“Si te fijas en la imagen, piensas, ‘una banda con esas pintas no pueden tener canciones buenas’.,” admite un sincero Poullain. “Los escépticos lo dicen. A la gente le lleva tiempo pillar el rollo que llevamos. Pero a mi me parece bueno porque desafiamos sus impresiones iniciales. No se nos pilla fácil el tranquillo. Si no te obsesionas con analizar y con la credibilidad, entonces te das cuenta de lo que valemos. Tenemos un gran cantante, y las canciones tienen su profundidad.
Creo que la verdadera parte Spinal Tap está en la gente que se toman a sí mismas demasiado en serio,” dice Poullain, en referencia al divertido documental sobre la ficticia banda Spinal Tap. “Si miras la MTV, por ejemplo, sobre como graba una banda un vídeo, ves a un exagerado egoísta cantante gritándole al tipo que graba y todo ese rollo. Si ves algo como eso, ves Spinal Tap. Es alguien en una banda de mierda, publicando música de mierda con sentimientos de mierda en un baño masivo de ego. Eso es Spinal Tap. Nosotros no. Somos felices de abarcar la ridiculez de lo que la gente cree que es ridículo. Lo que para uno es comida, para otro es veneno. Nos gusta pensar que estamos cambiando las reglas.
Estamos metidos en el rock de los 80 pero también en el rock de los 70,” afirma el bajo. “Hay un poquito de cada. Me gusta pensar que le hemos dado un cambio. No cantamos sobre ‘strippers’, coches rápidos y todo ese rollo. No creo que las letras sean tan banales como, por ejemplo, [las de] Mötley Crüe. ‘Dr. Feelgood’ y ‘Girls, Girls, Girls’ son grandes canciones pero cuando escuchas sus grandes éxitos, [te das cuenta que] hay menos calidad en la forma de escribir las canciones que en nuestro álbum de debut.”
Gracias MADE