PELÍCULAS

por el 28 de Diciembre de 2012
Ya han pasado nueve años del estreno de El retorno del Rey. Nueve años de infortunios, complicaciones y tramas judiciales que han desembocado en un proyecto de 500 millones de dólares, involucrando a tres grandes productoras, cuatro guionistas, cinco años (o más) de pre-producción y rodaje, y encima volcando a un país entero en esta obra. Para rematarlo han dejado en la estacada a Guillermo del Toro, todo un director capaz de manejar grandes presupuestos que malgastó dos años intentado levantar este gigantesco mediano llamado El Hobbit. En fin, un follón que daría para una película, un descalabro monumental que si ha llegado a buen puerto es gracias a una persona, Peter Jackson.  

Dirección:
Peter Jackson
Guión:
Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson, Guillermo del Toro (Novela: J.R.R Tolkien)
Reparto:
Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, James Nesbitt, Aidan Turner, Ken Scott...

Nota:
79
Para que engañarnos, a Peter Jackson le tenían ganas. Las razones son difíciles de explicar (quizás haya sido introducir la figura del friki hasta las mismísimas raíces de Hollywood), lo que esta claro es que la oleada de críticas negativas hacia El Hobbit que nos llegaban antes de su estreno eran demasiado exageradas. Propias de aquellos que no entienden o nunca aceptaron que el trabajo de Jackson en la Tierra Media esgrime su propio lenguaje, a veces llegando al límite de lo anti-comercial o incluso tonteando con el cine de autor, ¿por que no decirlo? El Hobbit y El señor de los Anillos son ante todo la obra de un autor que muchas veces ha renegado de lo fácil o lo comercial. Un autor que se ha aferrado al fanático y ha abandonado al público más convencional. En efecto, Jackson ha hecho otra película que no va a gustar a todo el mundo, un trabajo otra vez difícil de valorar sin entrar en extremismos.


Toda gran historia ha de ser adornada, le dice Gandalf a Bilbo en un último intento para que este emprenda una aventura. Una frase que explica perfectamente Un viaje inesperado, su razón de ser. La duración de la película es de 170 minutos, menor que cualquier otra de El Señor de los Anillos, además no se hace larga y pasa volando, el problema reside en que existen demasiados minutos cuestionables. No lo llamaré “relleno” ni “minutos inútiles”, Radagast, el Nigromante de Dol Guldur o El Concilio Blanco pueden ser tan interesantes como la propia trama central. 

El error es de estructura y de narración, no de contenido.Por acontecimientos y precedentes Un viaje inesperado podría asemejarse a La Comunidad del Anillo, pero claramente es una pelicula deudora de Las Dos Torres. La Comunidad del Anillo tenía la gran virtud de introducir una trilogía y además funcionar como un ente  independiente. Un viaje inesperado no, la sensación es que estamos viendo un prólogo de hora y media, y a partir de allí parece arrancar no solo la película, sino también la trilogía. Enumerando los hechos: tenemos un prólogo de Erebor, media hora en casa de Bilbo, la presentación de Radagast y la presentación de Azog. Y si nos ponemos quisquillosos, la presentación de Elrond, Galadriel y Saruman. Esto crea un paupérrimo conjunto central, solo salvado por la crónica de Balin en las puertas de Moria. Ni el correcto encuentro con los trolls consigue darle ritmo al metraje, y aún menos la huida de los wargos a campo abierto, sin duda la secuencia menos afortunada del film.
Una vez pasado el tramo que va desde la partida de la Comarca a la marcha de Rivendell la película vuelve, renace de las cenizas. Ya no es solo que la aventura arranque y explote en mil infortunios, es que incluso los personajes evolucionan. Aparecen las dudas y el miedo de Bilbo, el escepticismo y la testarudez de Thorin, el compañerismo de los enanos, la compasión del mediano... Este desbarajuste en la estructura da como resultado una pelicula muy parecida en espíritu a Las Dos Torres, una obra que va a rachas, intercalando secuencias memorables con tramas aún inmaduras, jugándosela al todo por todo en su sprint final y su correspondiente “continuará”. La pega de esto es que aún falta un año para ver La desolación de Smaug, y hay demasiada incertidumbre para saber si de verdad valía la pena presentar a tres malos cuando en el libro solo estaba el dragón. 

Todo el material flojo que contiene Un viaje Inesperado puede tornarse en virtud cuando veamos La desolación de Smaug, o por el contrario podrá empeorar este exceso de contenido. El protagonismo de Azog si que me parece una buena licencia en el guión y encima le atisbo un halo de relevancia en futuras batallas, pero el tema del Nigromante de Dol Guldur me crea demasiadas dudas, muchas más en como solucionarán Partida y Regreso (verano 2014) que no en La desolación de Smaug (Diciembre 2013). Sinceramente no tengo ni idea de como van a resolver este puzzle o si de aquí saldrán buenas películas. Visto así, tampoco está mal que exista misterio y capacidad de sorpresa en una historia que muchos conocemos ya. 


Un año de espera, una espera que recuerda positivamente a las que padecíamos hace diez años, pues el final de Un viaje inesperado es quizás el mejor de la saga. Una advertencia de que lo mejor puede estar por venir, ese es mi consuelo. El Prologo también se las trae. La capacidad de Peter Jackson para contar fábulas pasadas y reinos olvidados esta fuera de toda duda. Además creo que le viene la inspiración cuando ha de poner a enanos en pantalla. La caída de Erebor es espectacular, pero sobretodo mágica y absorbente como lo fue una vez Moria, enlazando perfectamente con la historia de los 12 enanos y Thorin escudo de roble, un personaje bastante plano en el libro que aquí adopta mucha más personalidad y comparte relevancia con todo un Gandalf. Alguien que nunca ha perdonado y nunca ha olvidado. Él y Bilbo son los reyes de la fiesta, cuando la historia los abandona la película recae. Y no es solo por los huecos del guión, es que estos dos personajes son los principales activos de Un viaje inesperado. Richard Armitage es todo un descubrimiento y Martin Freeman ha creado su propio show. No hay un gesto o guiño que no merezca distinción, espectacular su trabajo. Los doce enanos eran un tema peliagudo para adaptar a la gran pantalla. Son muchos, parecidos y todos hacen lo mismo: cantar, luchar y comer. La primera de las soluciones que planteó el equipo de Peter Jackson fue darles un diseño singular. Algunas quejas estaban justificadas, otras no tanto (¿un enano adolescente ha de tener barba de 40cm?), al final cuando hemos descubierto los personajes muchos peros han desaparecido. Aquí los enanos no son guerreros (o al menos, solo unos pocos), son gente corriente con oficios corrientes, apátridas, nostálgicos y aventureros. Aspiran a ser leyenda casi con un deseo infantil, pero a la vez desean recuperar su hogar, o al menos tener uno. Es todo un reto ir desgranando la posible personalidad que arrastra cada enano, no se nos la explica pero nos dan los recursos suficientes para imaginarla. Se podría decir que Jackson ha decidido humanizar a los 13 enanos para distinguirlos. No siempre funciona a la perfección (Nori, Gloin y Bifur), pero en general la idea cuaja muy bien (Balin, Fili, Kili, Dwalin, Bombur, Bofur, Oin...). ¿Mi favorito? Dori sin duda. Esa mezcla imposible de enano refinado y con buenos modales me ha ganado. 


Es posible que los enanos representen el principal cambio que ha supuesto El Hobbit respecto a El Señor de los Anillos. Un cambio conceptual. El Hobbit es ante todo una pelicula de aventuras, la diferencia es parecida a la que puede tener un cuento con una narración de historia. Los que esperaban una continuación formal de las aventuras de Frodo se llevaron un chasco pues la seriedad ya no es la misma y la solemnidad élfica ha dado paso al orgullo enano. Las frases célebres han sido sustituidas por gestos y lenguajes corporales. Es diferente pero no tiene por que ser menos memorable. 

Otro cambio a remarcar es el más puramente cinematográfico. El lenguaje fílmico que se usaba en la trilogía ha mutado en El Hobbit. Ya no veremos esos zooms bruscos, esos barridos borrosos, ni las cámaras lentas patosas. Recursos divertidos y eficaces, que han dejado algunas secuencias grandiosas. En El Hobbit lo que predomina es el plano imposible. La avanzada tecnología ha hecho que abundan tomas rocambolescas, algunas espectaculares y otras demasiado redundantes. Las luchas a espada ya no son feudo de  los planos cortos y pisados, ahora toda la acción se contempla mejor . Seguramente Un viaje inesperado tiene la mitad de cortes de montaje que La Comunidad del Anillo. Por no hablar de que ahora los trasgos y orcos se han transformado en bichos digitales, abandonando a los dobles disfrazados. Se ha perdido la crueldad de antes, la violencia fílmica y la crudeza cercana de la trilogía, El Hobbit prefiere más el espectáculo, lo imposible, lo aventurero y divertido. Si de algo puede alardear Peter Jackson es de haberle dado a El Hobbit un tono no continuista pero parecido, la diferencia estética siempre estará allí, ¿no es un acierto entonces, no le da esto a El Señor de los Anillos una nueva dimensión? 

Peter Jackson sigue en buena forma, continua siendo el rey de los excesos pero sale al paso haciendo un gran trabajo, cuando el guión acompaña. Otra vez los minutos dentro de Bolsón cerrado son pura simpatía y carisma (y una buena muestra de que El Hobbit no tiene como prioridad absoluta ser comercial), la lucha de los gigantes de piedra es como una montaña rusa, acertijos en la oscuridad es perfecta (puede parecer obvio, pero es que lo han clavado) y la aparición de las águilas un magnífico colofón con un rescate de Thorin a cámara lenta precioso. No puedo dejar de mencionar la huida de la ciudad de los trasgos. No reúne el agobio que contenía el paso por Moria, pero se las apaña con una secuencia vertiginosa, una virguería divertidísima. Además, el hecho de que esté recortada por todos lados (seguramente en la versión extendida saldrá entera), le da un concepto muy curioso. La velocidad siempre es la misma pero no paramos de ver como los enanos se separan, vuelven a reunirse, son acorralados o arrollados, la continuidad es nula pero el ejercicio de montaje es un éxito que funciona a la perfección y le da otra magnitud a la secuencia. 


El Hobbit: Un viaje inesperado no es un fracaso, pero tampoco es un triunfo. Ha resultado ser un film bastante más desenfadado y alocado de lo que se esperaba, con mucho amor propio y una fe absoluta en sus posibilidades. La adaptación del libro, bastante libre por un lado, excesivamente literal por otro, debería contentar a los fans, pues el espíritu de la obra no ha bajado ni un peldaño. Además la unión con la anterior trilogía esta hecha con mucho mimo, consiguiendo que personajes como Bilbo, Gollum o Gandalf crezcan, de hecho Un viaje Inesperado puede funcionar perfectamente como el inicio (y no la cuarta parte) de esta hexalogía. A falta de dos películas más creo que ya hemos pasado lo peor, o eso dice Bilbo

  


COMENTARIOS

3 Comentarios

  • #3
    el 31 de Diciembre de 2012
    " class="user">
    Otro punto de vista, similar: http://www.golesypalomitas.es/2012/12/31/el-hobbit-en-tierras-medias/
  • #2
    USER_AVATARel 31 de Diciembre de 2012
    MrCalidad
    A mí, sin haber leído el libro, me gustó mucho la peli, no diría que es un peliculón, pero está muy muy bien, pasa uno un muy buen rato, ya echaba de menos la Tierra Media :)
  • #1
    el 31 de Diciembre de 2012
    " class="user">
    Enorme y muy técnica crítica. Da gusto.


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