PELÍCULAS

por el 13 de Noviembre de 2011
Tras la inmejorable sensación que dejó en el festival de Málaga se estrena Cinco metros cuadrados, una buena película que no merece pasar desapercibida. Bienvenidos al espéctaculo de la normalidad, de la frustración, de los tipos grises, del cemento y del drama con risa.

Título: Cinco metros cuadrados
Director: Max Lemcke
Intérpretes: Fernando Tejero, Malena Alterio, Emilio Gutiérrez Caba, Manuel Morón, Jorge Bosch, Secun de la Rosa.
Duracción: 91 mins.
Año: 2011.
Juan Pérez está jodido; hace un tiempo que ha sobrepasado los 30 y echando la mirada atrás se arrepiente de las decisiones que tomó en el pasado. Por ejemplo cuando decidió dejar de estudiar para meterse a currar y forrarse ya que la pasta está en otro sitio. Con 20 añitos y ganando pasta como nunca se daba cuenta que sus colegas empezaban a tener chalets en la sierra, teles de demasiadas pulgadas, buenos coches pedían un crédito se hipotecaban lo devolvían y si por el camino ganaban pasta mejor que mejor. Juan Pérez se decidió a entrar en el juego porque quería comprarse la casa que tendría un concejal, el problema es que el concejal quería la casa de un presidente y el presidente la de un rey. Actualmente Juan está jodido como decía al principio, ni casa, ni piso, ni coche ni un euro en el banco.

Hay que sentarse a ver Cinco metros cuadrados como lo que es: un película sin pretensiones que aprovecha la desastrosa situación económica actual para estructurar un drama con mucha comedia y un toque de suspense que te atrapa durante hora y media. El film de Lemcke no busca la profundidad de Crematorio, ni el punzante retrato de The Wire así que no se lo exijas, pero tampoco te tomes la moraleja del film como un dogma de fe o te quedarás corto.

La historia sigue a la pareja formada por Álex (Tejero) y Virgina (Alterio) dos jóvenes con trabajos normales que compran un piso sobre plano, tras pagar las correspondientes cantidades de entrada su ilusión se desvance cuándo la obra se paraliza por problemas con Medio Ambiente. Pasan los años la pareja ha perdido su dinero y el piso no se construye. Intentan de todo para arreglar la situación, recurrir a la justicia, manifestarse, llegar a acuerdos pero todos los esfuerzos son en vano. Álex no está dispuesto a que le engañen y en el tortuoso camino para reclamar lo que le pertenece terminará perdiéndolo todo.

Este es el hilo argumental de la película que se estructura como las del cine clásico. Ni Lemcke ni los guionistas se saltan un paso de la estructura de los tres actos y se agradece en el resultado. La película se apoya en grandes estereotipos y es lo que hace que funcione el espectador lo tiene muy fácil para identificarse con los protagonistas ya que los malos son muy malos y los buenos unos pobrecitos, el cásting está perfecto y no puedo imaginarme a otro actor que no sea Tejero como Álex, ya que Álex es el tipo bonachón, soso, gris y majete que todos tenemos en mente. El premio en el festival de Málaga no tendrían que habérselo dado a Tejero sino a los responsables del cásting que han elegido de manera genial a los actores en sus respectivos papeles.

La falta de pretensión y profundidad de la película le permite ahondar en una de sus grandes virtudes que es la comedia para hacer más fácil la evolución argumental de la historia asentada en el drama. Lemcke subraya estos toques de comedia llena de mala leche que tiene el guión de los hermanos Remón aprovechando su maña como director y los clichés y excesos actorales de Tejero. De los secundarios destacan principalmente Jorge Bosch (el mejor de la película) y Secun de la Rosa en un papel que va a sorprender a más de uno.

Este tratamiento del humor dentro del drama permite que el desenlace de la película funcione tan bien cómo lo hace, con un Tejero al límite empujado por factores exógenos que le llevan a hacer lo que muchos desearían en sus ensoñaciones de justicia.

Lo mejor: Su falta de pretensiones, los toques de humor que destila la realización y el guión de la película a pesar del tema tratado. Jorge Bosch por encima del resto de actores. El trabajo de Lemcke con los actores

Lo peor: Tomársela demasiado en serio, Cinco metros cuadrados aprovecha la situación actual para contar una historia pequeña, tremendamente real y de actualidad para entrener. No estamos ante Inside Job y se agradece!

Veredicto: Buena película que hay que ir a ver al cine, una historia con la que es fácil identificarse y que te empuja con los protagonistas hasta límites muy disfrutables.


  


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