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 Mark Lanegan

CRÓNICA

Mark Lanegan + Creature With The Atom Brain
Mark Lanegan, Creature With The Atom Brain
01 de Abril de 2012 por Gonzalo Puebla Sala Kapital, Madrid 3181 lecturas

Lo habíamos visto con su colega Greg Dulli al frente de The Gutter Twins, con Soulsavers e incluso hace un año vimos como defendía su cancionero de manera acústica, pero hacía muchísimo tiempo que no disfrutábamos de Mark Lanegan en solitario acompañado de una banda al completo. La curiosidad por comprobar cómo llevaba los nuevos temas de “Blues Funeral” al directo, no era más que un plus añadido para su siempre fiel legión de seguidores.

Creature With The Atom Brain se encargaron de desvirgar la noche con un sobrio rock deudor de los 90. Buena sección rítmica e interesantes fraseados a las guitarras. No enloquecieron al personal, pero personalmente me dejaron buenas sensaciones en los escasos 40 minutos que duró su intervención en el escenario.

Tras la banda y sin muchos preámbulos, Mark Lanegan apareció sobre las tablas, se agarró al pie de micro, puso su sempiterna cara descontento y de ahí apenas se movió en todo el show. El arranque con “The Graveddiger’s Song” y “Sleep With Me” resultó un tanto dubitativo, pero a la que arrancó “Hit The City” el concierto comenzó a subir en intensidad. Unas magistrales “One Way Street” y “Resurrection Song” fueron de los pocos guiños a su catalogo más clásico en un setlist que se centró principalmente en sus dos últimas obras, “Blues Funeral” y “Bubblegum”. Apenas alguna sorpresa como “Crawlspace” de Screaming Trees y una versión de “Creeping Coastline Of Lights” de Leaving Trains.

Cabe destacar que las composiciones de “Blues Funeral” ganan en mayor crudeza en vivo. “Ode To Sad Disco” y “Tiny Grain Of Truth” sonaron realmente bien, al igual que las guitarreras “Quiver Syndrome” y “Riot In My House”, aunque la voz de Lanegan por momentos quedaba sepultada entre tanto instrumento. Fue en los temas más reposados donde realmente pudimos ver que no era problema del de Seattle, como en la siempre mágica “One Hundred Days”, ya que se defendía perfectamente. Por lo cual achacamos este contratiempo al técnico de sonido, algo que por lo visto se ha repetido a lo largo de toda la gira.

Una vez cumplida la hora de rigor, volvieron tan pronto a escena como se habían marchado para el bis. Parecía que tenían prisa y despacharon “Pendulum” y “Harborview Hospital” (me faltó “Bleeding Muddy Water”) sin miramientos. Una atronadora “Methamphetamine Blues” supuso el cierre a un concierto que, si bien líneas generales me había dejado buen sabor de boca, también debo reconocer que me pareció un tanto frio. Aunque ya sabemos que Lanegan y la simpatía nunca se han llevado bien del todo.

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