PELÍCULAS

Amanece en Barcelona; la calima cubre el puerto Olímpico, los primeros rayos de luz sobre bañan la AP-7 despertando a los adormilados curritos en sus coches, Piqué escribe un nuevo tweet hojeando la Vanguardia y saboreando un café recién hecho. En uno de los barrios más pijos de la Ciudad Condal una impresionante mansión de fachada blanca nos invita a explorar su interior. Ahí está Elena, una espectacular mujer que ha pasado hace tiempo la treintena, que vestida como si fuera a cenar al Bully termina de maquillarse en el baño y se calza sus louboutin de 18 centímetros de tacón. De esa manera sumisamente poderosa que tiene la burguesía (por no decir pijerío) de actuar avisa a Matthew (su marido) de la visita del abogado de la familia. Matthew recibe al letrado y rápidamente se disponen a cerrar un negocio fraudulento par ala construcción de una urbanización de lujo sobre unos terrenos que alguien ha incendiado.

No todo es tranquilidad en la impresionante y horteramente decorada mansión, David el hijo de un anterior matrimonio de Mathhew odia a su madrastra, está en esa edad difícil en la que se dedica a fumar tabaco de liar, jugar a la Wii y robarle el Ferrari a papá para salir de juerga por Razzmatazz. El problemático hijo es el único problema que tienen Matthew y Elena, hasta que cae la noche. En ese momento mágico dónde las parejas muestran su pasión en el dormitorio un grupo de cuatro violentos desalmados irrumpen en casa de Matthew para desvalijarles. A partir de ese fatídico instante Matthew y Elena se verán las caras con la muerte, el dolor y la mentira, tratarán de sobrevivir y de paso proteger sus cosas de los malvados ladrones.

Hasta aquí un resumen del argumento de Transgression. Estamos ante una película fallida con un buen equipo humano detrás, Joan Ginard además del responsable de la idea original de la película es la cabeza visible de la productora Just Films. Una empresa que ha destacado por hacer las cosas bien apostando por títulos arriesgados para la industria española y facturas de calidad, así han abierto las puertas del gran público a gente como Balagueró, Paco Plaza o Xavi Puebla con películas como Los sin nombre, El segundo nombre o Frágiles.
El director Enric Alberich es un teórico del cine que si bien nunca ha destacado como un director de firma si que lo ha hecho como un hombre que conoce bien los mecanismos narrativos del suspense/sorpresa como bien demostró en la injustamente desconocida Mar Rojo.
La película viene lastrada desde un guión que tiene muchas carencias, explota demasiado el estereotipo en los personajes que terminan siendo planos y no hay credibilidad en sus acciones al final del segundo acto. El espectador va muy por delante de la narración sabiendo exactamente lo que va a pasar en cada escena, la repetición de las mismas situaciones en la relación de los atracadores con la familia se hace tediosa y acaba con el factor sorpresa.

Sin embargo en Transgression las cosas no les han salido bien. Empezando por las actuaciones, tener un elenco internacional no asegura el éxito. Michael Ironside está exagerado y descontrolado toda la película aumentando más aún si cabe su característico histrionismo. Maria Grazia es una mujer sumamente atractiva hecho que subraya el director colocando la cámara a la altura de sus pechos en lugar de sus ojos y que termina por rematar vestuario con unos camisones absolutamente imposibles. De parte de los “malos” la cosa tampoco mejora, lo único que puedo recordar de Fabio Fulco (además de un bigote envidiable) es que interpreta a un Yugoslavo que habla en inglés con acento italiano, aunque bueno escuchando hablar en la lengua de Shakespeare a Yon González casi prefiero el toque transalpino. Carlos Bardem es con mucho el que mejor está en su trabajo y aún así nos regala momentos absolutamente delirantes que caen en la comedia cuando la intención era provocar la tensión; atención al diálogo tras el intento de abrir una caja fuerte con una taladradora. Por regla general su línea de acting para todas las escenas debía ser “intenta expresar que estás límite, jadea como si estuvieras fornicando… ¡Más intensidad!, se tiene que notar que estás al límite así que ¡jadea más!

El montaje falla en cuanto al ritmo, duración de los planos y transiciones lo que destroza por completo la estructura narrativa del suspense. La fotografía es incoherente, cosa de extrañar pues a los mandos está un hombre con mucha escuela y talento como es Xavier Gil, exteriores días rodados de noche que se notan, reflejos de focos en la calva de algún personaje, diferentes campos de un mismo escenario iluminados de maneras opuestas, movimientos de cámara poco naturales e incluso zooms que recuerdan al peor neorrealismo.

Hay saltos de eje, fallos de raccord, la dirección de arte es incoherente con la definición de los personajes y la espectacular localización dónde se desarrolla la acción. En fin una serie de catastróficas desdichas que recuerdan irremediablemente a las producciones de serie-B americanas. Sin embargo y como comentaba al inicio de esta crítica la serie-B supera sus carencias técnicas apoyándose en nuevos planteamientos, el diálogo con el espectador es “no podemos hacer una gran producción pero a cambio os vamos a ofrecer una película original, novedosa y sin complejos” por desgracia la parte buena de la serie-B no se ve en Transgression, y lo que es peor el espectador tiene la sensación que a nivel presupuestario, con tanto actor internacional, cochazos, super mansiones, etc. Quizás tenían mucho más presupuesto que el de una serie-B.

Lo mejor: La película tiene momentos de humor en los momentos clave que sin duda mejoran la opinión general una vez vista. Sin embargo no para de asaltarte la duda de si realmente la intención era provocar la risa en el espectador… Ah bueno y los pechos de Maria Grazia

Lo peor: La actuaciones descontroladas, todo el montaje, la música. Los fallos narrativos en los tratamientos de sorpresa y suspense (imperdonable en un género como el thriller)

Veredicto: Una película que no hace justicia ni de lejos a la gente que ha trabajado en ella: director, productores, actores, director de fotografía… que son capaces de muchísimo más como han venido demostrando a lo largo de sus carreras. Esperamos impacientes sus próximos trabajos para quitarnos el mal sabor de boca.