PELÍCULAS

A los grandes hay que exigirles mucho y Clint Eastwood nos ha entregado momentos de gran cine como pasarle tantos traspiés por alto. Muchas películas consecutivas de cuestionable nivel, hecho que no puede hacer más que generar preocupación por su bajo nivel de forma.

Aficionado a los biopic, este es el tercero tras los de Nelson Mandela en Invictus y el de Charlie Parker en la genial Bird, Clint Eastwood nos ofrece un retrato complejo de Hoover, tal vez demasiado complejo para una sola película. Aborda demasiados frentes y no acaba de rematar ninguno. Pinceladas sobre su posible homosexualidad, la influencia de su madre en su trabajo, su relación con su secretaria, su afán de protagonismo, su archivo con secretos inconfesables de altos cargos del gobierno… todo mencionado pero sin que se profundice en ello.

 

Por norma general no me gustan los biopics, principalmente porque los errores que comete Eastwood y su guionista en esta película suelen repetirse en el noventa por ciento de ellos. No estamos ante una mala película, nunca llega a aburrir del todo, pero está absolutamente desprovista de grandes momentos, momentos de esos de los que la filmografía de Eastwood está repleta.

 

Mención aparte para el maquillaje de la película, que sin ser malo, no acaba de convencer. Demasiado tiempo pasa DiCaprio caracterizado de Hoover anciano, demasiado tiempo pareciendo un trozo de plástico animado. No soy nada partidario de este tipo de maquillaje, creo que es mucho más lógico coger a un actor distinto, pero este tipo de cosas son las que dan premios a las grandes estrellas y DiCaprio aun no tiene su Oscar.

En resumen, decepcionante Eastwood y ya van unas cuantas. Recuperaremos alguna vez al gran cineasta de antaño… el tiempo dirá.