CRÓNICA
Chelsea Wolfe + Russian Circles
Chelsea Wolfe, Russian Circles
19 de Octubre de 2013
por Jolocho Sala Shoko, Madrid
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Chelsea Wolfe, Russian Circles
Jamás había estado en Shoko, sitio que tenía más como discoteca que como sala de conciertos. El escenario tenía una estructura semicircular y una altura de unos diez metros: increíble. No hay nada más romántico y bonito que unos techos altos. El sonido fue más que bueno en las primeras diez filas, pero parece ser que más atrás de la décima fila todo era una bola de sonido.
Y ahora es cuando empiezo a hablar de Chelsea Wolfe.
Teatralidad al volante, nuestra querida cantautora aparece. Recia, imponente, con una presencia aplastante. Comedida en sus gestos, con un cuidado rayano en la esquizofrenia: tal era la delicadeza que ponía en su gestualidad. Apareció enlutada, con un translúcido chal blanco, con los brazos en alto. Ante ella, dos micrófonos: uno abierto en un canal más o menos limpio, y el segundo cargado con reverberaciones fantasmagóricas. Un bateria, un bajista/teclista y un guitarra fueron su acompañamiento. Es curioso, porque la banda en directo funciona casi como un grupo de post-rock: mucho mimo en las subidas de intensidad, en bajarlas y, sobretodo, en mantenerlas a flote.
Abrió la noche con dos temas de su nuevo disco, la impactante "Feral love" y sus sintetizadores del dolor y "Ancestors, the Ancients". Todos los nuevos temas cumplen la premisa que da nombre al disco "Pain is beauty": en ellos, conviven los demonios personales de la compositora con el goce estético de su voz. De hecho, la melodía vocal del segundo tema me persigue todavía. No pude ni he podido recuperarme del impacto de su estribillo en mi pecho. Los ojos se me siguen anegando con lágrimas cada vez que escucho la canción. En realidad, pude morir de Stendhal tres veces durante el concierto, y ésta fue la primera ocasión de hacerlo. Acabado el tema, cogió su guitarra: suena "We hit a wall". Esa mujer nos estaba lanzando su tristeza a la cara y yo, yo no sabía cómo reaccionar. Cabeceé siguiendo la base rítmica por pura inseguridad. No sabía qué hacer, y me sentí muy vulnerable sintiendo emociones tan íntimas delante de demasiada gente. Fans de Lana del Rey... ¿sabéis que "We hit a wall" existe? Más de uno se sorprendería: la misma elegancia, la misma tirsteza acusada, pero con más tonos menores.

Un respiro: la recogida "House of metal", con su melodía principal tocada con glockenspiel. Fue la única vez que oí al público intervenir durante los temas, y fue en forma de melodía silbada. No estuvo muy fuera de lugar, ni afeó la experiencia. Su segundo momento Lana del Rey, y me remito a las cualidades antes enumeradas. Apenas me había recuperado de "Reins", cuando aconteció el que es mi momento favorito del disco: "Sick". Me invade un ataque de solemnidad cada vez que oigo esos regios sintetizadores abrir el tema. Yo creo que nos pasó un poco a todos los asistentes. Abrimos nuestros corazones al tema más introspectivo del nuevo disco. Hubo un momento que se me ha quedado grabado a fuego en la memoria: hacia la mitad del tema, sólo su voz y un tenue sintetizador sostienen la emoción del mismo. De pronto, desapareció la cantante. Recuerdo a todo el público de puntillas, buscándola. Allí estaba ella. De rodillas, con una mano en la cara, cantó el resto del tema. Exhibiendo su dolor. Éste fue el Stendhal que casi me deja en el sitio. El tercero y el más poderoso.

No soy gran apasionado de Russian Circles. Tampoco les veo excesivo parecido con la banda que les teloneaba. Es una banda que en cuanto a estructuras podríamos hablar de post-rock, pero que en cuanto a lenguaje y ejecución se acerca más a ese terreno pantanoso que es el post-metal. Y para el post-metal soy tan exquisito que siempre acabo ofendiendo a alguien. Decir que su batería, Dave Turncratz, hizo un show del demonio. Pero del demonio. Creo que todo el mundo parecía haber ido a verle a él más que a la banda. Todos son muy técnicos, qué duda cabe. Pero tengo la sensación de que el bajo y la guitarra pasan bastante desapercibidos. No me agradan en exceso que las transiciones entre secciones en un mismo tema se solucionen con un golpe de bombo que te atraviese la tráquea. Pero, afortunadamente para sus fans, yo fui el raro. La gente se volcó con la banda, coreando casi todos los temas: y hay que resaltar que ésto tiene bastante mérito para una banda instrumental. Su directo es puro músculo, y sin duda fue una forma agradable para acabar la noche. Una pena que al final no pudieran tocar el tema que tienen con Chelsea Wolfe en su nuevo disco, "Memorial". Pero verdadera pena.
Fotografía: Dara Flux
COMENTARIOS
4 Comentarios
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Ya estabas perdonado antes de que pensaras de que me podías haber molestado :_____
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EH EH, que estoy de acuerdo en la mayoría de cosas que dices y me alegra que incidas más en Chelsea, pero los Russian también molaron mucho, aunque un sonido mucho mejor les habría venido de perlas.
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Jajajaja a eso yo lo llamo traición, mi querido Jelo.
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Casi lloro. Muy bonico todo. Pero tu eres el raro allá donde vayas, así que no vale
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