CRÓNICA

Es la 1.15 de la madrugada, y tras casi dos horas intensas de concierto, el público sigue pidiendo más. Los Piratas dejaron un gran hueco en los corazones de muchos fieles, e Iván Ferreiro ha conseguido llenar ese hueco con un disco precioso y un directo emotivo y arrollador.

La noche empezó a las 22h, cuando llegamos a la sala. El concierto no empezaba hasta las 23.30, pero allí ya había una larga cola de personas esperando. ¡Estaban esperando para comprar entradas en la taquilla! Las anticipadas (unas 800) se habían agotado días antes, y en taquilla sólo había unas 200, por lo que muchos se quedaron en la calle sin poder entrar.

A las 22.30 abrieron las puertas, y la sala se fue llenando hasta completar el aforo. Estábamos un poco apretados y teníamos que esperar una hora hasta que empezara, pero no nos importaba. Por suerte, con puntualidad británica (o gallega), a las 23.30 en punto salieron al escenario Iván, su hermano Amaro y Karlos Arancegui. Tras una intro un poco surrealista, se arrancaron con los acordes de “Estrella de la muerte”, tema de su primer disco en solitario. Más enérgico que en el disco, hizo que todos empezáramos a cantar, cosa que se repetiría en todos y cada uno de los temas (a veces se oía más al público que al propio Iván!).

Los gritos y aplausos enfervorecidos al acabar el tema provocaron que Iván se deshiciese en sonrisas y se preguntara en voz alta por qué no venía más a menudo a Granada. La verdad es que el público estaba muy, muy entregado, y regalaban cada pequeña parada con ruidosos aplausos y gritos varios, en muchas ocasiones antes de que acabara la canción que estuviesen tocando en ese momento. A lo largo del concierto, Iván dijo “Gracias” unas 200 veces, y creo que lo decía de corazón. En pocos conciertos he visto yo un público tan entregado y tan agradecido.

Tras “Estrella de la muerte” vino “Días extraños”, del disco "Sesiones Perdidas", y es que las canciones de su anterior grupo se alternaron con las de su disco en solitario. Cosa muy de agradecer. Hay cantantes que no quieren cantar temas de sus grupos anteriores, pero Iván nos regaló los oídos con muchos temas de Los Piratas. Y digo regaló porque yo nunca tuve la oportunidad de ir a un concierto de ellos, y escuchar canciones tan míticas como “M”, que en directo fue una experiencia única.

A lo largo de la noche fue desgranando todos los temas de su primer disco en solitario. Así, pudimos escuchar “Canciones para el tiempo y la distancia”, “Espectáculo”, la bellísima “Turnedo”, la esperada “El viaje de Chihiro”, “Mrs P”, “Mi furia paranoica” (con bailecito incluido!), la cruda “Ciudadano A”, y por último “S.p.n.b.”. Es decir, todas las del disco menos la versión de “Abrázame” de Julio Iglesias.

Quedó patente que a Iván y los suyos les gustan las versiones, puesto que tocaron varias: “Pa todo el año” (una ranchera popular), “Paloma” de Andrés Calamaro, “La madrugada” de Diego Vasallo, y un extraño remix que mezclaba cosas tan diversas como “Alicia” de Bunbury, “A tu lado” de Operación Triunfo, los Stones y Manolo García. Ésta fue justo antes de un pequeño descanso de 5 minutos, durante el cual pudimos escuchar, mientras ellos descansaban, la versión de “Take me out” (de Franz Ferdinand) por Scissor Sisters. Iván comentó más tarde que ellos mismos elegían las canciones para el descanso.

De Los Piratas, tocaron “El equilibrio es imposible”, “Si tú”, “Santadrenalina”, “Espacio denso”, “Odot” (el último corte del "Sesiones Perdidas", que está grabado al revés en el disco. La tocaron al derecho, por supuesto xD), “Inerte” (una de las más coreadas), “Tan fácil”, “Jugar con los coches” y “M”. Faltaron muchas, pero en un solo concierto no da tiempo a repasar tantos discos y tantos años de carrera… Desde el público llegaban peticiones: “Promesas!!”, “Mi matadero!!”, pero para satisfacerlas todas se hubieran necesitado 10 horas de concierto…

Amaro, el hermano de Iván y guitarrista del grupo, también se arrancó a cantar con “Piensa en frío”, demostrando que su voz es inquietantemente parecida a la de su hermano.

Tras dos bises, pusieron el broche de oro con una canción nueva, que fue la única que no pudimos cantar todos los del público, porque no nos la sabíamos. Y aunque seguíamos pidiendo más, como he dicho al principio de la crónica, era ya la 1.15 y todo lo bueno se acaba. Después de varios saludos, apretones de mano a los de la primera fila y lanzamiento de púas y baquetas, se corrió el telón.

Curiosidades de la noche: Iván lleva una guitarra con una cuerda de bajo (no tienen otro bajista), y necesitaba un atril con las letras de las canciones que versionaba. Bueno, a este chico podemos perdonarle cualquier cosa. Gracias Iván, por tantos años regalándonos temas. Gracias por regalarnos una noche mágica.


Fotos: Marta Mariño