alternative rock / pop rock
 Placebo

CRÓNICA

20 Years of Placebo
Placebo, Digital 21
06 de Mayo de 2017 por Jorge Azcona Palacio de los Deportes, Logroño 1384 lecturas

Cuando se anunció la reciente visita de Placebo a nuestro país, bastó simplemente con ver el motivo para comprobar que iba a tratarse de una gira especial. Y no solo por celebrar sus 20 años de historia con nosotros, sino porque íbamos a poder disfrutar de todas las épocas de la banda en directo y de en palabras del propio Brian Molko "canciones que juró nunca volvería a tocar". Un tour claramente orientado al fan de toda la vida, pero perfecto también para ese oyente ocasional que solamente conoce los singles que han ido facturando los británicos a lo largo de toda su trayectoria (que no son pocos precisamente).

A priori, incluir un experimento como el que lleva actualmente Digital 21 para abrir una gira como esta era arriesgado aún contando con la colaboración del propio Stefan Olsdal, y más incluso si para conocer los horarios oficiales hay que esperar hasta casi el último día. El proyecto, que completan batería y un cuarteto de cuerda, intenta hermanar lo clásico con el sonido electrónico que siempre ha caracterizado una mente como la de Miguel López Mora, y aunque hubo algún que otro momento interesante, me temo que la poca gente que iba colocándose en las primeras filas solo tenía en mente ver de cerca a Placebo.

Escasos minutos pasaban de las diez de la noche. A pesar de que la mayoría hubiésemos preferido escuchar un tema como "Every You, Every Me" dentro del repertorio, tuvimos que conformarnos con escucharla como intro mientras en las pantallas iban sucediéndose imágenes de la historia de la banda a lo largo de los años hasta llegar al día de hoy. Ya con el grupo en el escenario, es "Pure Morning" la encargada de arrancar de verdad y de paso, sorprender por la potencia de un sonido altísimo que iría ajustándose poco a poco. Junto a un juego de luces espectacular y unas imágenes que jugarían con los colores y el minimalismo, estas serían las únicas bazas de una puesta en escena sobria pero elegante. Detrás del dúo cuatro músicos que no saldrían de su discreto papel ni para ser presentados. "Somos Placebo, de Londres" en perfecto castellano y sin apenas acento británico. Un Molko del que cuesta imaginar que sufriera una amigdalitis un par de días antes en Granada dejaba sus primeras palabras ante un público expectante y servirían de antesala a una tanda de temas densos, sin mucho ritmo y, porque no decirlo, con menos peso dentro del repertorio.

La parte central estuvo mucho más equilibrada, y a pesar de que otros muchos volvimos a añorar el ritmo original de la ralentizada “36 Degrees”, temas como “Too Many Friends” o “Space Monkey” (junto al sentido homenaje hacia David Bowie en “Without You I´m Nothing”), hicieron que el concierto alcanzase un punto más de intensidad. Aunque si hubo un claro punto de inflexión este fue “For What It´s Worth”, momento en el que el Palacio de los Deportes se convirtió en una auténtica pista de baile. ¿Casualidad que el amigo Brian nos vacilase justo antes con un discurso a lo saturday night? A partir de aquí, entraríamos en una fase de grandes éxitos dentro de lo que es el propio greatest hits motivo de la gira. Y es que cuando suenan temas con los que ha crecido toda una generación como “Slave to The Wage”, “Special K” (la más coreada de la noche), o “The Bitter End” no hay lugar al fallo.

De los primeros bises cabe destacar “Nancy Boy” y su alegato a la libertad sexual en forma de bajo multicolor (menudo baile de guitarras y bajos, por cierto), e ”Infra-Red”, otra de las infalibles. Para algunos este podía haber sido el punto final perfecto, pero aún quedaba la cover de Kate Bush “Running Up That Hill” en un segundo bis que alcanzaría las dos horas y diez de concierto. Si el objetivo era acabar de manera emotiva, pocos temas más idóneos se me ocurren para hacerlo.

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