CRÓNICA

Do You Wanna Rock?
Danko Jones, Quaoar
03 de Diciembre de 2015 por Jorge Azcona Sala Zentral, Pamplona 1926 lecturas

Ver a Danko Jones en España ya no es ninguna novedad, hay que reconocerlo. Ha tocado en salas, festivales e incluso carpas montadas por equipos de fútbol, y según donde vivas puede que lo veas más a menudo que a tu tía la del pueblo. Quizás esta haya sido una de las razones por las que ha intentado contentar a un público menos habitual tocando en 4 ciudades de las que salvo Madrid, todas eran vírgenes para él.

Los teloneros para estas fechas han variado en todas ellas, siendo Quaoar los encargados de abrir la fría noche pamplonica. Su rock sofisticado y de descendencia grungera no parecía encajar demasiado con la filosofía fiestera de los canadienses, pero a veces se agradece un poco de variedad y nunca está de más descubrir propuestas tan interesantes como la que ofrecen los bilbaínos. Puede que les falte dar un último empujón, pero es innegable la técnica y pasión con la que tocan y tuvieron a la gente pendiente, que no es poco. El sonido les acompañó y supieron trasladar el feeling que desprende un disco como "Dreamers. Dreaming" a las tablas del Zentral con temas como "A Big Hole", una oda a los mejores Pearl Jam que sirvió para despedirse.

A las 21,30 en punto se abría el telón (esta vez de manera literal) y sin mucho artificio salió el trío formado por John Calabrese, Rich Knox y el protagonista de la noche, Danko Jones. "The Rules" fue la elegida para abrir en toda una declaración de intenciones, pero el público se mantuvo bastante estático y solo se dedicaba a seguir el divertido reglamento que proclama el tema. No fue hasta "Forget My Name" que, también arengado por el propio cantante, despertó de un letargo inesperado. "The Twisting Knife" fue la primera que sonó del reciente "Fire Music", disco muy marcado por el sello Misfits y que intencionadamente o no, empalmó con el clásico "Die, Die My Darling". La temperatura había subido algunos grados, pero el amigo Danko siempre quiere más y no se corta en darnos las instrucciones de cómo dar un aplauso con su peculiar humor. Hay que reconocer que el tío tiene carisma, pero temazos mayúsculos como "First Date", "Do You Wanna Rock" o "Had Enough" demostraron que lo que la gente quiere es rockear y dejarse de tonterías, nunca mejor dicho. Menudo trío de ases. Con el repertorio no hubo mucha queja, tienen singles para dar y tomar, e incluso algunos menos recurrentes como "Code Of The Road" o "Legs" funcionan bien en directo. Para la última mitad del show estaban reservados clásicos de la talla de "Cadillac", "Lovercall" y ese bajo que pone tan cachondo al personal, y "Gonna Be A Fight Tonight", otra con la que es imposible dejar de mover los pies. Tampoco faltó el momento horchata (¿para qué la lleva? ¡siempre sale una botella de las primeras filas!) ni el mítico "Mi nombre es DAN KOJONES" consciente de que es parte del papel que se ha creado.

Los bises dejaron patente la buena acogida del nuevo álbum, con la country & roll "Watch You Slide" y "Body Bags", además de la esperada "Full Of Regret" y el momento de recordar a los mártires del rock con "Bring On The Mountain (Become The Mountain)". Una pena que no fuese fin de semana porque el concierto cumplió con lo que se esperaba de él, hacer pasar un buen rato a la gente y sobre todo dejar con ganas de fiesta. No hace falta mucho más.

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