PELÍCULAS

por el 26 de Septiembre de 2013
Kris es víctima de una experiencia traumática que es incapaz de recordar, este hecho la lleva a vivir sumida en una profunda depresión. Una mañana se encuentra con Jeff, un contable con un turbio pasado que tampoco es capaz de recordar al detalle. Ambas almas torturadas se sienten irremediablemente atraídas hasta que convergen en una intensa relación de pareja. Sin embargo, al poco tiempo, sus pasados vuelven a por ellos, hay algo que no funciona en su vida, les han robado una parte de su memoria y no son capaces de seguir adelante, necesitan respuestas que nadie les ofrece y sin embargo sienten una irremediable necesidad de dirigirse a un sitio concreto de la sierra americana. Concretamente a una granja donde vive un misterioso personaje que no puede ser visto.
 
Título: Upstream Color
Año: 2013
Género: Drama, sci-fi
Director: Shane Carruth
Guionistas: Shane Carruth
Actores: Amy Seimetz, Shane Carruth, Frank Moseley

Nota: 70

Shane Carruth, esa suerte de hombre orquesta del cine, sorprendió al público en 2004 con Primer un fascinante sci-fi sobre los viajes en el tiempo que cosechó amores y odios a partes iguales. Su propuesta narrativa, los crípticos diálogos, una puesta en escena que obligaba al espectador a prestar atención a cada detalle que aparecía en pantalla convirtió a la primera película de Carruth en un típico caso de “la amas o la odias”. El público se dividió, por un lado los que quedaron prendados por una propuesta distinta, una renovación intelectualizada de un género necesitado de nuevos talentos. Y, por otro, los que la defenestraron y no entraron en los estímulos puestos en pantalla por Carruth. Desde aquí nos consideramos dentro del primer grupo y todo lo que salga de la cabeza de este director merece nuestra atención.

Ha tardado casi diez años en desarrollar una nueva historia, escrituras y re-escrituras de guión así como idas y venidas presupuestarias que aplazaban cada vez más el rodaje de Upstream Color. Nos encontramos ante una película inclasificable y complejísima de contar, de hecho hemos sudado tinta china para escribir la sinopsis. El punto de partida son unos gusanos que al ser ingeridos por el ser humano se convierten en una especie de autómata a merced de la persona que tenga delante. Con esta premisa se nos presenta a Kris (en un momento avanzado del metraje) que por un hecho que no desvelaremos termina arruinada y violada emocionalmente en su apartamento por la ingesta de uno de estos gusanos.
 


No queremos desvelaros mucho más sobre la trama para no arruinar la experiencia de visionado simplemente os avisaremos de la presencia de un personaje fundamental en la trama que se hace llamar The Sampler (el muestreador), que es uno de los papeles más enigmáticos que hemos encontrado en los films vistos durante este año. The Sampler es el encargado de extirpar los gusanos de los cuerpos de las víctimas y su posterior cuidado en una granja (ya veréis cómo). El estilo de Carruth si no ha cambiado mucho desde Primer sí se ha sofisticado, los diálogos casi desaparecen para convertirse en matices sutiles de la imagen (si las partituras de Phillip Glass fueran guiones serían así), la imagen y los actores son totales protagonistas de la acción que avanza sin alardes ni exageraciones visuales (cosa de agradecer). Es una narración pausada, compleja, dónde el montaje es la clave para desengranar qué le está pasando a esos personajes. Los espacios y los tiempos se confunden, los flashbacks se anteponen a la narración convencional en una propuesta que exige mucho del espectador.

La música ocupa esa parte que Carruth no llena con los diálogos, los efectos de sonido y la música se mezclan en un constante ir y venir diégesis-extradiégesis aunque siempre con un sentido respecto a la narración. No hay trucos gratuitos, las voces over no están ahí por estética, tiene un significado lo que vemos decir a los personajes y lo que simplemente oímos. Los actores están muy bien y aguantan el tipo durante la hora y media que dura la película y el director (y protagonista) es capaz de aguantar la tensión sobre el trabajo de los dos actores principales.
 

Destacar la increíble labor de Carruth en el film y es que desempeña las labores de director, guionista, actor principal, compositor, montador, sonidista, mezclador, cámara…. Y aún así ofrecer un relato fascinante que no se pierde en la megalomanía. Upstream Color va a dividir al público como lo hizo Primer.Habrá gente que no entrará en su propuesta y defenestrará la película, otros considerarán que es un relato prepotente y no llegarán a lo mollar de su argumento. Y, otros, probablemente una minoría, se deje hipnotizar por la historia de Carruth que es un cuento de amor cargado de melancolía y personas a la deriva. Esperamos que seáis de esos pocos para poder disfrutar de una película distinta que exige al espectador para su disfrute.
 

  


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