PELÍCULAS

Partamos del hecho de que aunque la trama podía haber dado muchísimo juego, estamos ante uno de los guiones más flojos del año. La cosa va de un profesor de instituto (NIcolas Cage) que está en la sala de espera de un hospital mientras su mujer (January Jones) se recupera de una brutal agresión,cuando un hombre desconocido para él (Guy Pierce) se le acerca y le hace una extraña oferta. Se ofrece a matar al agresor de su mujer si luego acepta hacerle el favor que le pida sin importar lo que sea. El marido, aturdido todavía por el incidente acepta, y de ahí en adelante la cosa se lía bastante.

Las incoherencias del guión son incontables, los diálogos torpones y el desarrollo de personajes inexistente. Cada vez que Donaldson hace un giro de guión intentando dárselas de listo y sorprender a la audiencia no hace otra cosa que hundir a la película más en el ridículo, pretendiendo ser muchas cosas y no consiguiendo más que abrazar la mediocridad más absoluta.

La realización es casi tan pobre como la escritura. Una fotografía indigna hasta de la peor telenovela acompaña a unas paupérrimas escenas de acción que lejos de animar la cosa consiguen convertirlo todo en una broma de mal gusto. Un sentido del ritmo inexistente y un pulso dramático digno del peor director amateur, pero Donaldson lleva en esto ya un puñado de años.

Los actores también tienen lo suyo. Nicolas Cage sigue en su eterno papel cargado de muecas extrañas y cortes de pelo imposibles, January Jones inexpresiva hasta decir basta, parece que esta chica solo se motiva en Mad Men, y un Guy Pierce que está simplemente correctito.

Decir que una película de Nicolas Cage es peor de lo que te esperabas es decir mucho y engloba perfectamente la vergüenza ajena que transmite la cinta en todo momento, así que… vosotros veréis.