punk / country / alternative country

Bob Wayne

Blood to Dust
ZONA-ZERO
95
2 VOTOS
87
+
Bob Wayne

Blood to Dust

Publicación:
Septiembre 2006
Sello:
Autoeditado
Productor:
Bob Wayne
Género:
punk-core, pop-rock
Estilos:
punk, country, alternative country

MEDIA

Tracklist

  • 01. Road Bound
  • 02. Ghosttown
  • 03. 27 Years
  • 04. La Diabla
  • 05. Bride
  • 06. My Only Friend
  • 07. Blood to Dust
  • 08. Five in the Morning
  • 09. Darkness
  • 10. Work of the Devil
  • 11. Cardboard Blues

Miembros

  • Bob Wayne: guitarra
  • Andy Gibson: guitarra
  • Joe Buck: bajo

Análisis

por el 09 Sep 2009
3184 lecturas
No es fácil encontrar información sobre Bob Wayne y sus Outlaw Carnies en Internet y la verdad es que no es un dato que me preocupe demasiado, pues su música lo dice todo. Por otro lado, el saber de su cercana relación con el increíble y venerado Hank III, ya es una garantía de que detrás de este tipo con cara de pocos amigos, se esconde un alma que es capaz de escupir autenticidad countrypunkblues por cada uno de sus poros. Wayne susurra entre punteos y habla de la carretera y de todos esos vicios del mundo occidental. Lo cierto es que su música se puede relacionar perfectamente con la de Hank III, BR549 o con los genuinos .357 String Band, pues aunque su sonido huela a country, no se puede negar su actitud punk (en algunas fotos se le ve con su camiseta de Danzig). Su música se podría englobar dentro de lo que se denomina Outlaw country, pues sus letras y estilo nos llevan a historias de pistoleros y batallas internas entre el bien y el mal. Ciertamente sería otro de esos músicos a los cuales prohibirían su participación en el clásico Grand Ole Opry, pues al igual que Hank III, Bob parece salido de una de esas grandes películas de Spaguetti Western, donde sobrevive siempre el más fuerte y audaz.

Pero centrémonos en este maravilloso disco; íntimo y la vez provocador, que fue grabado de manera rudimentaria con sus colegas Joe Buck (actual contrabajista de Hank III) y por otro lado en el banjo y telecaster, el excelente y desconocido Andy Gibson, que también colaboró en algunos de los discos de Hank III, por lo que el nexo es inevitablemente excitante.

Es el banjo instrumento predominante en todo el disco, desde la road song “Road Bound”, en la que uno siente que está a punto de presenciar uno de esos momentos intensos en medio de la nada americana; y por si esta sensación no fuera suficientemente tentadora, “Ghost Town” nos traslada al Norte de Dakota, donde nuestro protagonista está a punto de morir a la vez que se encuentra con el fantasma de Johnny Cash. Es “27 Years” un tema ciertamente Indie, una mezcla de Elliot Smith en concepto y David Allan Coe en ejecución, con esos encantadores falsetes de Wayne, creando una especie de oda romántica, mitad tex mex, mitad balada; ciertamente las palabras faltan cuando uno escucha un temazo de estas características. El folk country de “La Diabla” nos sitúa en la frontera con México, justamente en esa ciudad tan tentadora y misteriosa que es el Paso, donde prostitutas mestizas e inmigrantes se transforman en diablos que en casi todos los casos pueden provocar el hundimiento del hombre más duro. Bailarinas y música dulce hasta altas horas de la noche. Llegamos a “Bride” con una spaghetti song digna de los mejores westerns del siglo pasado, con punteo desértico incluido; en “My Only Friend” suena un poco al Boss y otro poquito a Bob Seger, aunque sin perder esa esencia a banda sonora de bar solitario en medio de carreteras secundarias y peligrosamente decadentes. “Blood to Dust” te parte el alma, despedazando lo poco que queda de ti, un desecho de persona, la ínfima parte de un hombre; contando historias como si se tratara del Waits del Oeste, que jodida maravilla!

El tramo final del disco nos brinda “Five in the Morning”, un tema sosegado que habla de Tequila, Cocaína y despertares dolorosos, después de una noche con el Diablo, quizá refiriéndose a alguna ninfa nocturna. “Darkness” es otra road song, con punteos malvados y seductores, pasando a “Work of the Devil”, donde se nos narra otra historia de mujeres endiabladas, cerrando este disco redondo con un tema de más de doce minutos llamado “Cardboard Blues”, dividido en dos partes, una al mas puro estilo bluesy de Scott H. Biram, con interludio de silencio y con colofón final en forma de nana amenazadora y melódica que no hace más que confirmar mis sospechas de que estamos frente a uno de esos músicos que van a reinar por todo lo alto en los años venideros.


Lo Mejor: La gran personalidad en el sonido de la banda

Lo Peor: Que todavía tengo que esperar para verlos en directo
 


COMENTARIOS

2 Comentarios

  • 93 Muy Bueno
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    jack_daniels
    gran disco y gran artista. al principio su voz me dejo un poco frio (me esperaba un tio con voz macarra) pero luego me gusto mucho. gracias por hacernoslo conocer!
  • 80 Bueno
    USER_AVATAR
    Jason
    Me ha gustado el análisis, si señor. A seguir así
 

DISCOGRAFÍA