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 Bring Me The Horizon

CRÓNICA

Bring Me the Horizon
Bring Me The Horizon, Pierce the Veil, Sights & Sounds
18 de Noviembre de 2013 por Jolocho Sala Arena, Madrid 2910 lecturas

No os podéis imaginar las ganas que había de ver a Bring Me the Horizon tras la salida de "Sempiternal" la pasada primavera. No os lo podéis ni imaginar. Seriously. Lo único malo de haber esperado hasta otoño para pasarse por Madrid es que el sentimiento se ha enfriado un poco. Estuve cinco meses sin soltarlo, dándole escuchas seguidas like a mofo. Pero bueno, que mi afición se haya enfriado es algo que tampoco está fuera de contexto en lo referente a un disco que de por sí es melancólico, congelado y triste.

Acompañado por otro ilustre forero, Anibal Carbonero Sanz, su distinguida acompañante Laura, amén del simpático Ramses, que probablemente fue el único del grupo que disfrutó por igual de teloneros y cabeza de cartel, me dispuse a entrar en la céntrica sala Arena. Que ya ni se sabe cuántos nombres ha tenido. Haré un rápido resumen de los teloneros: Sights & Sounds muy muy bien, con su vocalista (también voceras en Comeback Kid, por cierto) en estado de gracia desgarrando temas que, pese a la fuerza de su propuesta, son mucho más ambientales de lo que parecen en disco; Pierce the veil son, como sus colegas Sleeping with Sirens, uno de esos grupos creados en probeta para tocar en el Warped Tour. Estos últimos fueron bien servidos de ganas y espectáculo (todavía me duele recordar el leñazo que se metió su bajista al saltar desde los amplificadores), aunque personalmente los encuentre poco soportables. Los bass drops poco podían hacer por unos breakdowns que ya eran flojos de por sí, y casi que los dejaba más en evidencia. Ojo, que no me meto con el mentado recurso, pues Bring Me the Horizon los usan a discreción. También os digo que ejecutaron terriblemente bien, e hicieron muy felíz a la veinteañería que había acudido masivamente al evento. Estábamos un poco apretados en cuanto al aforo, la verdad sea dicha.

Media hora tocaron los primeros, y tres cuartos de hora tocaron los segundos. Puntuales. Bien. Dicho esto, me sentó un poco agridulce que los cabezas de cartel emplearan casi el mismo tiempo en probar y montar que los Pierce the Veil en dar su concierto. Por dejar colocadas cosas, dejaron colocada hasta una alfombra (¡!). Y mientras, sonaron favoritos personales de Oli Sykes: entre ellos, "Douchebag" de Limp Bizkit y "Before I forget" de Slipknot.

La espera mereció la pena.

A las nueve y treinta y cinco pasadas, gritos, más gritos, las luces de la sala apagadas. Iluminación azul en el escenario, y electrónica en los amplificadores. Luego, percusión. Oli Sykes, imponente, saluda al respetable. Y suena la introducción de "Can you feel my heart". Todos arriba no, ARRIBÍSIMA. Muchas dudas había sobre la capacidad performativa y vocal del británico tras el streaming en Youtube de su concierto en Leeds, que podéis ver aquí. A mí, dicho sea de paso, ya aquél me pareció un conciertazo, porque soy de los que valoran pasión y ganas frente a una gran técnica. Vamos, que soy de los que se rió bien agusto con la polémica en Twitter entre Wes Borland y Mike Portnoy acerca de Dream Theater. ¿Pasión versus academia? Me quedo con la pasión. Pues bien: cerró muchas bocazas nuestro querido frontman. La actuación fue muy profesional: ni ahogos, ni desafines memorables, ni nada por el estilo. Y la sensación fue generalizada para el resto de la banda. El batería, Matt Nicholls, está inmenso: cada vez más técnico y con mejor pegada. ¿El resto? Poco o nada aportaron en cuanto a espectáculo. Ahí sí pude echar de menos al titánico Jona Weinhofen

Para que os hagáis idea de lo tremendo que fue el impacto del inicio de concierto, dadle al play y dejaros llevar:


El setlist estuvo enteramente dedicado al nuevo disco, como era de esperar. "Shadow Moses" rugió con ese "WE'RE GOING NOWHERE" coreado a rabiar por el respetable: piel gallinácea, la verdad. Segundo tema, segundo momento imborrable de mi terca memoria. Todo lo que huela o potencialmente huela al mundo Metal Gear, me presta mucho. Le añade más epicidad a todo. De nuevo, os podéis hacer una idea gracias a este otro vídeo de su actuación para el Go Shows de Vevo:
Ahora toca otro aparte con algo de justicia: pese a que TODOS los temas de "Sempiternal" tienen un nivel muy bueno y son singles en potencia, la verdadera furia desatada de breakdowns destructivos sólo se liberaba cuando revisitaban repertorio anterior. I. e. : "Diamonds aren't forever" me hizo estallar en una erupción gloriosa. Recuerdo golpear la columna que tenía a mi derecha como un poseso (estábamos en el lateral izquierdo de la sala, ligeramente elevados sobre el foso) en el "WE WILL NEVER SLEEP, 'CAUSE SLEEP IS FOR THE WEAK" final. "The house of the wolves" la hicieron como la vienen haciendo en esta gira: alargando la intro hasta calentarte bien los motores, y luego haciendola estallar de manera mucho más infernal que en el disco. Perdí la cabeza y el cuello en el abismal breakdown de la mitad, sorry. "Go to hell, for heaven's sake" me agrada, pero no tanto como al resto del público que votaron como si de las elecciones generales se tratara. Ahora sí: momento para la preciosa "...And the snakes starts to sing", que acabó gustando hasta a los escépticos con esa coda final tan brutal y emotiva.

"IT'S THE START OF THE END!" es berreado, y ya sabes que se trata de "Empire (let them sing)".
  En un concierto como éste te das cuenta de lo importante que es ser un frontman alto y con presencia. No kidding. Oli Sykes explotó bastante ésto, y lo hizo de notable alto. Estuvo con nosotros. Sigo diciendo que "It never ends" es de los cinco mejores temas de la banda, con su mejor breakdown facturado hasta la fecha ("you say this is suicide? I say this is A WAR!"). Y ahora, el bajón de la noche: "Deathbeds". Un bonus track del "Sempiternal" que es agradable en disco, y rozao lo insufrible en directo. Dejar fuera temas de sus anteriores discos, o incluso del nuevo, para meter una canción así es casi insultante. Ellos verán: está claro que les sirvió para reponer fuerzas en medio de un setlist tan movidito. Compensaron con "Chelsea smile", en cuyo breakdown nos hicieron sentarnos de la misma manera que lleva haciendo diez años Slipknot con "Spit it out". ¿Qué esperábais de un fan de la banda como es Mr. Sykes? Antes del encore se despidieron con "Antivist", que me sonó un poco flojita (de nuevo, me remito a mi aparte sobre dónde está la verdadera furia de esta banda).

Encore o bis: "Blessed with a curse" y "Sleepwalking". De nada le sirvió al amigable tipo que gritó a nuestra izquierda pidiendo una "Medusa" o "Play for plagues". Recuerdo que a principio de gira la banda hizo un sondeo por Facebook preguntando a sus fans que tema del primer disco les gustaría escuchar en directo. Se ve que no llegó a buen puerto la propuesta. Ah, muy bonito el público coreando "Blessed with a curse". Y sobretodo el desgarrador final de tema ("take back every word i've said ever said to you!"), con Oli Sykes entregando el pie de micro al público para que lo cantara. Y lo cantó. El juego de luces fue impresionante en este tema, jugando mucho con luces cálidas, pero lo fue de manera general en todos y cada uno de los temas.

Y ahora: algo inesperado. Una anécdota humana que nos acerque un poquito a una banda que, si compartió portada con Cancer Bats en Rockzone, no es asunto baladí. Uno de los colegas de Anibal, Amaury Díaz, trabajó ese mismo lunes como cada lunes en el Friday's de Plaza de España. Pues adivinad quiénes fueron a cenar, y quiénes decidieron regalar una invitación ante el incontestable sold out en Madrid. La gente, cuando es de valor, se sabe distinguir del resto:


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