PELÍCULAS

La película tiene algo para todo el mundo. Hay acción, hay relaciones paterno-filiales, relaciones románticas entre tipo duro-sensible y chica dura-más sensible aun, afán de superación, moraleja adoctrinante… de todo un poco. Muchos esfuerzos por convencer a todos y convertirse en un taquillazo que acaban por convertirla en un pastiche ridículo y sensiblero que no llega ni al calificativo de mediocre, colocándola entre lo peor del año a pesar de poder haber sido mucho más simplemente habiendo intentado hacer una película de género.

Especialmente desacertada es la relación padre-hijo, una relación que comienza con distanciamiento y rencor, con un padre que no quiere saber nada de su hijo para poco a poco ir cogiéndole cariño y volviéndose día a día mejor persona gracias a las valiosas lecciones de vida con las que el niño le deleita, eclosionando todo en un final que busca a la vez el llanto, la risa y estremecer al espectador por la emoción de los combates, sobrecargando los últimos minutos con una mezcolanza de emociones con las que el espectador no sabe ni como lidiar, sobrecalentando nuestro cortex cerebral por el sobreesfuerzo requerido y llevando a los menos aptos a una más que posible muerte cerebral. Una película que debería ser consideraba como una amenaza para la salud pública y rápidamente retirada de las salas.