CRÓNICA
Llegué a la sala Capitol con bastante impaciencia e ilusión de ver a
Estirpe en concierto, un banda que si ya con su anteriores trabajos me había llamado la atención, con su última entrega “
Inventarse el Mundo” ha acabado de engancharme. Un álbum, en mi opinión, excelente en todos sus aspectos, con una delicadeza y emotividad, a la par que energía y contundencia, dignas de aplauso. También tenía curiosidad, por conocer al grupo telonero,
Clan Devi, grupo, dicho sea de paso, creado por
David (Devi), ex componente de
Drinkin’ Tinto, grupo santiagués que a nivel gallego había obtenido cierto reconocimiento, junto a ex componentes de
Rever y de
Trance, además de tener la colaboración en la electrónica de
DJ Vicho, pinchadiscos de la ciudad.

Dio comienzo a la actuación de
Clan Devi con la incertidumbre que sobre ellos caía, aunque entre el público, como normalmente suele suceder con los grupos locales, había un buen número de colegas de la banda. Con el reto por delante de abrir para un grupo de las características de
Estirpe,
Clan Devi intento llegar a la gente, pero a veces pasa que no siempre la entrega de su frontman basta para conseguirlo, porque la verdad es que el resto de componentes no mostraban demasiado su energía y convencimiento sobre las tablas, parecían no estar todavía lo suficiente cómodos encima del escenario como conjunto, aunque cabe destacar la labor de la base rítmica, con un labor bastante pulido y profesional. Además, su sonido no les ayudó, pues era demasiado ruidoso, poco claro. Musicalmente,
Clan Devi parece que todavía deben asentarse en su propio estilo que se sitúa en las coordenadas del malogrado new-metal, con electrónica como puntal, aunque esta no sea una clasificación que ellos mismos admitan (ya sabemos como los grupos rechazan las etiquetas) en este determinado estilo, pero son indudables ciertas similitudes como las bases, samplers, programaciones del dj, las guitarras con una estructura no demasiado rebuscada, base rítmica contundente, etc. Este estilo no es fácil llevarlo adelante en los tiempos que corren, pues ya se ha dicho y hecho mucho sobre él, y la originalidad no es fácil conseguirla en un género saturado. En cuanto a su concierto, la frialdad era la protagonista, pocas o ninguna vez se creó un ambiente de retroalimentación. Normal ya que este era su primer concierto como banda al completo y la mayoría del público no conocía su propuesta. La puesta en escena es muy importante, como los siguientes en subir demostraron. Habrá que comprobarlo con el tiempo.
Sin embargo, tras esta presentación, la otra cara de la moneda se presentó en forma de cinco cordobeses dispuestos a saludarnos con su música asentada en el metal y el rock mejor enraizado, fusionado con estilos diversos y, a veces, sorprendentes. Soy poco amigo de los términos absolutos y siempre intento buscar diferentes perspectivas, pero tras consultarlo detenidamente, no hay duda, el mejor calificativo para su actuación es excelente. Si, lo sé, es muy subjetivo, soy fan declarado, pero he comprobado que no sólo fui yo el que allí se quedó anonadado.

Tras una intro para avisar de que está al caer una primera canción, con
Mart en posición firme con una flauta entre las manos, lo que hizo crear expectación y sorpresa. La flauta correspondía al comienzo de “Llévame”, canción de su último trabajo, que no hizo si no hacerme caer en la cuenta de que esta cobraba mucha más energía y gancho en directo. Tras esta, “Saber Esperar”, una canción que tiene todas consigo para convertirse en un himno, fue la siguiente, con
Mart bailando y cantando a un mismo tiempo, atendiendo sin problema al procesador de efectos de voz. A la tercera va la vencida, o eso dicen, y con “El Color de Tu Voz” muchos fueron los que empezaron a corear la letra y bailar al ritmo de esta tema en el que se fusionan el funk más bailongo y el rock. Tras esta, “Hazme Creer”, de “Ciencia”, precedió a “Mi Revolución”, una canción muy emotiva, en la que Mart demostró, como lo haría a lo largo de la velada, una gran capacidad vocal y una expresividad muy trabajada. Le seguiría “En Ruando o en París”, gran canción de su anterior trabajo. Pero como todo concierto con un set-list variado como el que suele presentar el grupo cordobés, llegó la hora de sacar los móviles y mecheros para rendirnos a la delicada instrumentación, pero profunda temática de “Llámalo Perdón”, con el corazón en un puño. “Más Azul”, fue el siguiente bombazo tras “Servidor”, haciendo ambas voces
Mart, sin echarse en falta a
Molly. “Mi Bella Condición” de “
Ciencia”, emotiva y vitalista. “Hasta el límite” se quedó cara el final interrumpida, pues al eléctrico cantante le pasó factura su inquietud, dejándole sin micro, con lo cual dieron paso a una pupurrí que mezcló desde una improvisación de jazz, ligada con una versión de
Led Zeppelin, seguidamente, con una improvisación de electrónica a duo entre el teclista
Dani y
Mart, y para finalizar otra versión otro grupo de pop-rock, del cual ignoro su autoría. Todo ello sirvió para corrobar la gran calidad instrumental del grupo y las influencias diversas de un grupo profesional donde los haya.

Tras este inciso siguieron con su primer single “América”, en mi opinión, no de las mejores del disco, pero que en directo gana enteros. Pasó esta y llegó “Un Esfuerzo Más”, con una base pausada y una explosión de energía, con los coros de
Loren, guitarrista, excelentes durante todo el concierto. Además, como anécdota las palabras al revés, o en un idioma que ignoro, que dice en el final de la canción, también las reproduce
Mart en directo. Deste modo, hicieron un descanso, con la típico amago de marcha, que no da si no entrada a los bises. “Volverás”, fue el primero de los cuatro temas que hicieron para rematar el concierto, “Ven a Respirar”, un himno a la amistad, que todos coreamos con muchísimas ganas. Para ya finalizar, del cajón de los recuerdos recuperaron dos canciones, “El Mundo al Revés” y “O Sole Mío”, las que demostraron que a pesar de ya tener unos años, estas canciones se conservan bien con el tiempo. La primera muestra, tal vez, el bagaje más agresivo y enrevesado del grupo y la segunda, es una fusión de ópera, electrónica y rock, todo ello revestido de una atmósfea épica. Así se acabó este gran concierto, completo y profesional donde los haya, con la ayuda de la sala, de óptimas condiciones y con el añadido de las imágenes proyectadas en una pantalla enorma relacionadas las canciones, agrandando la atmósfera.
En conclusión,
Estirpe dan más de lo común y en proporción lógica, merecen más, mucho más. El concierto tuvo una asistencia de a lo aproximadamente de 150 personas, sin embargo, si tenemos en cuenta que en Galicia eso es un concierto de asistencia aceptable, no fue tan mal, y siendo positivos, tuvimos el privilegio de verlos (:P). Sorprende que un grupo como éste no tuviese una repercusión mayor hasta la fecha. Su nuevo sello y la gira que están llevando a cabo parece que los catapultará a los mejores puestos de la división del rock estatal. Prueba de ello, es su primer puesto en la venta de singles en las últimas semanas de “Llámalo Perdón”.
Fotos: Estirpe