PELÍCULAS

El argumento es de lo más sencillo, boda en Valencia plagada de personajes bizarros en la que un familiar, al ser mordido por un perro, se transforma en algo parecido a un zombie, hablaré de ellos como si de zombies se tratase porque en el fondo son lo mismo, mordiendo a su vez a otros invitados de la boda, los cuales se transformarán también en pseudo-zombie. A partir de ese momento comienza una lucha encarnizada por la supervivencia.

Básicamente esta es la típica película de zombies con tintes cómicos. Muchas son ya las películas de este tipo que se han llevado a cabo, pero dentro de nuestras fronteras es la primera vez que se hace un producto de este tipo con un resultado final cuanto menos aceptable.

Entre sus virtudes destaca su garrulismo, cabezona hasta decir basta, sin tomarse a si misma demasiado en serio en ningún momento pero convirtiéndose todo esto en su mayor defecto en más de una ocasión. Resulta curioso como en las películas de zombies nunca nadie parece haber visto una. Los personajes se encierran en habitaciones de fácil acceso, se abrazan con seres queridos en avanzado estado de descomposición, malgastan munición con disparos aleatorios… un puñado de clichés del género de los que ya casan, además de otros fallos de guión que no mencionaré para no destripar nada importante.

La gran sorpresa de la película es sin duda Leticia Dolera, actriz surgida de Al salir de clase y que hasta la fecha no había conseguido destacar dentro de ninguna de las producciones en las que había participado, más bien lo contrario, pero que esta vez está de los más convincente y divertida en su papel de novia encabronada cuando una plaga zombie aparece para estropearle el que iba el día más feliz de su vida.

A la espera de que Jaume Balagueró concluya esta saga, el resultado de esta tercera entrega es satisfactorio en términos generales, aunque solamente si nos la tomamos como lo que es, puro y simple entretenimiento.