PELÍCULAS

Lo de Kosinski tampoco era de extrañar. Al fin y al cabo nadie esperaba mucho de él después de la insípida Tron, película que por factura es hermana gemela de Oblivion. La sorpresa viene más bien de Michael Arndt, un tío que nos trajo la entrañable Pequeña Miss Sunshine y la redonda Toy Story 3. Su talento está en tela de juicio, y sinceramente, no creo que sus próximos proyectos cambien el rumbo. La secuela de Los juegos del hambre y para colmo Star Wars: Episode VII, donde probablemente ayudará a J.J. Abrams a maquillar otra saga espacial para el público más joven y hueco.

Resumir los fallos de Oblivion es una tarea larga y elegir el más gordo es difícil. Las incongruencias en el guión es lo que más canta, en eso estamos de acuerdo, pero de lo que más adolece el film es de vagar sin rumbo entre la ciencia ficción más cotidiana y la ciencia ficción más épica y trascendente. Es un contraste que no funciona en ningún momento pero que está buscado a consciencia. Al fin y al cabo Jack (Tom Cruise) será el típico personaje curioso y rutinario que experimentará un cambio brutal en su manera de ver el mundo que le rodea. El punto de inflexión esta bien ejecutado, y a primera instancia te lo tragas, pero tarda demasiado en llegar y que narices, ocurre mas de una vez.

La conclusión de la película tampoco ayuda. Vale, me habéis estado mareando con giros de guión, sorpresas, revelaciones y mil cabos sueltos sin ningún sentido, pero al menos haced un final digno que haga olvidar tanto vaivén. Pero nada, un final descafeinado que lo único que aporta es otra docena de sinsentidos. Oblivion pedía a gritos un último acto épico, con Tom Cruise cepillándose a los malos, siendo un héroe y finiquitando el tema con un buen suspense.

Hacedme caso, Prometheus al lado de Oblivion parece una buena película. ¿Sus patinazos en el guión son menos elegantes? Por supuesto, pero al menos es una película trepidante que se puede disfrutar si te la tomas con escasa seriedad. Pero Oblivion no, solo la persecución de los drones por el gran cañón propone un buen espectáculo, y atentos, todo se aguanta gracias a un Tom Cruise que le da empaque al asunto. Decid lo que queráis de Cruise pero este actor es todo un profesional de las grandes producciones.

A partir de aquí entramos en territorio SPOILER.

Una de las cosas más sorprendentes de esta película es un par de sus protagonistas. Pues bien, Victoria y Sykes (AKA Matareyes) tienen la personalidad de un robot, y Tom Cruise no tiene mucho misterio. Los dos personajes que confirman el nulo talento de los guionistas son Beech (Morgan Freeman) y Julia (Olga Kurylenko).

Empecemos por el señor Freeman. El pobre tiene unas dos primeras secuencias a la altura de su persona, a partir de allí... es un desastre. Es increíble como los guionistas no se exprimen los sesos para hacernos ver que Beech es de los buenos, no nos aportan casi nada ¿Y por que nos lo creemos?, pues porque Morgan Freeman es el representante mundial de la dignidad y el buenrollismo. Es tal el efecto que produce este actor que si llegan fichar a otro necesitarían crear varias líneas de guión para creernos sus intenciones.  Julia, la pobre, le ha tocado la peor parte. Su personaje es el ejemplo perfecto de la estupidez reinante en Oblivion. La chica se queda dormida durante 60 años, y lo primero que hace cuando se despierta es.... ¿Nada?. ¡Hija mía, dale un beso a tu marido y llora de alegría!, ¡Pregúntate qué ha pasado!, ¡Pregúntale a tu marido por qué no sabe quien eres! . Que va, los guionistas nos consideran tan estúpidos que la usan para alargar el suspense y que sea Tom Cruise, el héroe, quien resuelva todos los enigmas (el propio Beech también hace mil y una tonterías con el mismo fin).

Una vez hemos destripado Oblivion y descubierto que no se aguanta por ningún lado empieza el baile de “remembers”. Aquí va mi pequeña lista de películas parecidas/plagiadas/copiadas/homenajeadas: Wall-E (el afán recolector de Jack, su función de limpiador solitario del planeta), Independence Day (último acto calcado con un par de planos idénticos), 2001 una odisea en el espacio (el malo final es la versión divina de HAL 9000), Desafío total (o como tener el enemigo en tu cama, no recordar quien es tu novia), Matrix (un negro con gafas de sol te cuenta la verdad, los drones no dejan de ser centinelas), Fallout (diseño de la resistencia muy parecido a lo que se ve en el videojuego), El paciente ingles (dejo a mi mujer medio muerta en una cueva en mitad del desierto pero la tengo que abandonar para salvarla), 300 (el giro final descubriendo de quien es la voz del narrador), El caballero oscuro (ésta es una tontería, pero cuando Jack saca la moto de su nave me vino a la cabeza). Y así hasta el fin de los tiempos...  pero la que no se puede pasar por alto es Moon. A todos nos vino a la cabeza esa película cuando se nos planta el tema de los clones. ¿La historia de Oblivion data de 2005? Eso da igual, no justifica nada. No se puede estar ajeno a lo que se ha estrenado desde entonces, o sí, si lo que planteas es una pelicula destinada a un público que difícilmente habrá visto Moon.

El siguiente paso que no puedo saltarme es el de cuestionar las dos virtudes unánimes que tiene la película: La dirección artística y la música. Como esto es Zona-Zero voy a deducir que no somos pocos los que estamos familiarizados con M83. En mi caso particular los llevo siguiendo desde que empezaron, y me sorprendió como hace no mucho se pusieron de moda. Ya sabéis, todos los gafapastas flipando con el sonido ultra ochentero que se gastan Anthony Gonzalez y compañía. Su adjudicación de la BSO no es una sorpresa, incluso es tendencia. Eddie Vedder hizo Into the Wild, Daft Punk ya colaboraron con Kosinski en Tron, y Trent Reznor ha compuesto los dos últimos trabajos de Fincher. Los resultados, eso sí, no son los esperados. No todo el mundo sabe darle empaque a su obra y otros como Reznor solo lo consiguen partiendo de piezas totalmente ambientales. Difícilmente veremos a cualquiera de estos artistas componiendo una BSO de libro, haciendo melodías, y relacionándolas con personajes y situaciones. Al menos si que se les exige una comunión con su estilo y el de la pelicula. M83 directamente fallan en eso, en el tono. En realidad ellos no fallan, por que componen lo que mejor saben hacer. El problema viene de Kosinski, que elige a un grupo ochentero, tirando a ortera y bailongo para hacer la música de un film post-apocaliptico. Toda una declaración de intenciones. Para colmo el tema principal es una versión vitaminada y techno de Hans Zimmer.

La dirección artística va cogida de la mano con la BSO. Dicho sin tapujos, Oblivion es la peli de ciencia ficción más pija que he visto en mi vida. Todo es bonito y perfecto, inmaculado y bello, y tiene su sentido en la mentira idílica que vive Jack en la primera mitad del metraje. Pero a partir de allí el contraste no se produce, ni en los rebeldes, ni en los aliens. Todo sigue siendo bonito y limpio, y por mucho que ensucies la cara de algunos extras el concepto no cambia. Se salva la nave de Jack. Un vehículo con un diseño espectacular que da mucho juego.

Quizás en un primer visionado Oblivion no os deja mal sabor de boca, pero si le dais vueltas a lo que acabáis de presenciar, o si directamente la volvéis a ver, descubriréis una pelicula sin alma, sin riesgo alguno, tremendamente comercial (en el sentido malo de la palabra) y con un ejercito de incongruencias escondido en el guión. Estas os las dejo a vosotros, ya que son tan numerosas y divertidas que no sabría cuando acabar. Kosinski y Arndt, por supuesto, no son un equipo eficiente.