post-hardcore / screamo
 Adios Caballos

ENTREVISTA

Los restos del naufragio por César Aguilar
04 de Marzo de 2020 1832 lecturas
La amistad (y, por qué no decirlo, la necesidad) llevó a los componentes de los almerienses At Least a reunirse para tocar música una década después de la disolución de la banda. Ahora bajo el apelativo de Adios Caballos añaden el screamo a la paleta de influencias más tendente al post-hardcore de la banda primigenia, pero bajo la superficie late el mismo sentimiento. Hablamos con su vocalista, Enrique Billy, para que nos haga partícipes de las circunstancias del feliz reencuentro y nos cuente algún que otro detalle de sus nuevos EPs, “Llora” y “Otoño”.

Por si alguien no lo sabe aún, Adiós Caballos está formado por tres exmiembros de At Least: Enrique (voz), Tolo (guitarra) y Sifo (batería). Han pasado cuántos ¿diez? ¿once años? desde vuestra separación, y habéis vuelto a tocar «después de tomar muchas cervezas juntos». Está claro que la amistad juega un papel importante en esta reunión, ¿no?

Si no fuésemos muy amigos no hubiésemos vuelto a tocar juntos. El grupo es una excusa para vernos más y pasar más tiempo juntos. Nos hemos dado cuenta de que nos necesitamos, no solo como parte de un grupo sino como parte de nuestras vidas.


¿Hay también una cierta nostalgia en ello? ¿Esa necesidad de revivir –si puede ser, mejor– lo que nos marcó en el pasado?


Cuando llegas a nuestra edad (cuarenta, o casi) hay un poco de nostalgia en todo lo que vives, no solo en el grupo sino en la vida en general. Por eso en el cine están a tope con el revival ochentero. Somos hijos de la nostalgia.

¿Y qué pasó con At Least? ¿Por qué lo dejasteis en su momento?

La verdad es que llegó un punto en que dejamos de creer en lo que hacíamos. Se juntaron muchas cosas, entre ellas un EP en español que sonaba fatal y que nunca llegamos a editar, o el hecho de no encontrar a alguien adecuado para tocar el bajo. Al final nos perdimos un poco, yo terminé cantando en ELFINDELMUNDO y Manolo y Tolo montaron su propio grupo, Mammoth and the Cosmonaut. Lo cierto es que terminamos distanciándonos mucho. Reencontrarnos era algo que necesitábamos.

En su día me perdí “The Anatomy of an Irony” y he intentado escucharlo para contextualizar mejor la entrevista, pero no lo he encontrado en la red, solo he visto “The Vanity Mirror” registrada en 2004 en el Lagarto Rock y el videoclip de “Fugacidad”. No sé si “Llora” entronca de algún modo con la época de At Least o es simplemente el reflejo de vuestras inquietudes actuales…

Somos los mismos que tocaban esas canciones pero con muchas más influencias y otra forma de entender la música. Nos sentimos muy a gusto sonando como sonamos ahora. Creo que mucho del sonido de Adios Caballos es deudor de At Least, aunque algunas personas lo noten más y otras menos.

¿Cuáles fueron las sensaciones al retomar los instrumentos? ¿Os costó engrasar la maquinaria o llegar a un punto de entendimiento común?

Siempre nos hemos entendido muy bien, pero esta vez había tantas ganas de pasar rato juntos que algunos ensayos se convertían en cenas. Bebíamos cerveza, escuchábamos música… Por eso el proceso de composición, sobre todo al principio, fue algo más lento.

¿Se vive esto de la música de forma diferente con la edad y la experiencia?

Se vive de forma un poco diferente. Igual la principal diferencia es que cuando salimos fuera de nuesta ciudad ya no dormimos en el coche o en el suelo de un local, tratamos de tener una cama donde dormir, la usemos o no…

He leído que escribís sobre naufragios y me parece muy coherente, más que nada porque nuestros naufragios, cómo los afrontamos y lo que queda de nosotros tras ellos, nos definen a la perfección, ¿no?

La vida es una suma de naufragios, nuestros y de los que nos rodean… Suena a frase de azucarillo [risas].

Es lógico pues, que busquéis la catarsis que sucede tras superar o asumir una dolorosa verdad enquistada antes que mostrar la sonrisa falsa propia de una publicación en una red social. La sociedad actual es un naufragio en sí misma, ¿no?

La sociedad actual es una broma. Nos han hecho valorar la individualidad por encima del grupo porque así saben que somos menos fuertes. Constantemente nos bombardean con las cosas que nos diferencian y no con las que nos unen, un pueblo dividido es el mejor arma que tienen los que nos manejan. También nos han enseñado que el fracaso es culpa nuestra, que somos culpables de nuestra falta de éxito a diario. Y somos tan tontos que revindicamos eso en redes sociales con frases hechas una y otra vez. La sociedad del éxito no es más que la sociedad del fracaso encubierto en una foto con una sonrisa.

¿Hasta qué punto os resulta terapéutico el acto creativo?

Nos ayuda a llevar nuestra vida de otra forma, nos alivia, gracias a ello no vivimos todo el día como autómatas. Tener un grupo con nuestro sonido a nuestra edad es un pulso a esa mayoría de gente que no es capaz de valorar algo de lo que no obtenga un beneficio económico.

Al resto del grupo no les he seguido la pista, así que no sé si han estado en activo musicalmente a lo largo de estos años, pero a Enrique sí: conozco a ELFINDELMUNDO y Desperanza, y suenan bastante más melódicos y punk que Adiós Caballos. ¿Cómo has enfocado este nuevo asalto vocal?

Lo único que tenía claro es que quería que fuese diferente. No soy una persona que tenga conocimientos musicales, así que todo es azar y ensayo/error.

Os han comparado con Lisabö y Viva Belgrado y, bueno, veo que operáis en coordenadas similares. Pero, llámame loco, en “El hambre” o “Fallo en Troya” veo influencias de grupos tristemente desaparecidos (o en barbecho, qué sé yo) como Catorce o De La Cuna A La Tumba. No sé cómo lo ves tú todas esas comparaciones o influencias desde dentro, si te parecen necesarias o simplemente fomentan la vagancia en el oyente…

Es necesario para el oyente que le des unas pistas de por dónde puede ir la cosa. Nos gustan todos los grupos que mencionas y muchos más, somos una suma de influencias muy grande y hay un pequeño trocito de cada grupo que nos gusta dentro de nosotros.

La portada es, o al menos lo parece, un homenaje a “Un perro andaluz” de Luis Buñuel...

Sí, ha sido obra de Nieto, un amigo del grupo desde hace muchísimo tiempo que ahora está empezando a tatuar. Planteamos varias ideas y nso quedamos con esta porque está relaccionada con una de las canciones del siguiente EP que publicaremos este año.

¿Esa lágrima que cae hacia arriba es puro surrealismo o tiene algún significado para vosotros?

Es puro surrealismo, y culpa de Nieto que siempre le da la vuelta a las ideas para darle su toque. Nos encanta.

Como has mencionado, dentro de poco vais a editar un segundo EP “Otoño”, otras cuatro canciones producto de una sesión de grabación diferente a la de “Llora”, en el pasado agosto. ¿Encontraremos alguna sorpresa o va más o menos de lo mismo?

Va más o menos de lo mismo, pero creo que le hemos dado alguna vuelta más a las composiciones y nos gusta mucho el resultado. También conocíamos más a Txosse y el a nosotros y sabía por donde apretarnos.

¿Por qué editarlo separadamente? ¿Habrá una recopilación en formato físico?

Sí, se editará en vinilo y se titulará “Llora Otoño”. Lo hemos editado por separado porque ya nos picaba el gusanillo de poder mover las canciones y salir a tocarlas fuera de nuestra ciudad.

En 2019 os habéis movido y habéis tocado con bastantes bandas durante estos meses. En 2020 ya habéis estado en Málaga y lo próximo es Almería, Jaén y Madrid. Habrá más conciertos, imagino, y tendremos caballos para rato, ¿no?

Esa es la idea. No podemos tocar todo lo que nos gustaría por obligaciones y demás pero vamos a tratar de movernos todo lo que podamos y seguir cabalgando.
  


COMENTARIOS



Debes estar registrado para poder publicar un comentario


Entra en tu cuenta o regístrate


DISCOGRAFÍA