PELÍCULAS

por el 16 de Abril de 2019
Dos películas con el mismo nombre, dos décadas distintas, dos ciudades deprimidas de Estados Unidos, dos miradas al centro de las vidas de unos jóvenes desesperados por reconocerse a sí mismos, crisis existenciales por doquier... Son muchas las similitudes y muchas las diferencias, pero si algo es seguro es que estas dos Suburbias nos proponen un viaje al pasado reciente para contarnos cómo era ser un joven rebelde y sobrevivir al intento en cada una de ellas.
Suburbia (1984)

Pese a que los grandes medios de masas nos sigan vendiendo la década de los 80 como los años del retrofuturismo y las luces de neón, la verdad es que los Estados Unidos de Ronald Reagan no se parecían en nada a lo que los fans de Madonna o Billy Idol querían aparentar. Un escenario de barrios empobrecidos y sociedades dejadas a su suerte es lo que nos dibuja esta película, donde veremos el devenir de unos jóvenes que no solo no han encontrado su sitio, sino que lo poco que tenían (una vivienda, una familia) se ve arrebatado por problemas como el desempleo, la violencia doméstica o las drogas.

Pese al catastrofismo y la pasividad reinante, un grupo de chavales punkis viven okupando una casa en uno de esos barrios venidos a menos, rodeados de perros callejeros y viviendo en la inmundicia, aunque ellos sienten que han encontrado su lugar donde nadie les quiere. Los conflictos en el barrio aumentan exponencialmente y son los mismos vecinos los que montan patrullas para echar a la pandilla a patadas en cuanto se descuiden, haciéndoles a ellos culpables de toda la situación de penuria en el vecindario.

La directora de esta película es Penelope Spheeris, que se dedicó en cuerpo y alma al fenómeno punk en los 80, tanto con "Suburbia" como en "The Decline Of Western Civilization", un documental de tres partes que nos muestra con mucho más detalle y rigor la vida real de los punks sin hogar que vemos en el film. Llegados los 90, Spheeris se pasó al cine de comedia y dirigió, entre otras, una de las pelis más míticas de aquella época, "El Mundo De Wayne".

La música punk es protagonista no solo de la banda sonora, sino también en muchas de las escenas, que transcurren en una sala de conciertos mientras algunas bandas tocan. En concreto, son tres las usadas para la grabación. Los primeros son D.I., grupo paralelo de Casey Royer, que comenzó la banda en un parón de su proyecto principal, Adolescents, y la convirtió en un grupo puntal del hardcore punk de los 80, sobre todo con su segundo disco, "Horse Bites, Dog Cries".

Tras ellos, unos fuera de serie comoT.S.O.L. son los protagonistas con dos temas, "Wash Away" (de su segundo disco "Beneath The Shadows") y una canción grabada originalmente para la peli: "Darker My Love". Lo mismo sucedio con The Vandals, míticos californianos que comenzaban justo en el año de estreno de la película y que aportaron un tema inédito a la misma, "Legend Of Pat Brown".



SubUrbia (1996)

Richard Linklater es un más que afamado director con varios films de culto, desde la reciente "Boyhood" hasta la trilogía de "Antes Del Amanecer/Atardecer/Anochecer", pasando por ese peliculón semi-animado llamado "Waking Life", que debería ser de visionado obligatorio para todos los estudiantes y amantes de la Filosofía. En este caso, "SubUrbia" fue una de las primeras cintas del realizador estadounidense, junto a "Beavis y Butt-Head Recorren América", con la que pegó su primer gran pelotazo en taquilla.

Pero Linklater no es el único personaje conocido en esta película. Los actores son bastante reconocibles dentro del cine de los 90. Los ejemplos más claros son los de Giovanni Ribisi, el trastornado hermano de Phoebe en "Friends", o Steve Zahn, conocido por aparecer junto a Tom Hanks en "The Wonders", o ser uno de los protagonistas en "Treme", la serie de HBO. La película busca la intención de ser, por así decir, una mezcla de la frescura de "Clerks" con el análisis de la juventud que Linklater ya explora en sus anteriores trabajos ("Slacker", "Movida del 76", etc.) y narra la aburrida vida de un grupo de amigos que se reúnen en la esquina de una tienda 24 horas a beber y hablar de sus cosas, algo que les trae continuos problemas con el dueño de la misma. Toda esa rutina se ve alterada por la visita de un viejo amigo que ahora toca en un grupo de rock que llena estadios, lo cual genera reacciones dispares entre sus amigos, desde admiración hasta envidia.

No hace falta decir que "SubUrbia" no está entre las mejores películas de Richard Linklater, pero no por culpa suya, sino por la altísima calidad de casi todo lo que ha rodado el director en sus años de mayor apogeo. Su filmografía va madurando y cogiendo peso argumental a medida que lo hace él mismo. La finalidad de "SubUrbia" no es más que la de ofrecer una peli adecuada para el público juvenil de la época, deseoso de cintas que absorbieran el sentir general de la época, como por ejemplo "Singles" (con media escena grunge de Seattle presente en cuerpo y alma) o la ya mencionada "Clerks", toda una ventana a la vida adolescente de los suburbios en el país del menú XXL.

En cuanto a la banda sonora, apenas dos o tres temas son usados dentro de la peli, pese a que se editó un álbum entero con grupos y artistas que marcaban tendencia allá por 1996. No es pequeña la sorpresa que nos llevamos al escuchar "N.W.O." de Ministry, por ejemplo, o al disfrutar de "Sunday", de Sonic Youth, en los créditos finales. Aun así, y pese al atracón de cultura pop de la época que nos muestra, "SubUrbia" no acaba de convertirse un punto de referencia para los fans de la música de aquella época. Pese a ello, y pese a estar muy lejos de ser culto, cualquier fan de los 90 disfrutará como un enano de ella.

  


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