ENTREVISTA

En primer lugar debo felicitaros porque, entre otras muchas distinciones y halagos, “Litoral” llegó a lo más alto de nuestro top nacional del año pasado. Desde que se editó el álbum no ha parado de daros alegrías, ¿no?

La verdad es que ya empezó a dárnoslas al idearlo, componerlo y grabarlo. Todo lo que ha venido después ha sido muy gratificante, sí. Fue un auténtico placer saber que encabezamos vuestra lista de lo más destacado de 2014, que ha sido un año muy especial para nosotros en lo musical y lo personal.

También habéis tenido muchísimo feedback desde el extranjero. Habéis hecho una promo excelente…

Hemos hecho lo que buenamente hemos podido con los limitados medios de los que disponemos, así que no podemos quejarnos con los resultados. Somos plenamente conscientes de que Kermit no es una propuesta para todos los públicos, pero quizá habríamos deseado un poco de mayor cobertura y apoyo por parte de los grandes nombres del periodismo musical nacional e internacional. Lamentablemente, ciertas esferas siguen siendo inaccesibles al mundo indie.

Exacto: una pequeña banda de provincias que no va recomendada por los capitostes habituales lo tiene más difícil para salir en según qué prensa. Y el hecho de proceder de Málaga también es un hándicap importante para lograr ciertos objetivos…

Nos gustaría pensar que no, aunque imaginamos que las cosas funcionan mejor desde Madrid, Barcelona o el País Vasco, donde la escena es más extensa y diversa. La escena malagueña crece día a día y ofrece múltiples posibilidades en la provincia, pero la andaluza está todavía en pañales con la excepción de Sevilla, Cádiz y Granada, claro.

Bueno, hablemos de cosas más agradables. La última buena noticia relacionada con la banda ha sido vuestra participación en la III edición del AMFest. ¿Qué fue lo primero que os pasó por la cabeza cuando recibisteis la llamada de la organización del festival?

Pues fue un sueño cumplido, por la entidad del festival y el público tan especializado que lo frecuenta y lo hace crecer año a año. Y porque se trataba de nuestra primera visita a Barcelona. Y nada menos que en la [2] de Apolo. Y con Calde a las proyecciones incluido. Vaya, ¡¿qué más podía pedirse?!
 
¿Y qué tal fue vuestro concierto? ¿Qué os habéis traído de Barcelona en vuestras alforjas mentales?

Nosotros lo vivimos muy positiva y emotivamente. Fue un momento muy especial; sobre todo para Álvaro, chileno de nacimiento y malagueño de adopción, quien inició su andadura española en Barcelona, donde conoció a su mujer pero también pasó momentos muy duros y difíciles. Por otro lado, el público y las reseñas que hemos leído hablan de un concierto completo para una propuesta interesante. No podemos pedir más. Hemos vuelto con las pilas muy cargadas.

Iniciativas como el AMFest, del que ya se ha anunciado una cuarta edición para noviembre de este año, me parecen admirables. Creo que en una época como la que vivimos, en un país cuyo Gobierno se ha empeñado en destruir el tejido cultural y en empeorar sistemáticamente la calidad de la enseñanza, organizar y publicitar eventos de este tipo es imprescindible para que la música siga viva y sea algo excitante y significativo. ¿Hay público en España para festivales y conciertos así o todavía hay mucho que trabajar al respecto?

Nos vamos moviendo en una buena dirección. Nos parece muy acertada la idea de relacionar el estado de la escena cultural con la educación, porque este Gobierno que mencionas propone una ley educativa en la que la música, las artes y la filosofía cada vez pintan menos (la educación para el que quiera y pueda pagársela). Se hace difícil luchar contra eso, aunque afortunadamente todavía disponemos de bandas, sellos e industria con la pasión y la motivación suficiente como para montar algo como el AMFest.

No sé si singular, pero Kermit me parece un proyecto muy arriesgado: desde un buen principio os propusisteis fundir la expresión literaria con la música. ¿No os han tachado nunca de ‘culturetas pretenciosos’ o algo parecido?

Seguro que hay más de uno que lo piensa. Nosotros nos limitamos a verter nuestro mundo en la música que hacemos. En la próxima ocasión quizá haya cine. O pintura. O solo voces [risas]. Quién sabe.
 
Entrando en materia acerca de “Litoral”, ¿de dónde parte la idea y cómo contactáis con Lorenzo Saval, director de la revista en que se basa vuestro disco?

Los temas de que íbamos disponiendo en el proceso de creación del álbum eran tan heterogéneos que se nos antojaban contribuciones poéticas para una revista: un número de una revista sonora, pues cada uno aportaba algo muy concreto y definible a la mezcla. La palabra revista nos hizo ir directamente a “Litoral”, la revista malagueña de la Generación del 27, la de Prados, Altolaguirre, Lorca, Aleixandre, Alberti, Cernuda, Picasso, Dalí, etcétera (está en nuestros libros de Historia y Literatura). El círculo se completó cuando Lorenzo Saval (bisnieto del cofundador Emilio Prados y director de la misma desde 1975) se ilusionó con el proyecto y nos brindó ese diseño tan suyo y tan de “Litoral”. La propia revista incluyó una nota sobre el lanzamiento del álbum escrita por el poeta Raúl Díaz Rosales en su penúltimo número hasta la fecha, titulado “El árbol”. Ha sido algo muy especial para nosotros, que ya nos consideramos parte de la familia “Litoral”.

El trabajo de Saval con el diseño es excelente. En lo que a mí experiencia como oyente se refiere, tiendo a ver imágenes mentales en determinados momentos de “Litoral”, y todas coinciden en buena medida con el cromatismo de la portada. Contadnos un poco cómo fue vuestra colaboración. ¿Le disteis indicaciones? ¿Le dejasteis escuchar la música para que se inspirara?

Cuando hablamos con Lorenzo supimos que había sido DJ y que pinchaba sobre todo jazz-rock. Con ese precedente nada podía salir mal. Le pasamos unas tomas previas de los temas, aunque todo empezó realmente con “1927”, que fue el primer tema que le pasamos.
 
Hace tiempo, a través de Facebook, me dijiste que este disco había sido «como un parto». La dedicación, el cariño y la ilusión que se le pone a un trabajo no es cuantificable, pero ¿cuántas horas le habéis echado a “Litoral”? ¿Habéis sufrido muchas noches de insomnio pensando en cómo iba a ser vuestro ‘hijo’?

[Risas] El trabajo ha sido enorme. Y, como con un hijo, continúa después del parto… Y todavía dura incluso [risas]. Le dedicamos muchas horas; no de local, pero su concepción y desarrollo nos dejaron un poco fundidos incluso antes de meternos a grabarlo en los estudios Kraken Sound, donde conseguimos relajarnos y estar suficientemente cómodos para afrontar la grabación con garantías.

Hablando de Kraken Sound, que Gonzalo sea uno de los ingenieros del estudio os dará mucha tranquilidad…

Sí, da la tranquilidad de saber que Lalo se encarga de todos esos rollos [risas]. Y que todo va a sonar bien. Que él conoce a la perfección cómo suena Kermit y cómo Kermit se encuentran cómodos encima de un escenario. Bueno, y a la hora de grabar es todavía más importante. Disponer del estudio y de la meticulosidad de Lalo y Dani (Torres –ndr) ha sido esencial para que "Litoral" rezume esa serenidad que recuerda al Mediterráneo. La verdad es que La Caverna de Calle Amores, el entorno en que se ubica Kraken Sound, es un espacio muy especial del que disponemos los malagueños: inspira inquietud, creatividad y cultura. Este colectivo organiza exposiciones, teatro y música en directo en un espacio escénico ideal para Kermit por su recogimiento y calma. De hecho fue aquí donde grabamos, con La Trinchera Audiovisuales, nuestras "La-Caverna-De-Amores Sessions", que vamos deshojando tema a tema a través de YouTube.

Hasta el momento se han publicado cuatro fragmentos de esas "LCDA Sessions", pero seguro que vuestra intención es que salgan completas.

Sí, esa es nuestra intención. Quedan tres capítulos, pues hasta el momento ya se han sucedido "Magnitizdat", "We-tripantu", "Circumpolares" y "1926". Estamos contentísimos con el trabajo de colaboración entre La Trinchera y Kraken Sound en las "LCDA Sessions"; nos encanta el resultado. Nosotros mismos estamos ansiosos por ver los tres capítulos que quedan de la serie [risas].

Desde fuera, creo que uno de los momentos más decisivos en la historia del grupo es el fichaje de Álvaro. La composición de “Autoficción” había finalizado antes de que él entrara y su participación fue solo instrumental, pero en “Litoral” se nota que ha insuflado un aire nuevo a vuestro sonido. Sin él en la banda estaríamos hablando de otros Kermit, ¿no?

Seguro. Probablemente ni siquiera seríamos Kermit. Seríamos Dermit [risas]. O incluso simplemente no seríamos [risas]. Sí, tienes razón, Álvaro añadió muchos ingredientes esenciales a la fórmula kermitiana. Y aún estamos intentando identificarlos todos, aunque el jazz es quizá el más evidente.
 
No sé si ha habido diferencias entre el proceso compositivo de vuestros dos álbumes, pero “Litoral” suena diferente, a disco de madurez. Para mí uno de los muchos aciertos del álbum es haber colocado el bajo en primer término: a lo tonto a lo tonto se ha convertido en la columna vertebral de Kermit...

Es cierto que el bajo había quedado un tanto atrás en la producción de “Autoficción” para nuestro gusto e intentamos hacerlo de otro modo esta vez, con los estudios Kraken Sound a nuestra plena disposición, incluyendo a su siempre solícito y habilísimo personal. La mayor parte de los temas de “Litoral” están construidos sobre la línea de bajo, lo que permite a los demás instrumentos volar y experimentar con libertad.
 
También siento que “Litoral” tiene una línea interna más definida. “Autoficción” suena a colección de canciones y “Litoral” es más discursivo e intrincado, y fluye de una manera muy clara. Cada canción tiene su propia personalidad, sus puntos fuertes. Supongo que una de vuestras metas fue tratar el álbum como un todo y no solo como un conjunto de temas…

Sí, así es. En “Autoficción” probamos muchos caminos posibles y en “Litoral” tuvimos la obra como conjunto en mente desde el principio. Ya hemos comentado que “Litoral” es para nosotros como una llegada a puerto tras un viaje iniciático que nos llevó a parajes antes impensados. En cierto modo “Litoral” es consecuencia de “Autoficción”, después del cual Kermit cambió para siempre.

En un proyecto como el vuestro el spoken word era algo que se veía venir por pura lógica. Habéis recurrido a Gonzalo y Álvaro como recitadores. ¿No pensasteis en recurrir a profesionales de la locución?

Hay de todo un poco. El propio Allen Ginsberg recita fragmentos de su “Aullido” y recurrimos al polivalente traductor de Google para “Magnitizdat”. En lo venidero quizá recurramos a los propios poetas. Tenemos muchas cosas en la cabeza.
 
¿Y por qué que elegisteis a Gonzalo y a Álvaro? ¿Se ofrecieron voluntarios o hicisteis todos pruebas para ver quien encajaba mejor?

Salieron voluntarios. Y nos encantó el resultado.  
 
¿Fuisteis adaptando la música a los  textos o escogisteis los textos en función de la música que ya teníais?

Escogimos los textos en función de las composiciones y trabajamos con textos que frecuentábamos entonces, como los poemas de Raúl Díaz Rosales y los textos de Roberto Bolaño, cuyos detectives salvajes ya habían sido el eje de “Autoficción”.
 
¿Cómo funcionáis en el apartado compositivo? ¿Aportáis ideas individualmente y las trabajáis como colectivo? Es que intento ver por dónde habéis empezado la casa, pero “Litoral” me parece un puzzle de una complejidad asombrosa…

Hay de todo un poco: aportes individuales que más tarde se desarrollan en el local, temas completamente desarrollados en el local y temas que comienzan en el local y se cierran en casa. Probablemente si nos ponemos a analizarlo con detalle encontraremos un método detrás de cada canción.
 
Cuando adelantasteis “Magnitizdat” me quedé descolocado. Normalmente las bandas juegan sobre seguro cuando presentan nuevo disco, pero este single es muy diferente a vuestro material previo y encima parecía que teníais la intención de hacernos bailar. ¿La elegisteis para sorprender a vuestra audiencia más fiel?

La elegimos porque nos habíamos visto cambiar mucho y evolucionar largas distancias desde “Autoficción”: habíamos introducido nuevas sonoridades e instrumentos. En su momento bromeábamos con la idea de que “Magnitizdat” era el nuevo “Cocaine”.

La historia que hay tras este tema me parece fascinante. El término ‘magnitizdat’ alude a la copia y distribución de cintas grabadas por cantantes cuyas ideas eran opuestas al régimen de la antigua URSS. Dado que era legal tener una grabadora en casa, las cintas se copiaban y distribuían entre amigos y familiares y estos se las pasaban a otros amigos y familiares, llegando de manera clandestina y exponencialmente a muchos hogares. ¿Cómo se os ocurrió dedicarle un tema a este fenómeno?

La verdad es que no recordamos el momento en que se cruzó con nosotros, imaginamos que en algún garbeo por la red de redes, pero nos llamó poderosamente la atención. Y la cita de Orwell (“To exchange one orthodoxy for another is not necessarily an advance. The enemy is the gramophone mind, whether or not one agrees with the record that is being played at the moment” –ndr) cerraba el concepto de manera excepcional e incluso lo ampliaba. En esas cintas no solo se grababa la música prohibida por el régimen comunista, sino también audiolibros caseros, porque la copia clandestina de libros (“samizdat”) estaba mucho más vigilada. Por lo tanto, “magnitizdat” incluía tanto el “Electric Ladyland” de Jimi Hendrix como “El lobo estepario” de Herman Hesse: música y literatura, compendio perfecto de lo que pretendíamos: era 100% “Litoral”.
 
Minuto 3:41 de “Samhain”. Allen Ginsberg acaba de terminar de recitar una línea de su mítico poema “Howl” («Holy the supernatural extra brilliant intelligent kindness of the soul!») y de pronto hay un estallido de fuegos artificiales en forma de guitarras que se mantienen durante veinte o treinta segundos. Es un clímax brutal, excelente. Este es mi momento favorito del disco, al menos ahora mismo. ¿Cuál es vuestro, si tenéis alguno?

Es difícil decir. Seguro que tenemos uno diferente cada uno. No nos extraña que ese sea el tuyo, a nosotros también nos parece un momento muy especial.  
 
Y, hablando de puntos álgidos, imagino que el concierto de presentación de “Litoral” en el auditorio Edgar Neville de Málaga habrá sido de lo más especial que habéis vivido en este tiempo. ¿Qué recuerdos tenéis de ese concierto?

Sí, junto a la presentación con las proyecciones de nuestro compañero itacense Calde en el Teatro Echegaray. Estábamos en familia y en un entorno adecuado para nuestra propuesta; fueron noches preciosas.

Yo estuve en el Edgar Neville (podéis leer la crónica aquí) y confieso que me quedé bastante estupefacto, no solo por vuestra actuación sino también por la actitud de los espectadores. Durante los temas el silencio era total y no escatimaron en aplausos cuando llegaba el momento. La gente de Málaga os admira y respeta muchísimo. ¿Sentís ese cariño y ese respeto en vuestra tierra?

Sí, sin su apoyo inicial quizá Kermit no habría llegado al “Litoral”. Ya desde la presentación de la banda en La Casa Invisible el 14 de abril de 2012 empezamos a sentirnos acogidos en nuestra propia ciudad. Sabemos que la cosa funciona y nos encanta.

Has mencionado de pasada Ítaca Records al referirte a Calde (Francisco Calderón, miembro de Music Komite). Tengo la impresión de que ese es otro proyecto muy en consonancia con vuestra ideología vital. Cuéntanos algo del sello y háblanos un poco de las bandas están en su roster.

Podemos decir que Ítaca Records es otro colectivo, que incluye bandas similares a Kermit en su búsqueda inquieta de sonidos en el rock instrumental, el jazz, la electrónica y otros géneros afines. Este grupo de heterogéneas bandas afines incluye a los vigueses Cró!, los gaditanos Commonplaces y Music Komite, los madrileños GANZ y los malagueños Proyecto Parada. Llevamos Ítaca entre todos en la medida en que podemos; cada uno le aporta algo especial. Álvaro, por ejemplo, se sienta tras la batería también en Proyecto Parada. Su finalidad principal podemos resumirla en conectar las escenas locales y echarnos una mano con la promo, y darnos el placer de convivir y compartir la aventura.

Sois melómanos reconocidos. Slint, King Crimson, Portishead, Refused, Tortoise, Massive Attack o Belle & Sebastian son bandas que citáis a menudo. ¿Piensas que es imprescindible escuchar buena música para hacer buena música?

Esas son las referencias que nos hacen querer hacer algo diferente que nos permita expresar lo que llevamos dentro. Son los nombres con los que aprendimos que eso es posible; y muy placentero. La lista es casi interminable... antes que músicos siempre hemos sido oyentes curiosos ávidos de nuevas sonoridades.
 
Todos tenéis trabajos aparte de Kermit, Gonzalo y Álvaro directamente relacionados con la música. ¿Os es fácil compaginarlos con la banda? ¿Qué prioridad le dais ahora mismo a Kermit? ¿Qué significa para vosotros?

No es fácil, no. Las agendas andan apretadísimas, pero al final siempre conseguimos cuadrarlas. Kermit es nuestra vía de escape, el lienzo en el que podemos expresar lo que sentimos. Digamos que es un accesorio imprescindible [risas].
 
Hace un momento hemos hablado de partos, pero lo que viene ahora no es un símil: ¿cómo va a afectar tu paternidad a la actividad de la banda?

Estamos sobreviviendo, que no es poco [risas]. Tras un descanso de dos o tres meses volvimos a la carga en marzo con el AMFest y la sala Necker dentro del programa del Festival de Cine de Málaga. El 20 de junio estaremos en la sala Juglar de Madrid presentando “Litoral”. Por lo pronto, como ves, nos apañamos.

No sé si es pronto para hablar de por dónde vais a tirar en vuestro próximo trabajo. ¿Tenéis alguna idea ya?

Tenemos algunas direcciones y algunas ideas a desarrollar. Tenemos menos tiempo y energía, pero es algo que nos ilusiona enormemente.

Para finalizar, recomendadnos algún libro que haya cambiado vuestra vida o que os haya marcado de manera notable.

Tenemos que mencionar, claro, “Los detectives salvajes” de Roberto Bolaño, “El libro del desasosiego” de Fernando Pessoa y “Fabulosas narraciones por historias” de Antonio Orejudo (quizá de aquí vino parte de nuestra filia por la Generación del 27 y su “Litoral”, quién sabe). Últimamente nos ha gustado mucho “Muerte súbita”, de Álvaro Enrigue.

Tomo nota, muchas gracias. Antes de despedirme, me permito animar a quien aún no haya escuchado “Litoral” a que lo haga y descubra uno de los mejores trabajos nacionales (y no nacionales) que se han editado en los últimos años. Muchísimas gracias por atenderme, Paco, y quedo una vez más a vuestros pies. Y, bueno, ahora es tu turno, así que si quieres añadir algo, adelante…

Gracias a vosotros por el espacio y los halagos. Es siempre un placer atenderos.


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