Su guitarrista Andy Marsh comenta acerca del tema:
“Aunque nos identificamos colectivamente como una banda inclinada hacia la izquierda, esta canción no fue escrita para atacar a quienes se sientan en el lado derecho de la esfera política, sino como un comentario sobre las tácticas empleadas por ambas campañas en las elecciones presidenciales más recientes de los Estados Unidos. Estas cruzadas de guerra social seguramente tendrían éxito en un resultado independientemente del vencedor, haciendo que las personas se odien unas a otras.
La sed de sangre del espectador político, armado con Fox, CNN y un iPhone, fue saciado con una agresiva calumnia que llenó el debate y una falsa propaganda radical que se hizo pasar por noticias, donde ambos lados del campo se unieron para provocar. La política de la identidad se extendió como los incendios forestales de California, expulsando a la gente de todos los credos para que los califique de rojo o azul.
Quienes se encuentran en la izquierda regresiva pueden tener tanto que responder como sus oponentes de extrema derecha por crear una brecha creciente en el espacio del discurso público y un sentido de animosidad sostenido entre las comunidades de Estados Unidos y el extranjero.
Los líderes polarizadores como Trump son, en parte, el resultado de lo que hemos llegado a ser."
