que parece que te controla, de tu propia capacidad de mandar sobre tu propio destino. Así que decidimos darle sentido a ese concepto y escribí ese relato introductorio.

Preparando la entrevista me enteré de que Jaime es licenciado en Historia y “escritor frustrado”, así que es lógico que uséis el castellano y que “Atlas” tenga ese toque tan literario. Como cantante debe de ser complicado encontrar una voz con la que sentirse cómodo, y más en tu propio idioma. ¿Cómo lo lograste, Jaime? ¿Te fijaste en algún cantante en concreto o fue cosa de creerte el personaje?

J: En realidad soy casi licenciado, me faltan algunos créditos y me gusta demasiado la música [risas]. En cuanto a la voz, bueno, también me he ido adaptando con el tiempo, intentando encontrar una más personal. Realmente no me fijo en ningún cantante en concreto, pero me interesa bastante más el trabajo vocal en grupos de pop o folk que en el metal o en el rock. Me gustan muchísimo David Bazan (Pedro The Lion) y Justin Vernon (Bon Iver), sólo por citarte un par. Tengo ese pequeño intríngulis dentro de mí de ir a más y experimentar dentro de mis limitadas posibilidades. Y aunque me considero compositor antes que cantante o guitarrista, ya que tengo que cantar me gusta hacerlo a través de unas letras que tengan algo de sentido. Normalmente el apartado lírico se descuida mucho en el rock, sobre todo cuando cantas en inglés, y eso es una pena. Para bien o para mal, el castellano es mi lengua y he querido trabajarla de igual manera que he aprendido a tocar un instrumento o a cantar.

Ahora, con vuestro permiso, vamos a repasar algunos de mis temas favoritos del álbum. Respecto a “Marzo”, se lo dije a Jose y ahora os lo confieso al resto: mientras escuchaba "Atlas" para escribir la crítica [puedes leerla aquí], al llegar este tema se me hizo un buen nudo en la garganta y el cuerpo me pidió ponerla cinco veces seguidas. Hay una primera persona muy “real”, desprende mucha verosimilitud (de hecho no escuchaba un tema tan verosímil en castellano desde Los Planetas). ¿De dónde surgió “Marzo”? ¿Cómo conseguisteis que suene tan vívida?

J: Bueno, lo primero, mil gracias por hacérnoslo saber, uno no se acostumbra a que le digan este tipo de cosas [risas]. Pues “Marzo” es una canción que surgió de experiencias que me iban llegando de amigos o conocidos que tuvieron que irse a trabajar al extranjero por necesidad. Vamos, lo que vemos todos los días en las noticias... Pero claro, no es lo mismo vivirlo a través de la pantalla que conocerlo de primera mano. Eso me dio qué pensar sobre mi propia vida, sobre el desencanto de hacerse mayor y darse cuenta de que todo lo que habías sentido y vivido hasta ahora casi era una ilusión. Tampoco pensé en ningún momento que a la gente fuese a gustarle tanto o a sentirse tan identificada. Me alegro mucho, sobre todo porque me doy cuenta de que todos estamos a una, en cierta manera. 

La letra de “En esta noche” me entronca con la de “Marzo”: el narrador alude a una relación amorosa que pasa por un momento bajo o está a punto de finalizar, ¿no? En “Las pequeñas distancias” también se deja entrever el desamor. Parece un tema importante para vosotros, y precisamente esas canciones musicalmente son para mí las más emocionantes. No sé si lo habéis trabajado así conscientemente…

J: En realidad la mayor parte de las canciones las compusimos de manera instrumental, mucho antes de que las letras siquiera fueran un boceto en nuestras cabezas. Ha sido más bien el estado de ánimo que imperaba en el momento de sentarse a escribirlas lo que finalmente decidió que esas canciones tomaran ese rumbo más “emocional”. El desamor es un tema muy importante en los textos, aunque siempre me ha gustado enfocarlo de una manera metafórica, sin dejar muy claro al oyente si se está hablando de una relación personal o del amor por otras cosas que te llenan de igual manera hasta que te das cuenta de que quizá no te completan tanto como creías. De hecho creo que “Batalla” y “Los días grises” son las más simples en cuanto a ese concepto: ahí hay poca metáfora que valga.

En los temas “El tiempo del fuego” y “Naves en llamas” aparece una de las ideas claves de “Atlas”: la crisis de la civilización moderna y la necesidad de hacer tábula rasa. ¿Creéis que se puede cambiar el orden del mundo? ¿Empezando por dónde?

J: Todo cambia. Tarde o temprano, toda gran civilización cae y da paso a otra, por muy alta que ésta haya llegado. El ser humano es tan simple que entiende la Historia como algo lineal y la vive como algo circular. En realidad el tema del fuego no se refiere para nada al fuego físico ni bélico, sino más bien todo lo contrario. Hablamos del fuego dentro de cada uno, de la llama que lleve al cambio. Vivimos en un mundo y una sociedad en la que hace falta tener valor y ganas de cambiarlo todo a mejor. Una vez eso esté asentado en cada uno de nosotros, pocos podrán derribar esa idea.

En “Naves en llamas” hay un gran trabajo de composición, de estructuración del tema, que cambia y fluye con mucha soltura. Aunque partáis de una base muy rock, podemos decir alternativo, sois fans de la música progresiva, ¿me equivoco?

J: Yo a ratos [risas].

JM: Os contaré un secreto: sí que tengo un tatuaje… Llevo el logo de Dream Theater en el tobillo [risas]. Imagínate, marcaron una época en mi vida y musicalmente mi mente cambió cuando mi amigo y por aquel entonces vecino Carlos Expósito (Leo Jiménez o Jorge Salán entre otros) me dejó el “A Change of Seasons”. Siempre me ha gustado mucho el género porque me suelo aburrir rápidamente y para algunas cosas tengo muy poca paciencia. Con el tiempo y teniendo como vicio principal la música, uno escucha prácticamente de todo y tiene sus rachas, pero la cabra al final siempre tira al monte.

A: A mí me gusta escuchar progresivo de vez en cuando, pero no me podría definir como fan. Lo que si tengo claro es que soy incapaz de ponerme a tocar progresivo, ¡soy bastante cuadriculado con la batería y me volvería loco!

El emo también me parece muy importante para vuestra música y es clave en un tema como “El tiempo del fuego”. ¿De dónde os viene la afición por el género? ¿Cuáles son vuestras bandas favoritas?

J: Probablemente en este género yo sea el más “fan”. Me encanta el aire triste de todas esas bandas underground que surgieron en EE.UU. a mediados de los 90. Las letras de muchas de ellas son para flipar, su lírica me ha influenciado muchísimo a la hora de expresar emociones. Mis favoritas son dos que curiosamente acaban de juntarse de nuevo: Mineral y American Football. El disco de estos últimos lleva como tres semanas sonando una y otra vez en el reproductor de mi coche [risas]. También me gustan mucho algunas más actuales, como Moving Mountains e Into It. Over It.

JM: Coincido mucho con American Football, quizás añadiría Jimmy Eat World o incluso Alice in Chains y Soundgarden (aunque sean considerados más grunge); lo cierto es que aunque es un género que me gusta, no me pasa como con el progresivo y no me he adentrado especialmente en él.

A: Como simple curiosidad, antes de que los temas tuviesen título a uno de ellos lo denominábamos “La emo”. Si no recuerdo mal, se trataba de “Los días grises”.

Grandes Mineral, y confieso que yo también estoy escuchando mucho últimamente el disco de American Football. He mencionado que Jose y Jaime sois amigos desde hace tiempo y en el álbum hay una gran cantidad de colaboraciones (tres productores y cuatro músicos cuento). ¿Cuál es la importancia de la amistad en un proyecto como Catorce?

JM: Aunque sea un topicazo, creo que la mayoría de la gente que ha tenido un grupo ha acabado comparándolo con una relación de pareja; por tanto, hay que ser amigo y mucho más. Dicho esto, todo tiene su momento, pero muchas veces más que amistad creo que la base del éxito radica en la constancia y en tener las cosas claras en un porcentaje muy alto de las decisiones que han de tomarse. Ser sólo tres miembros facilita mucho esto, pero remamos todos en la misma dirección.

¿Os lleváis especialmente bien con alguna otra banda sevillana?

JM: Nos llevamos muy bien con Carving Colours (Arturo (Prada, teclista –ndr) toca en algún tema de “Atlas”, y yo incluso toqué con alguno de ellos en el pasado), y también con Monkeypriest, Tentudía, Deviante, Ochotreinta LX, y generalmente con gran parte de los que conocemos, con quienes compartimos escenario y tratamos de mantener la música rock y metal en Sevilla. Al final somos siempre los mismos cuatro gatos y nos conocemos casi todos. Entre eso y la poca vergüenza que gasto respecto a las relaciones de Catorce, nos enorgullece considerarnos amigos también de gente de otras grandes bandas de fuera de Sevilla como Chaos Before Gea, Obsidian Kingdom, Nami o Mil Horas por citarte algunos ejemplos.

Y siguiendo con amigos, acabáis de tocar con Minor Empires en Mérida y Cádiz. Contadnos qué tal fue la experiencia.

A: ¡Fue un verdadero gustazo! Tocar fuera de tu ciudad siempre ilusiona, si se trata de hacer una mini gira de fin de semana todavía más, y si encima es para acompañar a una banda del calibre de Minor Empires, pues imagínate. Lo pasamos en grande tanto dentro como fuera del escenario y nos trataron como reyes, así que poco más se puede pedir. Bueno algo sí: que se vuelva a repetir [risas].

También podéis presumir de haber tocado con bandas como Berri Txarrak, Trono de Sangre o Tenpel. No os va tan mal, ¿no? 

J: Siempre hemos defendido que lo más bonito de todo éste mundillo que es la música es la cantidad de buenos amigos y conocidos que haces por el camino, gente con la que de otra manera no habrías tenido contacto en tu vida. Y desde luego si esa gente toca en algunas de tus bandas favoritas, pues mejor que mejor… ¡dónde va a parar!

JM: A mí, Jaime tardó bastante tiempo en convencerme de que escuchase a Berri Txarrak porque todo lo que no sea inglés o castellano generalmente me cuesta escucharlo dada la importancia que le doy a las letras y a la sonoridad del lenguaje, aunque sólo sea una mera cuestión estética o de gusto personal. Pero creo que haber tocado varias veces con ellos es uno de los mayores éxitos que hemos conseguido como grupo. No os hacéis una idea de la calidad humana y musical que hay tras esa banda y su equipo, todo lo que aprendemos cada vez que coincidimos... Y esperamos poder repetir, somos unos abusones en ese sentido [risas]. Pero como bien dice Jaime, no podemos dejar de mencionar a otras muchísimas bandas que hemos conocido, con las que igualmente ha sido un gustazo compartir escenario y posteriormente hemos mantenido alguna relación, como Tenpel, Nothink, Blindfall, Willis Drummond o Aphonnic, entre otros.

Sois gente ocupada y me alegro: aparte de Catorce tenéis varios proyectos, Astronomist, Hasta Siempre, Sarajevo y otro más del que no sé si puedo hablar todavía. Contadme algo de cada uno, por favor.

J: Nos flipa la música, ¡qué le vamos a hacer! [risas]. En realidad todos son proyectos que surgen de esa necesidad de expresar algunas cosas que con Catorce no puedes. Hasta Siempre, Sarajevo es un proyecto mío, acústico. Ahora mismo estoy grabando cinco temas que formarán parte de un EP que espero poder al menos colgar en internet de aquí a un par de meses a más tardar, con la única intención de componer cosas distintas y seguir aprendiendo.

JM: Con Astronomist hacemos algo así como post metal instrumental y también es un proyecto que nos ilusiona mucho, aunque está algo parado ahora mismo y esperamos poder retomarlo pronto. Lo cierto es que sin más intención que divertirnos, nos juntamos Jaime y yo con Marco de Monkeypriest y Luisma (anterior batería de Catorce); y con los simples vídeos que colgábamos en YouTube de los ensayos, empezó a escribirnos gente e incluso dimos un par de conciertos sin tener nada grabado en estudio. En cuanto al otro proyecto, ojalá podamos dar noticias pronto, pero aún está demasiado crudo [risas]… Simplemente somos varios de esos amigos de algunas bandas que nos juntamos para hacer cosas distintas.

Para ir finalizando, como sé que sois buenos melómanos, recomendadnos algunos discos que nos alegren el verano.

J: Puf, yo soy un emo, no sé si soy el más indicado para alegrarle el verano a nadie [risas]. De todas formas, así por encima os recomiendo “EndSerenading” de Mineral, “Waves” de Moving Mountains e “It’s Hard to Find a Friend” de Pedro The Lion. Aunque si queréis escuchar un disco que de verdad le dé un vuelco a vuestros corazones, “For Long Tomorrow” de los japoneses Toe es casi una experiencia extrasensorial. Vamos, que está en mi top 5 y no creo que baje de ahí nunca. De nacionales os recomiendo el debut de Minor Empires o a nuestros compadres de Tentudía o Carving Colours, por nombrar algunos que seguro que Jose os dirá ahora…

JM: A mí uno de los grupos que más me ha impactado en mucho tiempo es Arcane Roots; su “Blood & Chemistry” es una obra maestra y posiblemente mi disco favorito del año pasado. También me ha gustado mucho el nuevo disco de Feed the Rhino, “The Sorrow and The Sound”. Por otro lado, los dos EPs de FutureAges me parecen lo más interesante que ha montado alguno de los miembros de los tristemente desaparecidos Reuben. Todos estos grupos son ingleses, curiosamente. Nacionales, además de los ya citados Trono de Sangre y Minor Empires, me siento en la obligación de citar a Adrift. No les hace falta publicidad, pero me parecen el mejor grupo de nuestro país (además de gente de puta madre) y no entiendo como no obtienen mayor reconocimiento nacional e internacional. Quizá sea el lastre de ser españoles…

De Jaime me apunto lo de Toe, que son los únicos que no he escuchado, y todo lo inglés (de lo nacional ya he dado buena cuenta) de Jose, muchísimas gracias a los dos. Y, ahora sí, hemos terminado. Enhorabuena por el disco, que últimamente es una de mis escuchas habituales, y muchas gracias por vuestro tiempo. Si queréis decir algo para despediros, ya sabéis…

J: Muchísimas gracias por vuestra atención, y si habéis sido capaces de llegar hasta el final de la entrevista sin decir “vaya tío pedante el Jaime este”, me comprometo a invitaros a un serranito. ¡Y no olvidéis venir a los conciertos, que damos créditos de libre configuración!

JM: Nada más, muchísimas gracias por hacernos este huequecito aquí y por vuestro tiempo empleado en leernos y escucharnos.

A: Muchas gracias por vuestras buenas palabras sobre “Atlas”, por acordaros de nosotros y dedicarnos parte de vuestro tiempo.


http://catorceband.bandcamp.com
https://www.facebook.com/catorceband
https://twitter.com/Catorceband
https://www.youtube.com/user/Catorcetube
  


COMENTARIOS



Debes estar registrado para poder publicar un comentario


Entra en tu cuenta o regístrate


DISCOGRAFÍA