The Sleep Of Reason

Hubo un tiempo antaño en que las etiquetas eran certeras y concisas. La música era rock, blues, punk… a medida que se iban sobreexplotando, empezaban a surgir nuevos géneros procedentes de la fusión de todos ellos. Punk-rock, metal-core…

BATS se han encargado de agitar todo el primer párrafo y ponérnoslo más difícil. Si tomas elementos de hardcore, sludge, punk, metal, rock y los remueves en un tazón con un poquito de "moderneo" sale una mezcolanza muy sabrosa a la par que curiosa.

"The Sleep Of Reason" es su segunda refererencia. En él vamos a poder encontrar un mundo de entretenimiento bastante peculiar. Los irlandeses se encargan de todo, utilizan rasgueos y riffs que enganchan como la heroína y, cuando te quieres dar cuenta, te pisan cuando la caballería liderada por su batería comienza a cabalgar. Pueden rasgar y entrecortar la voz para, inmediatamente después, aclararla y darle variedad a la melodía, marear el tema o hacerlo crecer.

Y es que el juego de guitarras es muy divertido, en las partes más pesadas y oscuras, en las más brillantes y pegadizas, se turnan y complementan la una a la otra como si de un baile se tratase, dándole dinamismo al conjunto. Consiguen hacer de tanta dispersión y mezcla un sonido característico que les defina y eso, a día de hoy, es harto complicado.

Pese a que "Emergent Properties" no es muy distintiva como prefacio, "Wolfwrangler" nos inserta en el cerebro el gen BATS y el headbanging compite con el bailoteo por el protagonismo en los cortes. La tendencia continúa hasta "The Sleep of Reason Brings Forth Monsters" donde los coqueteos de las guitarras son constantes y la atmosfera se oscurece; "Heat Death", gamberra y guasona; "Thomas Midgley Jr.", experimental, cruda y contundente, abre un final de álbum menos encorsetado y más progresivo.

BATS tienen algo especial. "The Sleep Of Reason" es testigo de ello. Una sorpresa en un año lleno de grandes trabajos. Quizás peca de trabajar su fórmula en exceso a lo largo de los temas, pero un resultado notable hace que sus fallos no lleguen a destacar en demasía.