PELÍCULAS

Fergus y Frankie son dos amigos inseparables que se conocen desde el colegio. Fergus cumple uno de sus sueños al entrar a formar parte de un cuerpo de élite de las fuerzas especiales británicas. Años después, Fergus dimite y consigue convencer a Frankie para que acepte trabajar como agente de seguridad privado en Bagdad. Lo que en un principio aparentaba ser el gran chollo para sacar una buena tajada de la posguerra iraquí acaba con la vida de Frankie en la Route Irish. Fergus, devastado, rechaza la versión oficial y comenzará su propia investigación.

Que Ken Loach haya hecho otra película más de claro contenido político y social no sorprende a nadie que conozca su obra. Que buena parte de la crítica lo haya machacado por su evidente posicionamiento tampoco debería sorprender. Lo que sí sorprende es que este thriller pueda calificarse como una de sus películas menos “Loach” y donde,  principalmente por cuestiones de ritmo, el resultado se antoja excesivamente torpe. Y eso a pesar de que el proyecto de Route Irish pintaba muy bien a primera vista ya que Ken Loach volvía a trabajar sobre un guión de Paul Laverty. Ésta misma asociación de talentos nos regaló hace unos años ese diamante cinematográfico que es El viento que agita la cebada. Por desgracia Route Irish se queda muy lejos en todos los aspectos de dicha película. Ni Laverty ha tejido un gran guión, ni Loach ha conseguido maquillarlo con su cámara.  


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