folk / country / indie folk
 Scott Kelly

CRÓNICA

Scott Kelly de Neurosis visita Barcelona
Scott Kelly, Otus
14 de Febrero de 2014 por OttoBislevic Sala Hanar, Barcelona 1814 lecturas

El pasado viernes de San Valentín tuvo lugar en Hangar Barcelona la segunda edición de la Ritual Cvlt Party, organizada por Ritual Cvlt Bcn en colaboración con MondoSonoro. Si en la primera edición, celebrada el pasado otoño, pudimos disfrutar de la presencia y la música de toda una musa de los sonidos más profundos y densos como es Jarboe (Swans, etc), esta vez fue el turno de otro invitado de leyenda: Scott Kelly. Contar con el frontman de los idolatrados Neurosis es siempre una delicatessen porque, aunque no hace mucho que nos ha visitado en solitario o con banda, no es habitual que el trabajo y la familia le dejen acercarse a estas tierras tanto como a muchos nos gustaría.

Igual que en la primera edición, la velada incluía, aparte del concierto, una charla previa con los músicos y una exposición artística, con prints y obras del tatuador barcelonés Jondix, amigo del propio Scott Kelly. El formato de la sala –no es una sala de conciertos al uso- y el tipo de artistas y su obra, junto con unos precios populares que mostraban algo de respeto por el público asistente (no somos una mercancía que las salas y músicos puedan saquear), favorecían y potenciaban un clima de cercanía y de tranquila expectación por lo que allí iba a acontecer.

Sobre las diez de la noche y con apenas una cuarentena de asistentes (para el concierto no llegó a doblarse la cifra), empezó la mesa redonda en la que Scott y sus colegas Noah Landis y Greg Dale -este último no dijo ni mu- conversaron y reflexionaron sobre diversos temas propuestos por el personal. Hablaron, entre otras cosas, del proceso creativo, de su rebosante actividad actual con tres bandas y múltiples proyectos en marcha (sello propio, cadena de radio por internet, etc), de la aparente negatividad y tristeza de su obra –algo que negó rotundamente el propio Scott-, de su experiencia trabajando con Jarboe, de la relación con Jondix (al que conoció a través de Thomas Hooper y del que reprochó cariñosamente su ausencia), de la cultura americana frente a las raíces y tradiciones europeas, o de las musas que le llevaron a dar un cambio de estilo y personalidad a Neurosis consiguiendo en pocos años ser una banda de referencia (explicándose así: ¿Qué le ocurrió al rocanroll entre el "Rock Around The Clock" de Bill Haley en 1956 y el concierto de Jimi Hendrix en Woodstock en 1969? Pensad en ello). Durante la conversación, Scott Kelly se mostró como un tipo auténtico, amable y afable, reflexivo y pausado en sus respuestas (quizás a veces demasiado), una pausa que también expresa en su música, que preparó los espíritus de los presentes para lo que iba a ser una velada íntima e inolvidable, algo más que un concierto, una experiencia.

Así, tras la mesa redonda, llegó la actuación de Otus, proyecto en solitario del cantante de los madrileños Aathma. Tarea complicada que cumplió armado con guitarra acústica y diferentes pelades y samplers. Es de recibo resaltar la dificultad de desarrollar un repertorio intimista ante un público que no ha venido a verte especialmente a ti, pero, vencido el escepticismo y el desconocimiento inicial, creo que la gente respondió con un merecido y bien ganado aplauso. Si bien quizás, para mi gusto, funcionaron mejor sus canciones más acústicas y desnudas, sin tanto artificio o efecto ensombreciendo las composiciones.

Pero el plato fuerte era escuchar a Scott Kelly and The Road Home, es decir, Greg Dale a la guitarra acústica y slide y Noah Landis (Neurosis) a los teclados, guitarra y demás sonidos y atmosferas. Aunque Scott Kelly ha grabado infinidad de álbumes con multitud de proyectos y colaboraciones (Neurosis, Shrinebuilder, Tribes of Neurot, Mastodon, etc), tan sólo tiene tres discos en solitario muy separados en el tiempo: "Spirit Bound Flesh" [2001], "The Wake" [2008] y "The Forgiven Ghost in Me" [2012]. En ellos, Scott, en acústico, tira de canciones introspectivas, oscuras y místicas, con raíz puramente americana, en las que expresa su poesía y se expone desnudo al oyente tratando de comunicar y crear una verdadera comunión con él. Aparte, como es habitual también en Neurosis, el concierto estaba acompañado por una serie de proyecciones.

Abrió concierto y marcó el tempo de la noche con "Catholic Blood" de "The Wake" (también sonaron "Figures" y "Saturn’s Eye" del mismo álbum). Después "The forgiven ghost in me", canción de su último disco homónimo, disco que interpretó por completo con "The field that surrounds me", "Within it Blood","The sun is dreaming in the soul", "In the walking hours", la impactante y significativa "We let the hell come", "We burn through the night" y "A spirit redeemed in the sun". Su voz siempre grave, saliendo de muy adentro pero con una suavidad brutal, como si estuviese contándole un cuento a su hija, el semblante de los músicos siempre concentrado, transmitiendo su poesía a una audiencia entregada. Poco más de una hora de belleza y, para finalizar, una reinterpretación asombrosa de ese himno folk "Tecumseh Valley" de Townes Van Zant (músico y letrista de cabecera que tantos otros han versionado y aclamado), incluida en el disco de versiones que Wino, Steve Von Till (Neurosis) y Scott Kelly grabaron y del que ahora se prepara una segunda entrega. Todo un placer señor Scott Kelly, muchas y sinceras gracias.

En resumen, una máxima del arte, y en especial de la música en directo, es crear una conexión espiritual entre artista y público, cosa que difícilmente sucede, pero cuando sucede, como el pasado viernes, es una maravilla. Así que, si San Valentín va de esto, yo me apunto.

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